viernes, 29 de octubre de 2010





2010-10-29 OH, QUÉ TARDE, DIOS MÍO
Hoy se me fue la vista desde la tarde gris de mi terraza. Y se posó en las faldas de la sierra. Y ascendió a los lomos de la loba. Y por primera vez los encontró de blanco. Y allí quedó prendada y diluida. Hubo lluvia, hubo sol, hubo arco iris. Oh, qué tarde, Dios mío.

1 comentario:

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, profesor Gutiérrez Turrión:

Le pongo los cuatro primeros versos del poema ‘Otoño’, de José Hierro, que me han venido a la cabeza al ver sus preciosos cuadros-fotografías.

OTOÑO (José Hierro)

Otoño de manos de oro.
Ceniza de oro tus manos dejaron caer al camino.
Ya vuelves a andar por los viejos paisajes desiertos,
ceñido tu cuerpo por todos los vientos de todos los siglos.
...
Saludos. Gelu

P.D.: El árbol de la primera fotografía ya tiene su mérito.