martes, 18 de marzo de 2008

ANIVERSARIO

Tal vez haga un camino hacia mí mismo. Tal vez lo estoy haciendo. Releo estos días a Ortega. “Meditaciones del Quijote”. Él meditaba allá en el Guadarrama, al arrimo pétreo de El Escorial. Yo lo hago aquí, al amparo seguro de estas sierras, hoy un poco más blancas tras la nieve y el agua de ayer tarde. Pero he dejado un rato para que salte libre mi cuajarón de rabia, mi miajón de protesta y mi fastidio. Hace ya varios años, en días como este, se produjo la invasión de Irak. Cuidado que ha llovido desde entonces. Sobre todo bombas y metralla contra la población desprotegida. Y muchas toneladas de rabia incontenible, y venganzas sin cuento y mucha muerte, sobre todo muerte y sangre de inocentes. Y el trío calavera de las islas Azores por ahí anda. Un par de ellos en vanguardia -manda huevos- para arreglar el mundo y el tercero, ese que es más cercano para todos nosotros, el hombre del bigote, el insufrible, el que farfulla sinsentidos en oscuro dialecto mejicano, el de las piernas largas para alzarlas encima de la mesa, el negro muñidor, el esclavo sin gracia, el que se forra, el que bebe y aplaude al burlador de normas, el gris, el gilipollas, Aznar de los cojones, sigue sacando pecho y proclamando las bondades ocultas de una acción semejante. Lo ha dicho una vez más -y van muchísimas- a un medio inglés. ¿De qué se ríe este tipo? ¿A quién quiere enfadar? ¿Es que nadie le enseña un poco de prudencia? ¿Nunca ha reconocido lo hermoso del silencio? Hay colores muy negros pero pocos como el de su conciencia. Ayer mismo morían treintaitantas personas en aquellos infiernos. Y sigue tan campante. No me extraña el deseo de algunas gentes de llevar a estos tres a la justicia. Mis ojos y recuerdos van hoy para los muertos. También por los que son americanos, pobres curritos simples extraídos del lumpen de sus barrios. Y también por los niños, las mujeres, seres como otros tantos, ajenos a caprichos y razones, o más bien sinrazones. Para toda la gente que arrastra una semana santa que dura varios años, sin procesiones ni playas, sin risas, sin comidas, sin nada que les libre de la muerte.
Añadiré un poema que escribí en otros tiempos pero que viene al caso. Me gusta y lo releo con frecuencia. Aquí lo dejo.

ESTADÍSTICAMENTE
casi todas las muertes se producen
muy lejos de nosotros.

Según la ley de Newton,
que relaciona masas y distancias,
no son igual los muertos
de Irak o de Ruanda
que el catarro en Vallecas,
o la sequía del Sahara
que un jardín sin regar en Somosaguas.

El dolor de otros sitios
solo tiene cabida dos minutos
en el hueco de mi alma.
Si no es por el relámpago furtivo
del último diario de la tele,
los horrores de Irak o de Sri Lanka
navegarían al limbo del olvido
de una incierta memoria.

A veces, sin embargo,
tal vez por un descuido
-Occidente no juega a esos dislates-,
se nos cuelan imágenes que anuncian
la muerte de un minero,
el hambre de un mendigo en la Gran Vía,
los pingües beneficios de los bancos
junto al paro que sube,
y la tristeza,
o el anciano que muere en cualquier guerra
con su nieta en los brazos.
(Iba vestida con la misma falda
que la niña que vive en el tercero).

Y volvemos a ver la ley de Newton
que aprendimos tal vez para un examen,
y odiamos su certeza
y lanzamos al mar aquel Notable
que alcanzamos con ella,
y nos amamos ebrios en la noche,
con los brazos abiertos,
abrazando las olas de otros mares.

1 comentario:

Sinda dijo...

Antes de leer tu entrada de hoy,(otra vez magnífica, hay que ver qué monótono eres) leíamos y comentábamos Jesús y yo dos noticias, que curiosamente estaban juntas en la primera página de El Mundo digital. En una, Angela Merkel decía: “El Holocausto nos llena de vergüenza”.
En la de al lado decía el Gran Energúmeno:“La situación en Irak, sin ser idílica, es muy buena”. “Mi conciencia y mi mente están claras". "Actuaría de igual modo”. "Se tomó la decisión correcta". Hay que ser hijo de Satanás para ser tan cínico.(A mí cada vez que lo veo por la tele, me entran ganas de vomitar). Y la rabia incontenible que tú sientes, la sentimos también nosotros, y supongo que mucha más gente. Lo que descorazona es saber que también hay millones de españoles -y no digamos de norteamericanos-que piensan que en este Aniversario se conmemora un hecho histórico que fue bueno para la Humanidad.
Buena noche.
Abrazos