domingo, 15 de agosto de 2010

UNA CLASECITA DE LÉXICO

¿Alguien quiere aprender lo que es el léxico especializado, técnico o como desee llamarlo? ¿Y en una sola entrega? Pues ahí va.

Arturo Pérez Reverte, “El asedio”, pg. 412-13: “Asiente el otro, fatalista. Se desembaraza del sable y las pistolas, llama al contramaestre –Brasero supervisaba el trincado de los cañones y el cierre de las portas- y se encamina al pie del palo para vigilar la maniobra. Mientras, Pepe Lobo le corrige el rumbo al Escocés en dos cuartas y dirige después el catalejo hacia la estela de la balandra. A través de la lente observa que el chambequín ha vuelto a desplegar lona y navega al encuentro de su salvador, y que el bergantín continúa acercándose veloz. Cuando Lobo baja el catalejo y mira hacia proa, el palo de la balandra se ha cubierto de más lona, que gualdrapea desplegándose antes de inmovilizarse embolsada, sujeta por las escotas que los hombres cazan en cubierta: el foque volante alto y tirante en sus garruchos sobre el foque grande y la trinqueta, el velacho braceado en su verga, sobre la cofa. Atrapando más viento, la Culebra da un sensible tirón hacia delante, machetea la marejada y se inclina más a sotavento, con la regala tan cerca del agua que esta salta en rociones sobre los cañones y corre por cubierta hasta los imbornales, empapándolo todo. Apoyado en el ángulo que forman el coronamiento del espejo de popa y la regala de barlovento, abiertas las piernas para compensar la pronunciada escora, el corsario lamenta otra vez, para sí, la pérdida de la presa que deja atrás.”

Hala, todo de un tirón y sin respirar siquiera. El librito de marras solo tiene setecientas treinta páginas. Y está plagado de términos marineros.

Y me ha pillado nada menos que en las fiestas de mediados de agosto engolfado en él. Ufff.

1 comentario:

mojadopapel dijo...

!Pues que quieres que te diga¡ prefiero leer un poema tuyo.