domingo, 22 de noviembre de 2009

DOS APUNTES

Me gustaría haber gastado unas horas de mi tiempo en algo provechoso. Lo he intentado con mi hijo Juan Pablo, que ha vuelto a estar con nosotros otro fin de semana, y no estoy seguro de haber conseguido demasiadas cosas. Los ratos de casi toda esta tarde ante el televisor me tendrían que haber servido de pretexto para suscitar alguna conversación con perspectivas de futuro, con ánimos de abrir caminos que sirvan para trazarse un modelo y algunas metas. Tengo que confesar mi fracaso, o mi impresión de fracaso. Y me duele demasiado porque la vida se vive a cada instante pero esos instantes también son vida si se llenan en pensar y en trazar planos y planes, en levantar castillos de ilusiones y en levantar la vista y mirar al futuro que nos aguarda. Habrá que seguir intentándolo más veces porque nos va mucho en ello; pero no hay todo el tiempo del mundo.


He oído al presidente del Gobierno estas palabras hoy mismo: “Saldremos de la crisis con una economía competitiva, pero nunca basada en la dialéctica de vencedores y vencidos.” Con los tiempos que corren, habría que interpretar el valor de cada una de las palabras, pero he de confesar que a mí me suenan muy bien, sobre todo las últimas. En alguna ocasión ya he dejado dicho que me gusta más lo competente que lo competitivo, porque este último término apunta precisamente a vencer frente a otros para salir triunfadores. Es la dialéctica de vencedores y vencidos la que yo aplico a la derecha política y social y la que no me gusta porque deja sembrado de cadáveres el campo de batalla. No sé qué grado de credibilidad pueden tener las palabras del presidente del Gobierno, pero ahí quedan por si alguno las quiere hacer suyas. A mí me parece que tienen un gran recorrido y que dejan ver, ya era hora, alguna ideología detrás de ellas.

Y es que, si no socializamos las ideas y los impulsos prácticos, esto no puede funcionar. Los seres humanos estamos en el vértice de la evolución precisamente porque somos los que, a pesar de todo lo que llueve y de los tiempos que corren, mejor nos sabemos adaptar a las actividades y a las relaciones sociales. Cualquier país del tercer mundo lo es fundamentalmente por la desestucturación social, no por su pobreza natural, pues algunos son muy ricos en materias. Y eso mismo sucede con las comunidades menores dentro de las grandes sociedades.

Se anuncia la aprobación de una ley de crecimiento sostenido. Ojalá no sean palabras vacías de contenido y esté basada en criterios de contenido social; es la única forma de atisbar lo que podría ser un crecimiento sostenido y global. Ya se encargarán los poderosos de que todo esto no sea más que fuegos de artificio. Ellos son los vencedores; los demás, los vencidos. Y los vencidos aplaudirán hasta el agotamiento a los vencedores. Y se habrán convertido -otra vez- en esclavos agradecidos.

1 comentario:

mojadopapel dijo...

No soy partidaria de las generalizaciones, engloban y meten a todo el mundo en un mismo saco.Existen poderosos que manejan la política,la economía,la riqueza y la información (para mí, el mayor poder.)Los poderosos ostentan el poder que queramos concederles y no hay mayor concesión que nuestra postura acomodada.No me gusta hablar de vencedores y vencidos..y en todo caso jamás te veré en esa situación, pues tienes el poder de la palabra.