Una mañana perdida es el reflejo de todas las que se pueden perder en el mismo plan y con la misma inercia. Creo que ya he recogido alguna vez la sensación extraña que me produce ese hecho de sentarse en el sillón a dejar correr el tiempo, sin la comezón de gastar las horas en algo que me modifique o me sitúe en disposición de cambiar algo. Me refiero a las pequeñas cosas, que mover el mundo es asunto que me sobrepasa.
Y llenar una mañana que sustituye a otras laborables es tarea sencilla. Levantarse sin prisas. La ducha que no falte, tampoco el desayuno. Después hacer la cama y a la calle, a hacer esos mandados que tienes pendientes desde hace tantas fechas. Una cola en el banco, otra en la Caja de Ahorros, la misma en otro banco, una visita a la farmacia, el pan y para casa. Después de reposar unos minutos, lectura de la prensa, un poquito de orden en algunos libros y ya casi la hora de comer. Pues a ayudar un poco en la comida, a poner la mesa y a saciarse. Así, con tan poca cosa, se llena una mañana de vacío. Pero enseguida la sensación de no haber hecho nada, de haberte dejado por el camino unas horas para tan poca cosa.
Siento horror al vacío y no sabría qué hacer sin ocupaciones, no me veo feliz en los tiempos muertos. Y eso que dedico muchísimos “tiempos muertos” a ocupaciones que para otros seguramente no significarán nada. También en esto habrá mucho de costumbre. ¿Qué me habría pasado a mí si mi suerte hubiera sido la del ama de casa, tan sufrida pero tan en la inercia, según yo la veo? Por eso hay ratos en los que siento necesidad de marcharme por ahí fuera; son esos en los que no sé cómo ocupar mis manos ni mi mente.
Quizá el tiempo esté para ser llenado. Tal vez esa sea la mayor venganza que de él podamos hacer. O acaso la peor, quién sabe. En cualquier caso sigue burlándose a su gusto de todos nosotros.
viernes, 2 de enero de 2009
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4 comentarios:
No seré yo quien le borre la sonrisa al tiempo, pero eso sí, que no nos venga con prisas por favor!!
D. Antonio: Felizz 2009!!
Gracias por todo. Y tú que lo veas.
Soy experta en no parar, y experimentar, sin embargo, la sensación de no haber hecho nada. Y es que el tiempo me lleva la delantera desde hace unos años. ¡Cómo corre el muy bárbaro!
Hace muchiiísimo tiempo que no lo pierdo en las colas de los bancos.
Y cómo me gustaría poder decir eso de "y a ayudar un poco en la comida".
Ni el maharajá de Kapurtala comía tan bien como tú sin pisar por la cocina.
Yo no sé qué tal te habría ido de ama de casa, pero puedo imaginar la suerte de los tuyos: los habrías alimentado a pura ensalada de tomate. Pero si ni con la termomix sabes hacer un gazpacho, jajajaja
Tú a pensar, a filosofar y a cumplir con tus lectores(as).
Feliz año, felices reyes (¿has sido bueno?), y feliz regreso a las aulas.
Hola. Hace pocos días escribí la última entrada en mi blog,titulada precisamente Horror Vacui. Te invito, si tienes un rato, a que visites mi blog y si te parece me dejas algún comentario.
http://lacavernadezarathustra.blogspot.com/
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