PAISAJE CON ESTIGMA
0La tristeza vivía en las paredes,
acumulando años y recuerdos
en un gris fustigado por el cierzo.
Desde la plaza próxima llegaban
ecos de otras historias más recientes
que se sumaban tenues y arrecidas
a los colores fríos
de aquel eterno cuadro de mirada triste.
El agua de la fuente maceraba
un musgo que, de verde, salpicaba
la luz de las farolas, torpe y ciega.
Era el ocaso en una tarde incierta
cuando mi alma soñaba
con otras tardes de violeta y grana.
lunes, 9 de agosto de 2010
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