Por fin veo un día abrir informativos con un asunto realmente importante. Otra cosa es el nivel de profundidad, de nostalgia o de demagogia con el que se haga, según los casos.
Veinte años de la caída del muro de Berlín. Parece que todo se lo ha tragado la tierra y, sin embargo, veinte años no es nada, ni bailando tangos. La caída de ese muro simbólico y físico tiene muchas lecturas y muchos niveles de interpretación y seguramente sumarlos todos en un revolutum no sería lo más honrado intelectualmente.
El primer nivel de análisis podría situarse entre los habitantes de las dos Alemanias. Seguro que la mayor parte de sus habitantes respondería en su día con el contento por ese hecho, pues en ellos actuaba un elemento emocional importante: tan solo habían sido unos decenios y los lazos familiares e históricos se imponían a todo lo demás. Seguramente por eso, la caída supuso una ruptura emocional y un reencuentro entre personas, familias, ciudadanos e historia compartida que de ninguna manera se podía ni se debía parar. No sé si la respuesta sería la misma hoy por parte de los que han vivido las dos situaciones.
Otro nivel es el de la caída de un elemento que dividía ideológicamente el mundo en dos grandes bloques y que los tenía espalda con espalda y muertos de miedo en todo lo que se llamó la guerra fría. Romper barreras, en cualquier sentido, suponía, y supondrá siempre, un añadido de emoción para todos que no se puede olvidar. Era un hito realmente histórico y los protagonistas físicos lo debieron entender así de manera casi espontánea. Haber intentado frenarlo habría supuesto seguramente un baño de sangre insoportable.
Veinte años más tarde los foros de gentes sensatas y no movidas por el interés comercial ni de simple imaginería deberían formularse diversas preguntas. Como el régimen que se desmoronó fue el del Este, no estaría de más analizar hasta qué punto sus mecanismos y sus raíces se habían deteriorado hasta dar lugar, casi de una manera natural e inevitable, a aquel hecho. Tampoco importaría que, a pesar de todo lo que ha llovido por todas partes, nos enfrentemos a la pregunta de si el comunismo ha aportado algo positivo a la historia o ha resultado un retroceso. Y acaso no seríamos incoherentes si formuláramos la misma pregunta al capitalismo, sobre todo teniendo en cuenta que este último régimen realmente lleva, salvo estos setenta u ochenta años y en territorios concretos y determinados, controlando nuestra vida y la de todos nuestros antepasados durante toda la Historia.
Mucho bocado para treinta líneas, claro. Volveré a apuntar, sin embargo, que no tengo tan clara ninguna postura, que el régimen comunista ha aportado muchos elementos de progreso y de enseñanza, que no es lo mismo el “socialismo real” que el socialismo teórico, que hay seguramente diversas maneras de llevar a la práctica estas teorías, que la injusticia sigue campando por sus respetos en todo el mundo, que cada día las desigualdades son más evidentes, que no se puede mantener ningún régimen con dirigentes perpetuos o semiperpetuos, que el culto al líder es insostenible desde cualquier punto de vista y el régimen comunista parece que lo favorecía claramente, que conceptos como la plusvalía siguen ahí dándonos en las narices, salvo que o seamos tontos o nos hagamos los imbéciles, que prefiero una dictadura del proletariado (con explicación) antes que las que sufro de las oligarquías y de los monopolios, que un mundo con una sola superpotencia, controlado desde un país, corre el peligro de ser peor que el mismo mundo controlado desde dos potencias, que el capitalismo sin rostro humano es sencillamente degradante para todos, que habrá que seguir buscando fórmulas para valorar a todos los seres que componen una sociedad de la misma manera y darles igualdad de oportunidades real y no formal y mentirosa, que necesitamos como el comer algún grupo de conciencia social que nos despierte del dormir continuo en el que andamos anegados a través de todos los medios de presión, entre los que destacan los medios de comunicación, siempre al servicio de los poderosos, que si no cambiamos el espíritu egoísta por algún barniz comunitario y social esto es la selva y un grito continuo de sálvese quien pueda, que necesitamos enfrentarnos a los hechos con franqueza y sencillez, pero con la razón por delante y dispuestos a enfrentar la realidad y sus transformaciones sin miedo y guiados por esa verdades que hayamos razonado y lejos de otras influencias irracionales, que mata mucho más quien aniquila posibilidades diariamente y convierte la sociedad en una desigualdad aborrecible, que si no creemos en el ser humano como tal, en todos, por el hecho de serlo, corremos el peligro de amodorrarnos, de envilecernos y de olvidarnos de todo aquel al que la vida le haya tratado mal, que las unidades económicas nos siguen marcando la pauta de nuestros cambios sociales y que no analizarlas es dejarse engañar, y hay muchas fuerzas y medios dispuestos a engañarnos y a dirigirnos a su antojo, que actualizar teorías es siempre bueno y seguir defendiendo principios también, que…
Qué forma tan boba de trivializar en los medios algo tan importante como eso llamado la caída del muro de Berlín. Otra forma de amodorrarnos. Y que les pregunten a los que vivieron y viven las dos condiciones, que también tendrán algo que decir desde esas vivencias personales. Demasiadas variables como para fulminar estos asuntos con tres palabras.
Y que caigan todos los muros, no solo los visibles que por ahí quedan, algunos haciendo frontera con el imperio, sino sobre todo los invisibles pero dolorosos de la pobreza, de la desigualdad de oportunidades, de la degradación humana, de la falta de libertades reales y de tantos males como habitan entre nosotros. Por esto sí que levanto mi copa.
lunes, 9 de noviembre de 2009
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1 comentario:
Buenas noches, Don Antonio Gutiérrez Turrión:
Que caigan todos los muros visibles e invisibles.
Levantemos una copa -simbólica, dada la hora- y que reine el respeto y el amor, entre los mayores y los niños, y los buenos sentimientos.
¡Viva la poesía!.
"Había un niño que tenía un gran sueño..."
Pink Floyd. (Youtube)
v=M_bvT-DGcWw
Saludos. Gelu
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