sábado, 21 de noviembre de 2009

ESTO SÍ QUE ES UNA CONFERENCIA



Que no, que no siempre inventa uno, que muchas veces la realidad supera a la ficción. Aquí va una gotita y un ejemplo.

Viernes tarde. El fin de semana se anuncia con la presencia de Sara en casa. Buenas perspectivas. Pero estoy un poco cansado y no tengo demasiadas ganas de ocupar todas mis horas en asuntos personales. Hay anunciada una conferencia en el Casino Obrero. Este es su título: “La noche que Hemingway pasó en Béjar”. Y este el nombre del conferenciante: José Antonio Sánchez Paso. Hace bastante tiempo que no acudo al Obrero a una actividad de este tipo. No tengo ganas de describir ahora y aquí por qué sucede eso. Esta tarde me tienta. No demasiado, pero me tienta: hay varias razones para ello.

Son poco más de las ocho. Noche cerrada. Entre veinte y treinta personas aguardan en la sala del Casino a que comience la conferencia. Pero el proyector no funciona y no hay manera de que todo se ponga en marcha. Después de casi un cuarto de hora, alguien se da cuenta de que sencillamente el alargador es el que no tiene ganas. Nuevo alargador y todo dispuesto. Comienza la disertación.

El conferenciante comunica que, antes de hablar de Hemingway, dará noticias de otros autores que han tenido que ver con Béjar y que, de alguna manera, han visto la vida desde un punto de vista jocoso y hasta licencioso. Buen principio. Y señala que, para andar acordes con ellos, se ha traído unas botellas de güisqui con las que quiere que brindemos cada vez que termine con cada autor.

Se reparte el güisqui entre los asistentes. Se vacía la botella pero se enseña otra llena, como señal de que aquello puede continuar. Y empiezan a salir a escena, con diapositivas, los autores. Francés de Zúñiga. Brindis (al autor se le olvidaba pero allí estaba yo para recordárselo). Cristobal de Mesa. Brindis (yo no brindo porque este colega me parece un pelota de la casa ducal). Un par de rameras bejaranas en una casa de lenocinio de Salamanca, S XVI. Brindis. Fray nosequién (no recuerdo ahora el nombre), catalogador del archivo de la casa ducal, S XVIII, y primer redactor del asunto ese de la aparición de la Virgen en el Castañar (el colega refería que una fuente daba vino cuando nevaba para que los obreros no tuvieran que bajar hasta Béjar a buscarlo y, a pesar de ser un tipo ilustrado, lo dejaba en la duda: dogmatizado él). Brindis. Baroja. Brindis. Cela y su calderillo en Béjar. Brindis. Ya hubieran venido bien unas perrunillas a estas alturas.

Y Hemingway por fin. Entre cinco y diez minutos de ambientación: vida, algún viaje a España, su viaje el verano del 59 (¿o fue del 50?), los mano a mano de Dominguín y Ordóñez… Y la noche en Béjar. Dos de septiembre de 1959 (¿o 1950?). Origen: Palencia. Dirección: Mérida, donde Ordóñez toreaba la tarde del día siguiente. Parada en el Hotel Colón, recientemente inaugurado, y regentado por un americano. La voz que se corre por la ciudad estrecha. Autógrafos en el hotel. Cena con su mujer, su secretaria y un matrimonio acompañante. Cogorza correspondiente (aquel verano fueron casi diarias).Paseo matinal por la calle mayor y salida en su coche hacia Mérida.

El conferenciante sabe que en el salón hay alguna persona que vivió personalmente aquella noche y la invita a decir lo que quiera. Manolo, camarero a la sazón en el Colón y buen andarín en la actualidad, a pesar de su edad,se levanta solemne: Hemingway no venía de Palencia sino del sur, no se dirigía a Mérida sino a Salamanca, donde torearía Ordóñez, aquel día retenido en Málaga por algún incidente, y el hotel no estaba regentado por un americano sino por un alemán, ejemplo de buen hostelero.

No hay animadversión hacia nadie pero a mí se me queda una carita como de tonto en medio minuto pues todos los datos fundamentales expuestos en escasos minutos han sido rebatidos por una persona que los vivió personalmente. Brindis final para apurar el güisqui del vaso.

Me levanté deprisa y saludé con un gesto de complicidad al conferenciante. Me devolvió el saludo y me sumergí en la noche camino de mi casa. No quito ni pongo coma.

Debo añadir algunas notas: Que Hemingway pasara una noche en Béjar me trae sin cuidado, sobre todo porque no aporta nada ni a la literatura ni a la vida de esta ciudad. Creo que hay un desfase demasiado evidente entre muchos esfuerzos de “investigación” histórica y los resultados que producen (a mí la Historia solo me interesa si repercute claramente en mi vida y en la de mis semejantes actuales). Tengo confianza en la capacidad de Paso y conozco su empeño y conocimientos de los asuntos locales. Creo que el viernes no tuvo exactamente su mejor día. La respuesta de Manolo fue absolutamente elegante. El tono festivo se mantuvo a pesar del final.

Y un último dato: El conferenciante dijo que aquella noche se le habría hecho una entrevista a Hemingway por parte de la emisora Radio Béjar (se proyectó una fotografía que lo apuntaba) pero que no se guardaba copia de ella y que quizá en los fondos de Radio Nacional de España en Madrid se podría encontrar: él se prestó a realizar el intento. Esta mañana alguien me ha afirmado que hay una persona en Bejar (estaba en la sala pero no se levantó) que conserva copia de una entrevista realizada a quien hizo esa entrevista.

No recuerdo una conferencia gratuita en la que me hayan invitado a güisqui y en la que me haya sentido más descolocado. Me reí bastante anoche. También lo he hecho esta mañana. La tarde ha sido para Sara, que ha venido a verme y a comer conmigo. Pero esto ya es otra conferencia.

1 comentario:

Jesús Majada dijo...

No es que tenga mucha importancia, pero estoy casi seguro de que "El verano peligroso" fue el del 59.