martes, 25 de noviembre de 2008

DE PASOS IMPRECISOS POR LA VIDA

“Dos cosas llenan el ánimo de admiración y respeto: el cielo estrellado que está sobre mí y la ley moral que hay en mí.” Son palabras de Kant en su Crítica de la Razón Pura.

Y me dan ganas de dejarlas sin glosar para no estropearlas. Me interesa, no obstante, resaltar que en ambas partes aparece la figura de la primera persona, la palabra “mí”, la realidad individual desde la que se mira todo o acaso desde la que se crea todo. Seguramente tendría también que precisar el significado de “cielo” hasta ampliarlo a toda la realidad física, y acaso metafísica. Tal vez. Desde ella, con ella, en ella, por ella, sin ella, ante ella, contra ella…, toda la ley moral que me sostiene, que me achica y me agranda, que me da algún sentido, que me aniquila o me sublima, que me hace levantarme cada mañana con algunas sendas señaladas, con algunos caminos prohibidos y con algunas metas que alcanzar.
Así que miro al cielo y me reflejo en su existencia, miro al suelo y me contemplo como una parte más. Y en esa contemplación me siento empujado a por lo menos no perturbar del todo la armonía o el caos que representa todo. Ahí empieza mi ley moral, transida de dudas y de torpezas, de pasos hacia adelante y hacia atrás, de huidas y de apariciones, de egoísmos y de participaciones…, de pasos imprecisos por la vida.

Podría pensar mi moralidad y desde ella extender la mirada hacia la realidad. No me parece honesto ni real este orden. Pero no me importaría admitir sugerencias ni dialogar y argumentar acerca del asunto. ¿Con quién?

1 comentario:

Manolo dijo...

El sábado podemos ponernos peripatéticos y abordarlo. Aunque tiene enjundia para bastantes sábados.
Un abrazo