viernes, 18 de junio de 2010

HA MUERTO JOSÉ SARAMAGO

Ha fallecido Saramago. Descanse en paz. Alguna vez he dejado en esta ventana palabras de admiración por este pensador-escritor o escritor-pensador. Porque me interesan las personas que me hacen pensar con las palabras y con los conceptos, que vienen a ser lo mismo.

El hecho de la muerte en sí no debería tener más importancia: cualquier día se muere cualquiera y cualquier día estaremos muertos todos. Es el legado, son las palabras, es el uso especial que de ellas se haya hecho, es el grado de atracción que sobre el lector hayamos logrado, es la concordancia o la discrepancia que hayamos conseguido, es la agitación que hayamos provocado. Todo eso es lo que importa.

Y a mí Saramago me ha comunicado muchas cosas. Como poeta, como novelista y, sobre todo, como persona que da sustento a todas sus manifestaciones. Ninguna de sus páginas, ninguna de sus entrevistas, ninguna de las acciones que le conocí me dejó indiferente. Creo que las cosas casi nunca son un fin en sí mismas y que adquieren una enorme intensidad si se dirigen a algún fin más alto. Las palabras y las obras de Saramago siempre apuntaban claro hacia objetivos más generales. Y siempre vi al ser humano y su dignidad en el vértice de esa pirámide.

Cuando creo ver esa entrega en un autor, me parece que yo también me entrego con armas y bagajes a su admiración. Su “Ensayo sobre la ceguera” me llenó de luz; su “Caverna” me sacó al sol del mediodía; su “Caín” me refrescó y me dio ánimos para seguir persiguiendo el sentido común; sus entrevistas siempre me animaban y me acompañaban en las ideas que expresaba, su testimonio vital siempre fue un apoyo público para no sentirme demasiado solo y para no verme cada día como un bicho raro.

Leo en algunos medios ciertos comentarios acerca del escritor. No puede uno concebir cómo podemos sobrevivir en medio de tanto odio y de tanta estulticia. ¿Por qué se falsean los datos tan burdamente? ¿Por qué no se defienden las ideas con gallardía en vez de insultar continuamente? Desde los datos, a uno le puede gustar más, menos o nada el escritor, el pensador (ya he dicho que es lo mismo) o hasta el activista social. A mí me gusta, que quede claro. Me siento muy cerca de muchas de las ideas que le he oído y que he leído en sus textos.

Desde hoy quedan en las páginas y en la memoria directa. A ellos habrá que acudir.

1 comentario:

PENELOPE-GELU dijo...

Buenas noches, profesor Gutiérrez Turrión:

- El gesto de José Saramago era el de un hombre siempre pensando.
Y su persona inspiraba confianza, que transmitía en sus escritos, que aportaban elementos para reflexionar, y poesía; y humor, muchas veces, incluso hablando de cosas tan serias como la enfermedad o la muerte.
- Nos ha dejado sus libros en los que encontraremos ánimos, pero también el desasosiego que buscaba provocar.
He leído que desde hacía casi dos años tenía un blog: "El cuaderno", pues sabía lo importante que es la red para difundir las ideas.

Y en internet se puede encontrar mucha información, que dejó en sus entrevistas, y en su paso largo por la vida, que enriquecerán más lo que nos aportan sus libros.

Saludos. Gelu