El sábado se casó Youssouph. Este hecho supone el final de un largo proceso que comenzó hace casi cuatro años con un viaje penoso y largo desde sus tierras de Senegal hasta España, buscando mejores formas de vida. El desierto, la patera, la proximidad de la muerte, la soledad, la tempestad de otras culturas, la esperanza de encontrar lo que realmente tal vez no exista en Europa… Demasiadas cosas comenzaron entonces.
Desde ahí, el camino ha sido largo y tortuoso. Yo he tenido un papelín secundario en toda esta película, pero creo que he seguido el rodaje desde una situación privilegiada y conozco bastantes elementos de la producción.
Estuvimos de boda, una boda intercultural, variada y diferente. Yo no gasto demasiado tiempo en prepararme para cualquier asunto de este tipo: una camisa, unos pantalones y todo está ya hecho. Por eso, ayer por la tarde tuve unos minutos para pensar en lo que significaba esta boda. No fue mucho rato pero lo dejé resumido en unos versos que les entregué a los novios. Son inmediatos, impulsivos y sin redondear pues el tiempo se echó encima y hubo que atender a alguna otra cosa. Que les sirva de felicitación.
AMOR EN ARCOIRIS
(Para Sandra y Youssouph en el día de su boda)
Porque esto fue una historia de una sola vez.
Fue subirse en carroza
y convertirse en rey ya para siempre,
fue cruzar los colores
y aparecer un cuadro en arco iris,
fue pedir una brújula
y confundirse el norte con el sur.
Las aguas de los mares fueron puente
proceloso y extenso. Los desiertos
enseñaron la sed y la sequía
de la frontera norte.
Salvarlos fue costoso.
Las praderas del norte
no siempre tienen hierba en sus riberas
ni dejan que las lluvias
unjan la tierra para que aumente el pasto del ganado.
Pero la sed aprieta
y hay que romper las cercas y vallados.
Llegó después el frío de estas sierras,
las tardes al cobijo de otros seres
que ofrecieron sus aguas y sus prados
donde calmar la sed.
Y todo fue alegría y regocijo,
plantar cara a la vida palmo a palmo,
desafiar al viento
y violar el empuje de las leyes.
Lo demás ya fue amor,
y acaso será amor por mucho tiempo.
Ese amor tiene nombres muy concretos:
Youssouph y Sandra son.
Pero eso es otra historia, es vuestra historia.
Enhorabuena.
lunes, 17 de agosto de 2009
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1 comentario:
Buenos días, D. Antonio Gutiérrez Turrión:
Vengo de un blog que visito, en la palabradigital.es de Burgos, y he escuchado la música, de Ali Farka Toure, de Mali, que se desprendía de sus palabras y de su filosofía.
El texto puede utilizarse para felicitar a Youssouph y Sandra:
"Para que pase lo que pase,
nunca cambien
Y para que sus sueños, se cumplan
Y si no es así,
que los sigan teniendo"
Y ahora a vivir ;)
Saludos. Gelu
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