lunes, 22 de septiembre de 2008

ME GUSTAN LOS CONTRASTES



Me gustan los contrastes, los cambios comprobables, la salida del sol que señala los hitos del camino y aclara los contornos mientras se va retirando la noche, el verde sobre el ocre, la paleta intensísima de los colores del otoño, el cielo como contrapunto del suelo, el hambre cuando es saciada con el alimento, el amor deseado frente al amor colmado, las ganas y el deseo frente a la abulia, un poema de amor frente a un poema épico, la desgana con la vuelta a las ganas y a comerse el mundo.

Nunca he experimentado mejor el contraste que en estos meses que llevo tan al lado de mi madre. Sus momentos de lucidez son como un bálsamo laudánico frente a la continuidad de la identidad perdida. Son instantes muy breves, apenas ráfagas que me anegan de luz y de contento, que me dejan recuerdos de lo que siempre fue hasta que dejó de ser, de aquello que me llevo y que guardaré siempre como riqueza inmensa, son gotas de un licor con muchos grados que me emborracha y que me deja al pairo y alelado.

Ir de un mundo a otro mundo tiene que ser muy complicado porque es conectar, entender que ahí está la luz y volver a desconectar para sumergirse en otro mundo velado y diferente. Me quedo con la luz de esos momentos. Sus destellos formarán un buen álbum de mis fotografías favoritas. Siempre.

1 comentario:

mojadopapel dijo...

Disfruta de ellos cuanto puedas,son regalos que llevan una impronta que perdurará siempre en ti.