lunes, 21 de septiembre de 2009

¿ME CAGO EN QUÉ?

Llevo al menos tres semanas como alejado de la villa y corte (quiero decir de los asuntos de la muy noble, muy leal y liberal ciudad estrecha en la que vivo). En realidad estoy descubriendo que ando como apartado y en mis ocupaciones desde hace tal vez demasiado tiempo.

Me habían llegado algunos comentarios verbales acerca del “incidente” del poema de Escarpa en el libro que se editó con motivo del Encuentro de Escritores de comienzos julio. No les había hecho ningún caso pensando que serían -otra vez- rabietas de indocumentados que no me tenían que hacer perder el tiempo.

Hoy leo la entrada del blog de Luis Felipe (hace más de quince días que no hablo con él) y me entero de que el asunto está tomando derroteros indeseables. Coincide también con que alguien me llama y me pone al corriente de los comentarios que han aparecido en béjar.biz, periódico digital en el que colaboré y espero volver a hacerlo algún día, y que yo no leía desde hacía tal vez meses (lo siento). Y decido ponerme al día en lo que a los comentarios se refiere.

No me resulta fácil responder a todo esto porque tendría que ocupar bastantes líneas y demasiado tiempo, pues el asunto posee muchas variables, pero me veo en la necesidad de escribir al menos algunas palabras. Veré de hacerlo con serenidad:

1.- Mi participación en el Encuentro tiene que ver con mi disposición a ayudar en cualquier actividad que se relacione con la cultura en Béjar. No tengo que hacer lista de ellas para no alargarme.

2.- Que yo recuerde, he recibido como recompensa de todo el proceso una invitación a una comida para preparar todas las actividades. Oye, que, si hace falta, me pago el cubierto.

3.- Mi trabajo consistió sobre todo en la corrección y orden de los textos que aparecen en el libro, en la aportación de ideas para la distribución de actividades en el Encuentro, y en la ayuda de todo aquello que se me fue pidiendo, pues quise ponerme en disposición de ayudar desde el primer día.

4.- Durante los días del Encuentro mi dedicación fue a tiempo completo. Y aquí tiempo completo quiere decir muchas horas durante el día y la noche.

5.- Los contenidos del libro me parecen desiguales y cada autor responde -¿de qué otra forma podía ser?- de su aportación.

6.- Que el Ayuntamiento dedique estos dineros a un acontecimiento cultural como este no puede recibir de mi parte más que mi apoyo y mi aplauso. Por la importancia, por la diversidad, por comparación con cualquier otro evento de este tipo, por la línea que se apunta… Por todo. Mejor es no abrir comparación con otros semejantes para no hacer sonrojar a nadie.

7.- En alguna medida (no sé en cuál, pero pequeña en todo caso -ahora estoy un poco más confuso en este apartado, a la vista de lo que leo-), me siento un poco responsable de todo lo que esos días ocurrió. Y me siento muy orgulloso de haber aportado mi esfuerzo.

8.- El trabajo de Luis Felipe Comendador antes, durante y después del Encuentro solo puede ser pagado con un fuerte abrazo y con un montón de gracias. Explicar ese trabajo a quien no te va a escuchar no merece ni el intento.

9.- Convendría actuar con un poquito de seriedad en todo y no manifestarse sobre hechos que no se conocen quizá del todo (quiero ser benévolo). Estoy seguro de que cualquiera que haya pasado el abecé de la creación literaria andará escandalizado con este revuelo y, en el fondo, un ratito se reirá y otro sentirá vergüenza por vivir cerca de sujetos tan analfabetos.

10.- Todo en la vida se puede comentar y la expresión es libre. También son libres aquellas manifestaciones que se hacen desde el analfabetismo. Pero la libre expresión no asegura precisamente que se tenga razón. Y, además, a ver si aprendemos: ¡!Hay que respetar a todas las personas, pero no todas las ideas!! Cualquier día podemos abrir despacho para explicar esta afirmación. Si alguno de los comentarios vertidos en estos medios citados perteneciera a alguna persona próxima a la literatura (es solo un suponer, como se dice por aquí), aunque no haya dado un palo al agua en su vida ni haya aportado ni una mala página, entonces el asunto se habría convertido en pecado mortal y tendría más delito. Pero este asunto no se puede tratar en unas líneas, solo apuntarlo, por si hubiera ocurrido, y compadecerlo.

11.- Me gustaría que el Ayuntamiento no se acongojara con estas disputas y que siguiera favoreciendo la celebración de más Encuentros de este tipo. Yo seguiré dispuesto a ayudar en lo que pueda.

12.- Por cierto, estas personas habrán leído el libro. Qué bien, un libro de creación poética en manos de mis paisanos. ¿Por qué no lo comentamos en algún salón público? Propongo el Convento de San Francisco. Yo acudiría. Y vosotros también, ¿verdad?

13.- No tengo interés en entrar en asuntos que me conciernen personalmente, pero, si alguien piensa que mi labor como profesor se puede resentir por haber participado en esta actividad, que me deje decirle sencillamente que se equivoca totalmente pues me siento muy orgulloso de haber ayudado y ya ofrezco de nuevo mi aportación para algo semejante. Me pareció un trabajo espléndido. Eso sí, poco pagado, porque lo hice gratis, coño -como tantas veces-.

14.- En fin, que me siento avergonzado por casi todo de lo que voy conociendo de este asunto y de las personas que sustentan estas opiniones. Qué le vamos a hacer, uno que es así.

15.- Por lo demás, por favor, sepárense los hechos reales de las opiniones. Más que nada para no decir tantas mentiras.

16.- Es cada día más evidente que necesitamos más escuelas para alfabetización.

17.- Y que nada, que, si no os gusta todo esto, pues a propiciar más corridas de toros, más días de musgo y similares, más hileras por las calles, plazas, parques y arboledas (¿lo vais pillando?). Y a seguir con la prédica de que todo lo que no son cuentas son cuentos. Qué le vamos a hacer: nunca se sacó agua de ningún pozo vacío.

Pero conmigo no contéis para eso, por favor.

3 comentarios:

Luis Felipe Comendador dijo...

Gracias por todo, Antonio.

Un abrazo.

antonio merino dijo...

No pesco nada. ¿Podría alguien explicarme de qué va el asunto que tiene a Turri tan cabreado y a Luis Felipe tan desanimado como para querer tirar la toalla?

Sinda dijo...

La verdad es que yo también siento vergüenza aunque viva tan lejos. Qué cosas!
Antonio Merino: puedes enterarte leyendo hacia atrás el blog savonarólico. No te busco los días precisos porque tengo poco tiempo.
Abrazos para los tres.