HAY TARDES
Hay tardes de paraguas que ocultan cualquier beso.
Tal hecho se produce -perdona la obviedad-
cuando el viento y el agua se adueñan de los parques
y las aceras muestran fantasmas que caminan
en círculos oscuros de lesa tempestad.
Es un mar que se mueve
con sus flores de loto sin sosiego,
es un mundo de pájaros
que ha bajado a jugar.
Esta tarde, tan gris y tan vacía de ti,
yo he querido vestirme mi escafandra
para bajar al mar de tus sargazos,
para enredarme en ti y, a ras de tierra,
volverme un huracán,
despojarte de ti y de tu paraguas,
dejarte al descubierto
y dejar que la lluvia
nos unja y nos invada de ilusiones
de la materia dulce de sus aguas,
de la mentira intensa de sus besos.
jueves, 26 de noviembre de 2009
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