viernes, 16 de noviembre de 2007

UNA IMAGEN FRUSTRADA

Me siguen interesando los autores clásicos y a veces no sé por qué. Platón es uno de ellos. En este caso puede que sea por el hecho de que desde entonces para acá tampoco se ha andado tanto y porque la filosofía occidental anda impregnada de sus esquemas y de tres o cuatro ungüentos que le añadieron los judíos (amor, perdón, eternidad, rostro humano del dios). Casi todo el esquema estructural de la Biblia anda en sus diálogos y el asunto del alma y del cuerpo como dualidad nos lo endilgó este colega para los restos, como base de casi todo lo demás.
El el diálogo "Timeo" (lo he revisado hoy), Platón se encarga de organizar nada menos que la explicación del origen del universo. Hala, venga, como quien toma un tinto de verano. Y todo con los medios de hace casi dos mil quinientos años. Así le sale el churro que le sale. Y todo esto, además, para que le sirva de base en su intento de explicar la creación del hombre -aquí es preciso decir hombre y no ser humano, por la separación de la mujer- y su situación en la naturaleza física y social.
Qué diarrea mental. Menos mal que al demiurgo le dio por infundirnos la racionalidad como obra suya para los humanos. Menos mal. Este diálogo leído por un profesor de anatomía tiene que se algo así como meterse en el arca de Noé con todos los animales y sufrir claustrofobia. Por ejemplo: "Después implantó y ató las partes del alma a ella. En la distribución que hizo al principio, dividió la médula misma directamente en tantas y tales figuras cuantas y cuales especies de alma iba a poseer. Hizo totalmente circular a la que como un campo fértil iba a albergar la simiente divina y llamó a esta parte de la médula cerebro, porque el recipiente alrededor de ella sería la cabeza (...) Dividió, además, la parte que iba a retener el resto mortal del alma en figuras que eran al mismo tiempo esféricas y oblongadas, y llamó al conjunto médula. Después tendió de estas, como de anclas, ataduras de toda el alma y construyó todo nuestro cuerpo a su alrededor..." Y me corto para no aburrirme. Es verdad que se puede leer en sentido figurado todo, pero es que estamos hablando de algo que quiere justificar toda una forma de vida posterior.

Y, a pesar de todo, cuando cualquiera se asoma curioso al cuerpo humano, no puede menos de quedarse fascinado por la complejidad que se descubre en su composición y en su funcionamiento. Nos pasa a los legos y supongo que les ocurrirá aún más a los iniciados. Y, a partir de ahí, se puede desatar cualquier tormenta. De manera que, aunque esta descripción sea literalmente ridícula, ahí sigue el misterio, el milagro de la vida. Lo más hermoso de todo es que todos somos portadores de ese misterio extraordinario y con él vamos a cuestas cada día y cada hora. Tedríamos que estar jubilosos por ello. No estoy seguro de que lo sepamos apreciar.

1 comentario:

Er Schú dijo...

Po zí zenyó. Don Platón comenzó por er finá, como desimoh en Vandasía.Al revés que Zevero Ochoa. Como aquí zemoh bilingüeh como loh catalinoh loh vahcoh e incruzo loh gallegoh, voy a zeguí ehcribiendo en la lengua de toh lozpanyoleh pa que me puean entendé munscho mehón. Mezplicaré:
En el Thimeus empieza a hablar del misterio, porque es de lo único que podía hablar y en el misterio se quedó todo el mundo hasta el siglo XVIII que, en la "Pérfida Albiòn", después de tanto pensar y trabajar hasta nuestros días, se ha ido descubriendo que además del misterio somos física y y química.
Pues a D. Severo Ochoa le preguntó el periodista después de haber descrito la estructura del DNA: Don severo, qué somos física o química? A lo que le respondió: física, química y misterio.
Abrazos.Er Schú