martes, 23 de septiembre de 2008

PARA HABLAR CONTIGO



Solo te escribo versos esta noche
Para hablar contigo.
Te hablo de esa casa perdida
En la materia gris de tu memoria.
Es vieja y está destartalada. Acaso
Nadie la haya habitado
Salvo el canto feliz de los vencejos
En las tardes de agosto
O alguna golondrina retrasada
En el cobijo tibio de septiembre.

En ella tus anhelos se aquietan poco a poco.
Por sus habitaciones, madre, tú divagas
Y encuentras en su sitio
Todo lo que tu amor desea.
Un poco más al fondo,
Donde afirman que habita el olvido,
El padre también sueña
Sentado en una silla.
Te mira y tú lo miras. Os miráis
Como dos girasoles que se admiran,
Como los pájaros posados
En el verde más verde de las ramas.

Después de tanto tiempo,
Esta noche has preguntado por él,
Has sentido su ausencia y lo has llamado
Para saber cómo le van las cosas.

Yo también envejezco en la portada.
Estoy feliz a ratos, con un alegría honda
Y misteriosa. La casa me parece
Silenciosa y ajada. Sus jardines
Están llenos de salvia y de romero,
De olor a madreselva y flor de almendro.

Por el parterre pasean dos ancianos.
Sus pasos silenciosos los conducen
Al reino del olvido.

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