Tus días son mis gozos y su falta será causa de llanto. Hoy cumples años, madre. Prefiero no contarlos. La más simple estadística empieza ya a excluirte de todos los recuentos. Qué duros pedernales son los números. Ayer tuviste a muchos de tus hijos en torno de una mesa. También vinieron nietos. Te besaron, cantaron en tu honor, se hicieron fotos. Y tú los observabas con todo el ruido a cuestas, con cara de cansancio pues los ruidos hicieron mella en ti. Pero estabas contenta, se te notaba mucho. Aunque perdiste la noción del tiempo e hiciste tabla rasa cambiando la noche por el día. Si lo sabré yo, madre, que estuve muchas horas a tu lado, oyendo tus palabras inconexas, en duermevela largo, interminable.
No pasa nada, madre, hoy es tu cumpleaños. Has tenido la suerte de rescatar del tiempo una buena cosecha de años y de días. Y vas cerrando un ciclo largo, bien largo. Vamos a estar contentos por vivirlo reunidos. Ya sabes que me cuesta, en estos casos, ser demasiado explícito y que me refugio en el silencio. Pero sabes también que no me guardo ningún cariño. Hoy quiero regalártelos todos con un beso muy grande.
Y yo me haré mayor,
Y te volverás niña
-Otra vez-
Cuando el tiempo se olvide de medir
Las horas y las noches;
Y entonces me darás tú los besos,
Te enfadarás conmigo
Por no dejarme ser como tú eres,
Y acaso no comprendas
Mis decisiones últimas.
Pero estaré contigo,
Siempre estaré contigo, aunque te enfades
Y yo me ponga amargo algunas veces.
Te pido un anticipo de perdón;
Yo bien sé que tus fondos no se agotan
Aunque pida reintegros cada día.
domingo, 7 de septiembre de 2008
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1 comentario:
Ternura hecha palabras.
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