Durante los próximos tres días (jueves, viernes y sábado), se va a celebrar en Salamanca el VI Congreso de Víctimas del Terrorismo. La prensa provincial y regional viene dando la vara desde hace bastantes fechas con el acontecimiento y espero para estos tres días el diluvio universal en forma de fotos y despliegue editorial. También los periódicos regionales y nacionales se harán eco de ello, mucho más los de derechas (¿cuál no lo es?) que los que no lo sean (¿cuáles?).
Cada día estoy más convencido de que vivimos enganchados a unos tópicos y que, con ellos en la mano, se nos manipula lo mismo que al chocolate cuando se está deshaciendo.
Si alguien pone en duda el rechazo que casi todo el mundo -desde luego yo- siente ante cualquier acto terrorista, sencillamente es que es un malnacido, o hasta un hijo de aquella manera. Así que demos esto por hecho y analicemos con calma y sosiego.
Las víctimas directas tienen todo el derecho a mostrar su desconsuelo y su rabia. Y todos los demás el nuestro a recordarles que eso no asegura, ni a ellos ni a nosotros, estar en posesión de la verdad en lo que se afirme, se niegue, se pida o se exija. El análisis correcto y más próximo a la solución y a la verdad tiene que hacerse con sus aportaciones, pero con la sistematización de quien tiene la mirada menos contaminada y ve el horizonte sin la presión de la tormenta que se le ha venido encima. ¿No existen ya foros en los que analizar este fenómeno? ¿No le corresponde al propio Estado articular medios y espacios para que los conocedores del asunto intercambien ideas y propongan actuaciones? Lo mismo se puede decir de otras instancias civiles que tengan como meta el análisis de la realidad social. Que tengan esa meta, no el interés particular.
¿Es este el caso de este VI Congreso? Ni por el forro. ¿Lo organiza una sociedad civil e independiente? Ni por asomo. ¿Se busca el análisis sereno y las propuestas razonables? De ninguna manera. Véase quién promueve, qué gente está detrás, quién modera, repásese el programa -escasito él y más sentimental que otra cosa-, háganse públicos los dineros que se dedican a él por parte de las instituciones públicas, es decir, de mis impuestos, por ejemplo cuántos cientos de miles de euros va a dejar en el invento la Junta de Castilla y León, repásese la sociología que acudirá, reconózcase qué medios de difusión están en su publicidad… Y piénsese si lo que se busca no es un rédito político y no otra cosa. Me gustaría que todos pudiéramos conocer cuáles van a ser los gastos finales, quién aporta los dineros y en qué partidas se van a justificar.
Casi todos nos subimos al carro de lo políticamente correcto y ponemos punto en boca con tal de no desentonar, o sencillamente por pura cobardía. Yo me niego a que con mis impuestos se convoque un congreso en el que lo que se va a hacer es poner de vuelta y media al Gobierno, en el que lo que interesa es marcar distancias con la razón y poner a todo el país sentimentalmente a los pies de los caballos y dispuesto a cualquier cosa con el reclamo del terrorismo.
Me duele que en esa Salamanca nadie alce la voz para gritar el engaño y la patraña, para gritar al menos que con ellos para eso no cuenten. ¡!Hay miles de profesores universitarios, de esos que enseñan y aspiran a lo universal!! Qué puta mierda. Claro que también los había cuando aquella espantosa manipulación con lo del archivo, y hasta cobraban a fin de mes, y prácticamente nadie levantó el pico.
Tanto miedo hay, que se apuntan al comité de honor todos los habidos y por haber: presidentes, ex presidentes, curas y monaguillos. Cualquiera dice que no: te pueden colgar de un pino. Pues, hala, todos a la foto, a decir que qué malos son y que el Gobierno no para el país todos los días para rezar a las doce en todas las plazas. Qué fácil es la manipulación.
Y añadiré algo más incorrecto para las mentes pías. ¿Alguien puede describirme qué plus le damos a una víctima del terrorismo frente a los albañiles que, a diario, se caen del andamio y se matan por falta de protección y por explotación de tantos desalmados? ¿Qué tienen aquellos que no tengan estos? No son estos también patriotas que trabajan con otros a España? ¡!Y sin pluses de peligrosidad ni medallas como no sean las de los fríos y las de los calores!! Dígaseme, por favor, que seguramente yo andaré sumido en el error y quiero la paz y el sosiego de la verdad.
No hace mucho se dedicaron en Béjar calles a una víctima del terrorismo con nombre propio y a las víctimas del terrorismo en general. El alcalde de la ciudad es testigo de mi protesta por ello, y no por mi rechazo sino por la desproporción que suponía llenar el país de emociones incontroladas y, sobre todo, al servicio de intereses sesgados y fariseos. Asistí, en el Castañar, a un homenaje sencillo que se le tributó a la víctima bejarana a la que años más tarde se le dedicó esa calle. Aporté mi pequeño grano de arena en forma de palabras. Nadie subvencionó nada. Ningún periódico estuvo detrás de la foto. Ni falta que hacía. Nuestro rechazo y nuestro reconocimiento a todo acto violento y terrorista quedaron bien explícitos. Y no nos dio por acusar a Aznar de estar en la causa de tan execrable crimen, por ejemplo. Ni de gastarnos lo de los demás (¿alguna vez sabremos la cantidad ingente de dinero que se han llevado de instituciones públicas, o sea, de todos nuestros impuestos, estas víctimas del terrorismo?).
Por supuesto que me duele tener que escribir estas palabras, pero me siento absolutamente manipulado y robado por demasiadas personas. Y estoy hasta las trancas de que nadie se suelte por si acaso pudiera molestar y por eso tan tonto como lo políticamente correcto. Así que, a ver si vamos acercándonos al trato similar para todos los ciudadanos, al de aquellos que dan datos y sentimiento fácil y al de aquellos a los que explotamos y matamos lentamente y enseguida mandamos al olvido por si acaso nos crean mala conciencia.
miércoles, 10 de febrero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Buenas noches, Don Antonio Gutiérrez Turrión:
¡Con qué "alegría" se gastan los dineros, cuando ni le pertenecen ni los ha sudado uno, aunque sean para causas tan tristes!.
Si se quiere homenajear, que se demuestre el sentimiento, pero gratuitamente. Entonces sí.
Y los ciudadanos, controlar los despilfarros. ¿O es que no nos damos cuenta de que son nuestros dineros, y tenemos derecho a pedir cuentas?.
Saludos. Gelu
Publicar un comentario