miércoles, 15 de abril de 2009

!!HE SALVADO EL MINUTO!!

No me resulta fácil ponerme en los niveles de la realidad continua, porque me había propuesto rescatar un minuto de mi vida diaria en el que me sintiera más a gusto. Y no siempre encuentro materia. O, más bien, no estoy yo siempre a la altura de esa exigencia. ¿Será porque mi vida resulta tan insulsa? ¿O seré yo mismo que no sé sacar jugo a todo lo que me ofrece cada día lo que vivo?

Pienso en expurgar algún detalle de los que haya vivido hoy mismo y no le saco punta fácilmente. Tal vez porque ya son muy repetidos o acaso porque no me conformo casi nunca con el nivel descriptivo. Por eso, con frecuencia, me voy a buscar monte y me alejo en silencio por el foro tras alguna idea sobre la que rumiar unos minutos.
Creo que son de Umberto Eco las siguientes palabras: La esencia del ser humano consiste en comer, dormir, jugar, relacionarse, y preguntarse el porqué de todo esto. Tal vez ahora mismo no esté haciendo otra cosa. Porque ya he comido tres veces, he dormido lo justo y hasta una siestita en mi mullido sillón, se puede llamar juego al trabajo que tengo y me he relacionado, aunque no mucho, con algunas personas. Entonces, ¿qué me falta? ¡!Preguntarme el porqué de todo esto!!

Enseguida compruebo que todo, salvo este capítulo final del pensamiento, lo comparto con los demás animales. No reniego de nada; sencillamente constato que no soy mucho más que otro de esos animalitos que se han salvado de la quema en la evolución de las especies. E incluso estoy contento, pues estas actividades las tengo ordenadas con bastante criterio. Reparto la comida regularmente en cuatro o cinco porciones diarias para que mi estómago no se queje demasiado y no tengo problemas ni tengo que salir de caza para surtirme de alimentos: me los dan ordenados en el súper del barrio y yo los conservo en frigoríficos para bastantes días. Además, me siento cómodamente a la mesa y parto los filetes con buena simetría, con cuchillo cortante y a mi aire, yo creo que con más urbanidad que el león cuando devora y se mancha las fauces de sangre. Mezclo incluso los gustos y degusto buenos postres hasta sentirme satisfecho y lleno. Así que de comida poco puedo quejarme.

Duermo en colchón bien mullido y en lugar reservado. Lo demás pertenece a mi ámbito privado y solo afirmaré que no me quejo, aunque me gustaría que me cogiera un sueño más profundo y duradero cada noche. Tengo ratos de juego; si se tercia, con el ordenador y con las palabras, por ejemplo. Del mus fui campeón pero ya no practico porque arraso con todos.

Alguna dificultad mayor tengo con esto de las relaciones. Pero esto es muy complejo para unas pocas líneas. Ahí está mi carácter, mi escala de valores, mi actividad diaria… Ajustar todo esto con los demás no me resulta tan sencillo. Y el caso es que a veces me sorprendo con hechos positivos. En los últimos días, por ejemplo, he tenido la oportunidad de comprobar que hay mucha más gente de la que me parece que se siente cercana a mis cosas y a mis peores tragos. O me sorprendo a veces con gente que afirma que me sigue en estos y en otros escritos, sin que yo tuviera ninguna noticia de ello. En fin, que hay mucho que mejorar por mi parte, pero también hay variables con las que congraciarse.

Y, con todo, es verdad que hasta este hito del camino, cualquier animal se asemeja muchísimo a mí mismo, pues come, duerme, juega y se relaciona.

¿Y lo de pensar en todo esto? Ay, amigos, qué cosa más rara. Aquí está el paso de la descripción al de la abstracción, para comprender, para sintetizar, para promover cambios, para desazonarse o para alegrarse con causa, para todo. Esto sí que en verdad compete al ser humano.

Estoy pensando ahora que, en el fondo, y aunque solo haya sido en esbozo, es lo que estoy haciendo en estas líneas. ¡!O sea, que he sido humano por un rato!! Vale, vale, me alegro y prometo seguir en esta causa!! ¡!He salvado el minuto de este día!!

1 comentario:

mojadopapel dijo...

Creo que has salvado mucho más que un minuto..me alegro.