sábado, 24 de mayo de 2008

NO ES ASÍ, NO ES ASÍ


Me queda la conciencia, cada vez más nítida, de que me alejo del quehacer diario, de lo que leo y degluto en las páginas de los periódicos y de otras muchas cosas que almaceno inconsciente en mi memoria desde la ventana mágica de la televisión. Antes escribía mucho sobre asuntos sociales y políticos, ahora lo hago mucho menos. Y, a pesar de todo, el fondo es siempre el mismo, el que me ponen otros, el que me dan en gris o en blanco y negro los dueños de los medios cada día.
Llevamos unos meses de descabezamiento del líder del PP. Ahora toca echar por tierra, desde los medios de la derecha política y mediática, lo que solo unos días antes se ensalzaba sin pudor y sin recato. Es la técnica simple que mejores resultados ofrece, que más morbo le pone al asunto y que más clientela arrima al cotarro de la publicidad y de la cuenta de resultados, que es lo que, al fin y al cabo, interesa. Es el capitalismo puro y duro, la aplicación concreta de los tristes principios. Tampoco hay que extrañarse demasiado. Tal vez sí habría que darles una vuelta teórica a los principios que sostienen tales barbaridades. No puede ser que valga todo para el convento, no es moral que la escala de valores no repare en los medios sino solo en los resultados, no es ética una conducta que ensalza y que denigra según las conveniencias. Nunca hay nada tan nítido como para insultar a todo trapo, sin reparar en nada, sin observar que todos somos personas, que no hay nada del todo definitivo ni absoluto. Supongo que, desde una perspectiva de resultados, o sea, de derechas, estas caricias lingüísticas y estos bocados sin piedad se aguantarán mejor, en espera de mejores tiempos y aguardando que las tornas se vuelvan y que las dentelladas cambien de dirección. Yo no pienso lo mismo. No todo vale, ni muchísimo menos. No puede ser que nos pasemos la vida en lucha permanente para que solo sobreviva el mejor, que siempre será sencillamente el que mejor sepa adaptarse a las leyes del mercado. Para eso no hemos venido aquí. Por lo menos tenemos que intentar disimularlo con buenas intenciones.
Como este navajeo se produce en todos los partidos y asociaciones, habrá que sacar conclusiones no solo para acusar sino para aplicar las soluciones cuando toque. Siento que me repito, que digo muchas veces lo mismo en estas líneas. La solución no está en seleccionar a unos para ensalzarlos como jefes y héroes y en olvidar a otros como si nada valieran. Es verdad que hay personas por el medio, pero qué bueno sería si el presidente de un gobierno se creyera como cualquier mortal, como cualquier obrero que trabaja con otros a España, como decía el poeta, y que, al cabo de un tiempo, vuelve sencillamente a su trabajo, a su tarea diaria, a su cocina, a sus niños, a sus cavilaciones, a contemplar la vida cómo pasa, a sentirse pequeño y desvalido, a cumplir sanamente unos horarios, a tener como todos cualquier dificultad, a sentirse igual y no superior a cualquier otra persona que pasa por la vida como tantos. Entonces las puñaladas no tendrían sentido, los empujones tampoco, los héroes y los villanos se difuminarían, y esa moda de vender periódicos y de arengar a fanáticos se perdería en el olvido.
No es así como se arregla esto. No es así. Ni en la derecha ni en cualquier otro partido. Que en todos los sitios cuecen habas.

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