martes, 5 de febrero de 2008
¿MARTES DE QUÉ?
A veces se cuelan en la vida actividades inesperadas, como se cuela una nube en medio de un mar de sol o un pájaro en un huerto solitario. Tenía pensado acudir a escuchar un concierto de piano al Cervantes. El lugar bien lo merecía, el músico era el bejarano semidesconocido José Lidón y la intérprete una concertista británica. Pero lo había echado en el olvido. Una llamada de Pedro Campo para ofrecerme un par de entradas me sacó de mi letargo y de mi despiste. Y allá que me fui y que nos fuimos, recogidos de la tarde y del fresco, al amparo del teatro en el que nos dimos cita unos cuantos despistados, muy poquitos. Por allí vi a Dámaso García Fraile,catedrático de música en la USAL, impulsor del concierto e intermediario con la pianista (mucho tiempo sin ver a Dámaso a pesar de las cortas distancias), a JSP y a algunas otras personas a las que tenía casi en el olvido. Y empezó el concierto. Enseguida me di cuenta de que aquello prometía. Eran sonatas de José Lidón (hasta seis) y una obra de Domenico Scarlatti. Pronto me ganó una cierta serenidad de espíritu y me dejé llevar por los ritmos simétricos de la música del bejarano. Aquella sensación no hizo más que crecer hasta el final del concierto. Todo pasó deprisa, todo fue un baño de sonidos y de ritmo. Cuando terminó el concierto tuve la sensación de que hay ratos que relamente merecen la pena. Y tuve también la sensación agridulce al comprobar qué reducido fue el número de paisanos que se aprovecharon de algo tan hermoso. Y eso que el concierto era realmente gratis (dos euros, menos el número de entradas regaladas). A este desajuste entre la calidad de los actos y la escasez de público no acabo de acostumbrarme; a veces parece que la relación es exactamente la contraria: cuanto más populachero es el espectáculo, mayor es la asistencia. Un ejemplo, que diría alguien, para empujarte hacia la individualidad. Me traje para casa un disco con música del maestro y un par de tomos con la transcripción de sus obras y con la biografía, regalo de Dámaso García. Gracias.
Pero yo he procurado rematar este puente con otro buen paseo por el campo. Llano Alto, la Peña de la Cruz (cuánta niebla en lo alto de la atalaya), los Neveruelos, alto de la Garganta, Arrebatacapas, camino de los Paporros, regato la Paloma, Llano Alto y Béjar. He tenido enfrente a una sierra de todos los colores según los minutos y las horas y he visto allá en lo hondo los valles y los pueblos, dormidos y engarañados, como si estuvieran en martes de carnaval. Acaso lo estaban. O sea, que he procurado estirar el puente, ese puente del que disfrutamos los docentes y que parece que molesta a no sé quién en otros foros. Si él supiera cuánto lo estiraría yo de veras...
Mientras tanto, por aquí abajo andará eso que llaman aguedesas, alguien que reivindica por un día lo que no quiere defender durante el resto del año. Qué sociología la de este folklore. Con su pan se lo coman. Mañana será otro día.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
Jolín, Antoñíto, que veo que la feligresía no se anima mucho a escribir comentarios en tu página. Pues vamos a poner un granito de arena. A ver, algo que pudiera quedar atrasado. Ya no recuerdo en cuál , pero en algún sitio te oí que de las perritas que nos iban sobrando de nuestro sueldo unos lo empleabais en forrar la galería de la terraza y otros lo dedicábamos a “robar finamente” por habernos hecho copropietarios en muy pequeña escala de algunas empresas. Te juro que no me había dado cuenta y por más que he pensado no sé a quién tengo que restituirle la pasta robada. Cagüenlaleche, qué burrín soy, ilústrame que ya tengo cargo de conciencia. Además yo ya sabes que soy facilorro de convencer con el primer argumento, que hasta una monjita me convence y me enternece casi sin palabras. Enga… grasiah hiho…dehde la Ajharquía, dehde al lao de mi vesino Er Coala, er de Opá yoviacé un corrá. Abrazoh pa ti y bezoh pa Nena. Ea
Pues vete a Tres Cantos, Auditorio, el día 17 a las 12 que hay un buen concierto de piano. Te va a gustar. Tito G.G. con obras de... bueno, que me lo dijo ayer y no sé el programa. Pero a ver si yo puedo ir con el asunto de mi hermana y me invitas a unas cañas... Ezo
Yo preferiría que fueras más concreto porque eso de "en algún sitio..." queda muy desdibujado. Y lo de "robar finamente" supongo que lo escribes entrecomillado por su sentido figurado, no por su literalidad. Cuidado que puede ser mal interpretado.
En fin, amigo, que no, que no, "que el pensamiento no puede tomar asiento".
No estaré para escuchar a Tito, pero te aseguro que lo oigo en uno de sus discos con frecuencia. Dale un abrazo fuerte de mi parte, que lo sigo recordando como aquel niño que empezaba a pronunciar sus primeras palabras, algunas veces en mis brazos.
Ya ves, con buen rollo, sin mala baba, pero, eso sí, con firmeza en mis ideas.Un abrazo.
“…porque le parecía que aquello no era más que una forma fina de robar y que descubrió que…” (27/11/2007)
No. No. La cita no era exacta porque no me la sabía de memoria, pero me la has hecho buscar, “robar finamente” y “una forma fina de robar” no difieren mucho. Creo que no caben malas interpretaciones.
El vecino, en tercera persona, del artículo sin puntuación era el autor, evidentemente. Y la terraza era, evidentemente la de “Desde mi terraza” Y lo del polvo llenándole la chaqueta al señorito dueño, me hacía mucha gracia. Me descojonaba, sobre todo si era autobiográfico. Yo, es, que, como he sido peón y albañil y carpintero sé lo que son los avatares de la obra y siempre a mis amigos Tiburcio el ferralla, Gregorio el carpintero más informal del reino, Usebio y Serafín los peones, Paco y el otro Paco los “arbañiles” y otros treinta o cuarenta les tengo sagrado respeto, porque te lo juro, no tienen que ver nada esos jodíos trabajos con dar clases en el instituto. Po ezo.
Me llega un mail diciendo que: “El artículo que cito del 27-11-2007, alguien lo ha cambiado y lo ha trasladado y repartido entre los días 21 y 22 del mismo mes y año.”
Publicar un comentario