lunes, 3 de diciembre de 2007

DE LIBROS



Y van cayendo los libros sin que apenas dé cuenta de ello en estas páginas. Tal vez tampoco tenga demasiada importancia, pero se trata de mi blog y son mis cosas, mi intrahistoria y mis asuntos. El último ha sido este fin de semana. "El mundo" es el último premio Planeta, conseguido por Juanjo Millás. Millás escribe con un estilo inconfundible y logra algo que para mí resultaría prácticamente imposible, salvo que lo practicara mucho. Se trata de una extaña manera de mezclar la presentación de los elementos reales con formas de la irrealidad. De ese modo, el lector nunca sabe en verdad si los elementos que se le presentan están trabando una historia o lo que realmente interesa no es esa historia sino la manera de darle la vuelta y la presentación de la misma. ¿Es "El Mundo" una novela autobiográfica? Sin duda. ¿Le han sucedido a Millás muchos de los episodios que en ella se narran? Claro. Pero al leerlo, se podría pensar que es imposible que tal haya sucedido, que es más bien una trama irreal urdida desde la imaginación y desde los juegos idiomáticos. De hecho la trama se reduce a unos cuantos episodios biográficos, muy escasos y sin peso a la hora de concebir el resultado final de la novela,en comparación con los jugos idiomáticos y la hermosa forma de retorcer la realidad. Lo más normal en la prosa de Millás es que lo que pide la lógica dé paso a aquello que suscita la imaginación como otro ángulo diferente y en buena medida inesperado. Y esto continuamente, como rasgo estructural de la literatura de este escritor. A mí me parece que esto da como resultado que sus obras gusten mucho a un tipo de lector que esté dispuesto a seguirle el juego y a salirse del molde común de la historia, sea lineal o cruzada.
A mí me deja un sabor de boca agridulce, y, de hecho, "aguanto" mucho mejor al Millás de las columnas y, en general, de las distancias cortas; ahí el ingenio no me empalaga porque me sorprende hasta el final y me deja con ganas, como saboreando el hallazgo. Cuando la obra se alarga, no siempre quiero que se mantenga ese nivel.
Por cierto, esto del premio Planeta tiene guasa. Algunos se han hecho hasta por encargo. No sé si este será el caso, pero es un operación comercial en toda regla. El escritor no tiene toda la culpa de ello, ni mucho menos pues tiene vanidad y tiene que comer. Además Juanjo es un creador ya con cuajo y con valía. No conozco la obra del otro galardonado, pero me espero cualquier cosa y no me interesa para nada. Quiero creer que habría otras muchas obras que habrían recibido el galardón con las mismas o mejores garantías. Vale.

Se fue Fernándo Fernán Gómez. Todo un clásico en muchas facetas. También en los enfados y en el carácter. Cómo me gustaba cuando se enfrentaba a las normas establecidas mandando a la mierda literalmente a algunos periodistas. De todas las facetas me quedo con sus interpretaciones. Y de todas ellas, con aquel maestro de "La lengua de las mariposas". Yo querría haber sido en mi profesión aquel maestro extraordinario que entendía la educación como un proyecto de vida y no como una transmisión de conocimientos y una suma de exámenes. Es más, en algún momento, estoy seguro de haber sido ese mismo maestro. Sus ideales, su sentido amplio de la educación, sus ideas sociales, el sentido hondo de todo lo que hacía me conmovieron y lo siguen haciendo cada vez que reviso el texto y la película. Como sucede casi siempre, al entierro acudieron los que acudieron y cada cual se confesó claramente. Es la vida y no hay que pedir otra cosa.

Cervantes para Juan Gelman. Me hubiera gustado más Benedetti, pero está bien así. Lo malo es que Mario, por fas o por nefas, se va quedando en el camino. Parece como si a los popes no les acabara de convencer la claridad realista de algunos creadores. Ellos que se lo pierden. Que ningún creador saque pecho porque, a su lado, han quedado en el olvido muchos otros que se merecían el mismo premio con los mismos merecimientos que ellos. Llevamos unos años con premios a creadores más encarnados cerca de la metafísica del poema, como ocurrió con nuestro poeta asturiano leonés Gamoneda, al que yo he leído con pasión y de quien publiqué unas páginas y una breve antología. No pasa nada. Lo único malo es pensar en estos campos que hay gente muy buena y que otros no lo son tanto. Hay una línea más o menos nítida entre la buena y la mala poesía. A partir de ahí, todo se diluye en gustos y sensaciones diferentes. ¿A qué español le tocará el próximo año? Hay mucho donde elegir. Al loro.


He releído una "Antología sumergida", de Javier Rodríguez Marcos. La señalo aquí por buena y por lo que me ha gustado: "La gente que ha pasado por mi vida / se instala lentamente en el poema / al salir de mi mano y mientras arde / celebra estar aquí / y haber sobrevivido / al invierno más largo, a tanta ruina".

Y "Días de reyes magos", pensada para chavales pero con tantas referencia literarias, que su lectura tiene que ser demasido guiada pues puede conseguir elefecto contrario al buscado. En fin.

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