Mi despiste proverbial me llevó anoche a la sede del PSOE en Béjar. La puerta estaba cerrada. La reunión era hoy y en ella había que elegir a la nueva ejecutiva. Después de darme un buen paseo mañanero, siempre descendente, desde el camino del pantano hasta Béjar, me acerqué a cumplir con lo que había prometido. Como en otras ocasiones, me tocó coordinar la actividad y templar gaitas, hoy casi suficientes como para formar una orquesta. No corren aguas muy limpias en esta agrupación y vislumbro enfrentamientos personales para el futuro. Ojalá me equivoque, pero voy acumulando una experiencia que me dicta lo que apunto. Y es que volvemos a hacer personal lo que tendría que ser colectivo, y anotamos en el haber personal lo que en realidad obedece a variables azarosas y descontroladas. Parece que fuera la derecha la que dirimiera quién es el bueno, el líder y el campeón de todo. Por supuesto con los demás a la cola y a la espera de lo que se le ocurra al iluminado de turno. Por eso las caras se repiten tanto y la foto siempre da el mismo perfil. Para ese camino no se necesitan estas alforjas, ya tenemos a la derecha que lo ha andado siempre y presume de ello. La costumbre está tan arraigada, que no hay forma de hacer pensar en cambiarla. Allá ellos. Luego que no se extrañen de que algunos sintamos cierta conmiseración y nos mostremos recelosos para participar en los contubernios. Al menos nos queda la libertad de manifestarnos con un poco de holgura. Que no te da casi nunca nada, pero que tampoco te lo quita, y te ayuda a moverte con soltura y hasta con un poco de envidieja contenida de muchos otros.
Así que ya se sabe, las caras visibles son las mismas, y los arrimados, los de siempre. Les deseo todo el éxito pero el camino me parece totalmente equivocado. Salvo que sea para acumular cargos, para mantener una falsa vanidad, o para arrimar euros de aquí y de allá. Espero que no sea por eso, pero a veces da toda la impresión. Y, la verdad, no es la mejor ni la más edificante. Este mundo de la cosa pública me parece fantástico si fuéramos capaces de quitarle toda la oscuridad de la vanidad, del falso orgullo del puesto y de las perras que se recogen por el camino. Lo malo es que tal vez entonces tendríamos pocos voluntarios. En fin…
sábado, 15 de noviembre de 2008
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5 comentarios:
Antonio, que tristeza destilan tus palabras, tanta como la que me asalta a mí leyendote,( a pesar de que no es nada nuevo).
No entiendo ciertas aptitudes en las personas que dicen tener ideología de izquierda, no me cuadra, salvo por esas miserias humanas que criticamos en los otros, y que despues repetimos tan equivocadamente.
Que dolor que las izquierdas no seamos capaces de trabajar con unidad por un destino común, que rotundo fracaso que pagamos caro hundiendonos en la miseria; en fin compañero, que como no afiliada quedo lejos de la asamblea y sus trejemanejes, pero que sigo estando cerca de tu corazón.
No dejes de templar gaitas,por favor, creamos en la UTOPIA, tal vez algún día !dejará de afinarse la orquesta!.
Salud.
gb
Antonio, que tristeza destilan tus palabras, tanta como la que me asalta a mí leyendote,( a pesar de que no es nada nuevo).
No entiendo ciertas actitudes en las personas que dicen tener ideología de izquierda, no me cuadra, salvo por esas miserias humanas que criticamos en los otros, y que despues repetimos tan equivocadamente.
Que dolor que las izquierdas no seamos capaces de trabajar con unidad por un destino común, que rotundo fracaso que pagamos caro hundiendonos en la miseria; en fin compañero, que como no afiliada quedo lejos de la asamblea y sus trejemanejes, pero que sigo estando cerca de tu corazón.
No dejes de templar gaitas,por favor, creamos en la UTOPIA, tal vez algún día !dejará de afinarse la orquesta!.
Salud.
gb
Te lo dije hace tiempo, Antonio, y te lo repito con harta frecuencia, aunque sé que no compartes conmigo el planteamiento ni la base: es tiempo para la individualidad, para encerrarse, para armar las estructuras personales y para arreglar lo cercano que se puede arreglar, solo eso y nada más que eso.
Tu teoría del asunto social solo funciona en el papel, pues llevada a la praxis terminaría haciéndote igual que a los que censuras. Solo hay que mirarse en el centro de uno, en lo interior, mirarse con sinceridad y sin palabras, para saber que nos somos lo que propugnamos.
Yo no pondría la mano en el fuego por mí... ¿tú la pondrías por ti?
Es jodido, hermano.
Lo mejor es apartarse, de verdad, apartarse y gozar de la soledad o de las compañías precisas... desde ahí podrás hacer mucho más que desde el grupo, cosas pequeñas, sí, pero tangibles.
El hombre siempre fue un mal ejemplo para el perro.
Un abrazote.
Antonio leyéndote, y con la confirmación de algunas crónicas no oficiales, me da verdadera pena de lo que ocurre en un sitio donde dejé horas y horas para que ahora... Bueno, mejor que lo dejemos en este punto.
Si, además, estoy en el limbo, porque nadie me ha querido explicar en donde estoy, pues la verdad es que mejor verlo todo desde la barrera y dedicarme a las cosas y las personas que más me importan. Bueno y aunque no estuviera en el limbo me pasaría lo mismo. He mirado hacia atrás, he visto mis errores muy claramente y no los pienso repetir.
Un abrazo.
Malos tiempos corren para los que empezamos un camino que otros muchos marcaron. Cerca de Antonio, hombro con hombro, desde la misma mesa, tomando nota tras nota y dando poco crédito a lo que anotaba, vi caras entristecidas y voluntades dobladas. Con la poca que me queda (voluntad digo)intentaré reconocer errores y lamentar sucesos, más que nada para no repetirlos, al fin y al cabo también los considero míos. No estaría mal un poco de cordura. Los bandos, ni para la guerra son buenos, menos para compañeros y supuestos aliados.
No sé, querido Antonio, como saldrá la historia, pero son demasiadas escaleras para perder el tiempo.
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