No es fácil dar un corte en el tronco de un árbol porque el árbol sufre, no es sencillo cortar la circulación de una calle porque los vehículos se despistan, no es conveniente interrumpir una sonrisa ni un llanto porque son el desahogo natural de cualquier sentimiento. Quiero decir, coño, que la vida en una línea recta o curva o quebrada pero continua y sin solución de continuidad. Todo se resuelve desde el pasado; sin él no se explica nada. Somos lo que hemos vivido, lo que hemos comido, lo que hemos aprendido, lo que hemos rechazado, lo que hemos incorporado. Somos un proyecto inacabado siempre que echa un ojo hacia atrás y otro hacia adelante.
Pero me pregunto si no sería necesario y hasta conveniente hacer tabula rasa en algún apartado del camino, deshacer las correas que nos atan, cortar las cuerdas que nos sujetan, olvidarse de todo lo pasado. Lo pienso y lo propongo sobre todo para los malos rollos, para tantos malos entendidos que se van fraguando al amparo de la falta de comunicación, de la interpretación aviesa y retorcida de tantas tonterías, de tantos castillos en el aire como se levantan mientras reina la oscuridad y se oculta la palabra serena y meditada, trabada y lenta. Cuántas veces he hecho mundos de donde apenas se podía sacar sustancia. Cuántas veces me los han creado a mí. Cuántas veces los malos entendidos que se solucionan con un vaso de vino y unas palabras lentas y tranquilas.
No siempre es tan sencillo olvidarse de tanto sobresalto. A veces la madeja se lía y se relía con ahínco, como tela de Ariadna, y se arma un laberinto que no hay por dónde darle luz en positivo.
Suplico para mí un poco de fuerza para sentarme a veces y medirme, soltarme las amarras, olvidarme de todo, tener por verdadero aquello de pelillos a la mar, empezar desde cero, dar rienda suelta a todo el sentimiento y sentir que es mejor una mano tendida y un abrazo que cualquier mal rollete, que cualquier mal infundio, que una mala interpretación de lo que no fue nada. Y la súplica alcanza para aquellos que limitan mi vida, que tienen algún trato con mis cosas, que pueden arañar mis sentimientos y causarme dolor. Creo que ya he descubierto hace bastante tiempo que no hay nada que explique una malicia, que solo es necesario lo que produzca bien, que, sin los dos pilares del sentido común y la buena voluntad, nada sigue adelante en tono razonable. "Quien lo probó lo sabe". Bien sé por qué lo digo tantas veces.
jueves, 3 de abril de 2008
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3 comentarios:
Como dijo nuestro común amigo Manolillo Moya, es mejor hacer 'tábula rosa' que tábula rasa... y con ella oídos sordos... y con ella a la vejez viruelas... y con ella unas cañitas... y con ella un no pasa nada, tío, coño.
Aquí me tienes, peleón y supercampeón del mundo para hacer cosas juntos, chiquitín... o separados.
Un beso gordo.
Bien se yo de eso. Viviendo como immigrante como vivo desde hace 11 aNos. Que facil es, sin el dominio de la palabra, armarla bien gorda. O que te la armen!
PS: Perdonad, no tengo tildes ni enies, en este jo***dido teclado.
"Oublier le temps/des malentendus
et le temps perdu/ à savoir comment/..." No te escribo esto para ponerte más triste, sino para que hagas al pie de la lettra lo que en esos cuatro versos dijo el Grand Jacques. Y si no, dile al Grand Philippe (ése sí que tiene potra-que diría un andaluz-)que te lleve con él una noche de estas au "pays où fleurit l'oranger",es un país "où rayonne et sourit, comme un bienfait de Dieu/un éternel printemps sous un ciel toujours bleu"/, y deja que los aromas te embriaguen y la música te arrastre, y olvídate ya.
La amistad, como el amor, salva obstáculos. Si no es capaz de saltar, es que no era tal como creíamos; y claro que duele, pero no pasa nada. Espero que no sea el caso. On verra.
Un besote.
PS Un beso para Pablo y otro para Luis Felipe
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