domingo, 3 de enero de 2010

TAMBIÉN VIVIÓ LA VIDA

TAMBIÉN VIVIÓ LA VIDA

Debajo de aquel roble,
hoy triste y silencioso,
también vivió la vida.
Al amparo del muro
cesaron los rumores
porque templó la vida.
La vida se hizo nieve
en la altiva montaña
porque estuviste tú en la cima.
Y fue vida la nube
partiendo los espacios
porque tú le mandabas
algodonar los cielos
y señalar los fuertes y fronteras.

Acaso tu presencia
siguiera las pisadas,
buscara hallar la huella
del espacio completo,
o simplemente hallara
la gracia derramada
del ser que tú ya eras.

Hoy me anega la duda:
no hay roble, muro, nieve;
no existe tu presencia,
ni alcanzo a ver la gracia
que en mí dejaste entonces derramada.

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