lunes, 21 de enero de 2008

¿POR QUÉ NO SE VAN?


Cada vez me formulo con más frecuencia una pregunta ingenua. Es ingenua porque alguna respuesta debe tener aunque yo no se la encuentre, y espero que alguien cualquier día me la facilite. La pregunta es esta: ¿Qué hace la derecha en política?
Anadamos engolfados en la campaña, porque, salvo los mitines diarios para los ya convencidos, lo demás está todo puesto en cartelera, y todo el mundo se afana en conseguir plaza en barrera, con sillón para cuatro años. Tengo la necesidad de creer que buena parte de los aspirantes lo hacen con la mejor intención, con la sana intención de poner sus esfuerzos al servicio del cambio para mejor en la sociedad. ¿O no? A todo ello le sumo -que aspiro a ingenuo pero no a tonto- cualquier debilidad humana disfrazada de vanidad, de pelas y de fotos, de posiciones y de orgullo mal entendido de vencedores y de vencidos. ¿Qué tanto por ciento se llevan estas variables? Prefiero no pensarlo por si no nos queda espacio para otros intereses.
Pero desde que cualquier color polítco entra en el ruedo, ¿qué otra cosa hace que no sea intervenir con decisiones y con actuaciones en el discurrir de la vida colectiva? Pero, ¿en qué quedamos?, ¿no dice la corriente liberal que hay que dejar la vida al son del mercado y a la voluntad individual? Entonces, ¿por qué intervenir? ¿Por qué, por ejemplo, pedir intervenciones ante una posible crisis económica? Pues no paran de hacerlo. ¿Por qué no dejan que se arruine el que se tenga que arruinar y que se salve el que lo tenga que hacer? No entiendo nada. ¿Por qué en cualquier municipio, provincia o región cada día hay más regulación gobierne quien gobierne? A los que creemos en la necesidad de la regulación social, precisamente para poder salvaguardar cierta libertad individual, no nos extraña esto, pero a los llamados liberales... Pero si tenían que huir de esto que llamamos res publica o política. ¿Por qué no se van sino que disputan voto a voto hasta en condiciones atosigantes y vergonzosas, como si les fuera en ello la vida? A ver si lo que les va es realmente otra cosa.
En el fondo creo que cualquiera, de cualquier color político, desde el momento en que participa, ya da por buena cierta socialización y, de hecho, actúa como un socialista más de diverso pelaje. ¿Por qué no lo reconocen, entonces, en el nivel teórico?
Tiene que haber explicaciones y hasta de tenor sencillo. Yo, bien que lo siento, no lo entiendo. Y por eso pregunto ingenuamente. Ingenuamente.

1 comentario:

altairbejar dijo...

Creo Antonio que tu y yo sabemos la respuesta aunque no la queramos creer. Lo hemos vivido por dentro.