TAMBIÉN HOY
HOY he visto en tus ojos de nuevo la alegría
que yo debí de ver alguna vez,
cuando el tiempo era tiempo
y el espacio infinito y todo espacio.
Era tu risa una sorpresa pura
que aguardaba mis brazos y mi risa
y tu cara era un cerco de esperanza,
una certeza de estar feliz conmigo.
Todos éramos ricos a tu lado
(también en aquel tiempo debí de ser feliz
junto a aquellos abrazos y junto a aquellos besos),
todos urdíamos telas
en las que tú mecías tus risas y tus sueños,
todos nos obstinábamos
en ofrecerte manos amorosas.
Me descubrí envidioso de tu suerte,
soñé con otros tiempos que ya no volverán,
salvo si tú lo quieres,
cuando el futuro enseñe
otro espacio feliz y luminoso.
N.B. Estuve en Ávila. Hacía varios grados bajo cero y yo me sentía bien y con un calorcito diferente.
viernes, 8 de enero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
¡Que suerte! tiene alguien que algún día leera estas cosas tan bonitas que le dedicas.
Publicar un comentario