sábado, 3 de enero de 2009

!MILITANTES?

En las formaciones políticas conviene distinguir muy bien entre los militantes y los que viven de los puestos oficiales que generan esos partidos. Y, entre los militantes, es muy interesante no confundir a los que participan con un soporte de ideas con los que lo hacen por razones familiares o incluso de conveniencia. Tampoco es moco de pavo diferenciar entre los militantes de una ciudad y los que lo hacen en poblaciones pequeñas. En fin que hay muchas variantes y el conjunto es un conglomerado de difícil digestión.

Existen los genéricos de la derecha y la izquierda que se mantienen, a pesar de todos esos que dicen que no son políticos (todos son de derechas) y los que dicen que todos son iguales (también son todos de derechas).

En una pequeña ciudad se milita a veces en un partido como testimonio público de la tendencia en la que uno se mueve, pero con los dientes de sierra y los altibajos que cualquiera puede imaginar, y con las contradicciones que aporta el discurrir diario, que son muchas. De manera que los perfiles se difuminan muchas veces y lo que realmente permanece es la conciencia última de unos valores generales que se manifiestan en cuanto uno abre los ojos. Por eso, si las circunstancias externas se modificaran, también las militancias se precisarían un poco más y las actuaciones también.

Siempre he pensado que para militar en una tendencia o en otra no es necesario nada especial. Basta con abrir los ojos, con salir a la calle y ver cómo visten unos y otros, qué costumbres se usan en unos barrios y en otros, quién gana las elecciones en cada distrito y, por tanto, a quién representa cada cual, pensar en los trabajos y en los salarios tan diferentes, echar una ojeada a las viviendas, a los coches, a los titulares de las acciones, a las pandillas que se forman… En fin, a todo eso que cualquiera que quiera puede ver a cada momento. El primer día puede pasar todo esto desapercibido pero a la semana conviene fijarse un poco en ello, y al mes molestarse en buscarle un porqué, y al siguiente mes protestar por lo que no te guste, y al siguiente seguirlo haciendo con más fuerza, y al año gritar que conviene modificarlo y que acaso haya que hacer algo por ello. Y siempre seguir apoyando esas evidencias con pensamientos, con lecturas y con códigos ideológicos.

La pertenencia a un partido concreto o a otro puede llegar a ser pura casualidad. Interesa la tendencia (derecha o izquierda), la nominación concreta no tanto.
En el PSOE de Béjar sucede algo realmente insólito que merecería una atención concreta. Casi todos los dirigentes de los últimos treinta años que han vivido con sueldos generados por el partido, o sea, parlamentarios, diputados…, han salido por la puerta de atrás y con el enfado en el cuerpo. Mi opinión de todos ellos, en lo que se refiere a estos hechos, no es precisamente la mejor. Al menos los considero unos desagradecidos con la organización que les ha permitido tantas prebendas personales. No tengo ningún interés en descender a detalles personales porque ensombrecerían más la consideración.

Sigo pensando que el error está en no considerar que los puestos son siempre provisionales y, sobre todo, en no querer aceptar que hay muchísimas personas que pueden desarrollar las mismas funciones con la misma o mejor eficacia. Y que quedan muchas más por el camino tan preparadas o más que ellos mismos. Pasar de un puesto “importante” y, sobre todo, bien remunerado a otro impersonal no está al alcance de cualquiera. Seguimos personificándolo todo y así nos va. Como si fuéramos la mismita derecha con sus vencedores y sus vencidos, con sus buenos y con sus malos, con sus triunfadores y con sus fracasados.
Algún día desarrollaré este asunto. Si me encuentro con ganas. Tengo la ventaja y el peligro de que esto lo veo desde muy cerca y a la vez con bastante distancia.

8 comentarios:

Luis Felipe Comendador dijo...

Ahá, Antonio, me gusta mucho tu entrada de hoy.

Quiero aprovecharla para reivindicar la personalidad política de Ramón Hernández Garrido, al que parece que ha retirado el PSOE de sus salas de usos múltiples, sus valores como gestor público y el enorme potencial político que lleva encima.
No entiendo cómo personas tan válidas como Ramón son retiradas por la azarosa puerta portuguesa. ¿Es que nos sobran políticos de su capacidad? Yo creo que más bien nos faltan.

Un abrazote [abr-azote].

Manolo dijo...

No creo que haya que reivindicar a nadie personalmente.
Se sirve en un cargo público mientras haga falta y los electores así lo demanden. ¿Qué no? Se deja y se sigue de militante y si se considera que es necesario de nuevo, se le encarga otra vez atender el servicio que sea menester. A los demás, a la plebe, no a las nuevas aristocracias de los partidos
Lo que sé es de algún ¿político? para el que si no hay foto enseñando lo "buenino" que es no lleva a cabo ninguna gestión, por nimia que sea para favorecer una necesidad. Pero claro, le pedían discreción absoluta y sin foto. Y el político en cuestión sabe bien que me refiero a él y porqué.
Empiezan a cansar las egolatrías buenistas con foto pero magros resultados.

Marina dijo...

Mi querido Pipe; ¿Cómo puedes estar encantado con la entrada de Antonio, si no has entendido nada? Antonio está demasiado cerca de sus palabras y sabe muy bien como tomar distancia, cosa complicadísima, te lo aseguro y que sólo un puñado de privilegiados sabrían hacer.
Desde el último lugar del PSOE, en el que me considero una recién llegada (no de pensamiento, ni de corazón) le hice una pregunta y un ruego a Ramón y él me hizo una promesa, pero me parece que ni los medios le van a dejar, ni él se va a preocupar en cumplir (ojala me equivoque) Cuando tienes un cargo público y debes abandonarlo, por el motivo que sea (en todo caso porque el tiempo se cumple para todos, compañero) es mucho más complicado saber quedarse y trabajar sólo por tus ideales, que salir altanero o altanera por una puerta siempre abierta, tanto para entrar como para salir. Yo creo que todos somos prescindibles y todos somos necesarios, cada uno en la medida en la que se lo crea y en la medida en la que las ganas le den de sí.
Lo que tiene el no vivir de la política es que te posibilita para hablar cómo, cuándo, dónde y sobre todo con libertad y sensatez.

Luis Felipe Comendador dijo...

Vale, Manolo, Marina... no debo haber entendido nada... esto de vivir encerrado en mi cuevita tiene estas cosas.
Me callo y ya está.

Un abrazote.

Luis Felipe Comendador dijo...

Perdón, ahora que lo pienso, sí que la entendí, coño, que sé leer un poco –no demasiado–, y escribí lo que escribí porque me apetecía y me lo pedía el cuerpo.
Y me reafirmo.

Ahora ya sí que me callo.

Marina dijo...

JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA, No te "aparatosees" Pipe, hermoso. Ya me tenías preocupada con tu retidara a los medios. No eres tú persona que desperdicie una buena lid. ¡Así me gusta!, con un par... aunque sigas equivocado (es broma, es broma, es broma)
La razón absoluta no existe y eso es bueno, lo que si existe, gracias a mucha gente que luchó por ello (no gracias a Dios) es la libertad de expresión.
¡Así me gusta Pipetillo, con dos ovarios, digo con dos cojones (en que estaría yo pensando).
Venga, va un besito (en persona te daré un tirón de orejas, pa felicitarte digo)

Luis Felipe Comendador dijo...

Jodía Marina... siempre picándome, coño.

Verás, piporrilla... ni todo es como parece, ni a veces todo es como es, ni siquiera a veces se ha escuchado o visto lo que uno se cree que ha escuchado o visto.
El mundo está lleno de dobleces y a uno le pillan sin almidonar.
También es jodido afirmar que otro toma distancia, casi tan jodido como decirlo de uno mismo...
Puedes estar segura de que yo he sido uno de los tipos más críticos con Ramón [está escrito y publicado], y también uno de los más cercanos [hemos tenido de todo en el camino de amigos y de compañeros]. Creo que siempre fui sincero con él y él lo fue conmigo [y espero que siga siendo así].
Junto a él he pasado momento difíciles, momentos horrorosos, momentos buenos y momentos deliciosos [hablo de política, basket, amistad, trabajo...], y sé que es un buen amigo que siempre está ahí para lo que necesite [me lo ha demostrado cuando tenía que demostrármelo], un amigo con el que hablo con franqueza y sin tapujos, con muchos defectos –menos que yo– y muchas virtudes.
También sé, y te consta, que está pasando por momentos duros [y no me refiero precisamente a la jodida política, sino a esas sonrisas que antes parecían francas y ahora se han convertido en gesto torcido].
Yo sé que Ramón ha hecho cosas importantes, muchas que quizás no conozcas, estoy seguro... también sé que se ha equivocado algunas veces –igual que todos lo hacemos– y siempre se lo he dicho hasta llegar a enfrentarme a él con fuerza... y por eso sé que es un amigo al que hoy debo apoyar, y por eso lo hago.
Lo que sí me gustaría es que se hablase claro cuando uno se decide a hablar, que se digan nombres y apellidos, que se den razones y se busquen antecedentes de por qué las cosas están como están... o que no se diga nada si uno no está dispuesto a partir desde el principio y a llegar hasta el final con todas las consecuencias.
Creo, en todo caso, que reconocer el valor de las personas, sin más, es mucho más positivo que enredarse en esos misterios absurdos que lo destruyen todo.
Al final todo es tálamo, Marinilla, y es entonces cuando uno ve la luz y se arrepiente.
¿Se pueden hacer las cosas mejor?... pues claro, pero todos juntos y con la mirada franca.
Y no te dejes llevar por la cosa partidista, que hay demasiados intereses creados y todo suele estar hablado antes de hablarse, que te lo dice un perro viejo lleno de mataduras... y si quieres pruebas, pregúntale a mi Mª Ángeles, que te dará para aburrir.

Un besote, reguapa.

Luis Felipe Comendador dijo...

Hostis... que donde puse "tálamo" quería poner "túmulo".

Cosas del escribir a pelo.

Bicos.