domingo, 3 de octubre de 2010

MAÑANA SERÁ OTRO DÍA

Unas potentes ráfagas de lluvia, movidas por el viento, me han puesto y nos han puesto caritas de otoño y nos han pintado un paisaje gris y húmedo. En mi plaza yo he aparcado el coche junto a un charco de agua, con el recuerdo a cuestas del concejal de turno al que tantas veces he advertido que la deficiencia se subsana con simple educación y con un ratito que le eche un operario municipal.

Volvía de despedir un día especial al lado de mi familia y en casa de mi suegro. Estas comidas, que en esta familia se repiten con frecuencia, me dibujan una realidad en la cual el tiempo va marcando diferencias e identidades, perfiles y situaciones particulares. El tiempo, siempre el tiempo, esa eterna vara de medir las acciones del ser humano. Y las circunstancias, tan particulares, tan personales, tan individualizadas. Y no solo persona por persona sino familia por familia.

Mi familia personal se ha modificado desde hace algo más de un año con un ser adorable al que todos queremos muchísimo. Sara es el centro de todas las reuniones y no tiene que compartir por ahora territorios con otros bebés. Cualquier día vendrá algún ser más, a mi familia personal y a la suma de nuestras familias. Y se repartirán las atenciones, y se modificarán las formas, y parecerá todo un poco diferente.

El tiempo, siempre el tiempo.

Mis hijos se han marchado a media tarde a sus respectivos destinos. Cuando esto sucede, yo me quedo un poquito vacío en mis sentimientos, pensando y repensando todo lo que daría por tenerlos a mi lado siempre y lo que acarrea el vértigo de la modernidad, de la movilidad y de la globalidad. Y no todo me parece precisamente positivo. Después me vengo arriba y me recupero.

Hasta la siguiente caída.

Hoy el tiempo se ha aliado conmigo en este tono gris y un poco airado y mocosín. Venga, mañana será otro día.

1 comentario:

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, profesor Gutiérrez Turrión:

Hoy al leer su texto pensaba que estaba leyendo un escrito de Luis Felipe Comendador.

Serán los aires de la tierra.

Saludos. Gelu