He cerrado hace apenas unas horas el paréntesis de un largo fin de semana que me llevó con Nena desde lo alto hasta la arena, que me cortó el ritmo de más de año y medio pensando en otras cosas, que me enseñó que la primavera es hermosa en las zonas del sur, que me citó a la orilla de los mares para ver sus esencias, sus silencios y sus rumores continuos, que me trazó de nuevo las líneas de la amistad con Sinda y con Jesús, a los que doy las gracias y abrazo de verdad, con el mimo constante de Leticia, esa eterna niña a la que quiero mucho, que me envolvió en color, que me apartó del iris de mis ojos las imágenes repetidas de cada día en este espacio mío, que me mostró de nuevo la cercanía de Antonio y de Mercedes, que me sumergió en otros ritmos y me hizo olvidar por unos días tantas cosas.
Y vuelvo satisfecho por todo ello, contento porque no he notado la insistencia de otras ocasiones en volver mis recuerdos a lo de cada día. Solo el recuerdo de ella, de mi madre, me robaba minutos y me seguía azuzando también en esas horas. En ella sigue estando mi refugio.
Se define el paréntesis como algo incidental, que no enlaza necesariamente con los demás elementos de un período. No sé si ajusta bien en este caso el término paréntesis. Sé que enlaza con todo, con todo lo que quiero que enlace, por supuesto, que acaso solo ha existido porque existe lo otro, todo lo que lo justifica. También para la desconexión, porque durante estos días algunas variables se han borrado del mapa, han huido del control de mi memoria, se han dado a la fuga y yo les he puesto un puente de plata para que no volvieran ni molestaran.
Si la gente supiera cuántas dudas tengo para usar el paréntesis como signo ortográfico… Espero haber escrito con renglones derechos este paréntesis malagueño y saleroso.
Mañana es otro día. Se ha cerrado el paréntesis. O no: no hay quien lo sepa. La vida es una suma de paréntesis que se anudan con lazos invisibles. Este ha sido gozoso. Pero sé de dónde vengo y algo sé de lo que habrá mañana. Vamos todos con fuerza a comernos el mundo. Vamos.
domingo, 26 de abril de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Me gusta muchisimo ese.."La vida es una suma de parentesis que se anudan con lazos invisibles"...te va, y nos va al pelo a todos...lo podrías enviar como aforismo precioso a la llamada de Luis Felipe para la 2ª Edición SBQ.
Yo también te abrazo, y me alegro de tu gozoso paréntesis. Para mí también lo ha sido, y qué decir de la eterna niña, que no piensa más que en anudar el próximo, (aunque ella no entienda de lazos invisibles).
Tienes razón, mojadopapel: AGT bien podría responder a la llamada de LF con esa definición de "vida", pero el dibujo de su cara ¡ay! es ya otro cantar. ¿O no, Turrión?
¿Nos sorprenderás a todos con un autorretrato increíble? jajajaja.
Ah! No olvides que es ya lunes.
El paréntesis se abrió el mismo día en que naciste y permanecerá abierto hasta que lo cierren por ti, cuando ya no seas. En la vida no existen los paréntesis, sólo hay puntos, unas veces, seguidos y otras, aparte. Nada nos sucederá que no tenga alguna relación con lo que anteriormente nos haya sucedido. Creo que ahora estás en el momento de poner un punto y aparte en tu vida. Me alegro, también, de que hayáis vuelto renovados. Espero poder encontrarnos con vosotros y con Jesús y Sinda, si tú, Sinduca, no lo estropeas, el fin de semana.
Estoy deseando saber qué pasará este lunes.
Publicar un comentario