martes, 14 de octubre de 2008

LA NOCHE NO APUNTA BUENOS MODOS

Después de tres días de fiesta, que en estos últimos meses se me hacen interminables, vuelvo a la monotonía de las horas de clase y de las horas de casa. En plena vorágine económica, con todo el mundo en crisis, con mi ánimo pendiente y apuntando siempre en la misma dirección, van corriendo los días de este mes de octubre. Y es otra vez el tiempo, el atmosférico, esa cosa tan sosa y anodina, lo que me da la vida y un respiro para volver un rato hasta la calle, con el carrito a cuestas, bordeando la plaza o cruzándola por el medio, en vueltas sempiternas. Me conozco ya casi las arenas, el número de grietas, las manchas color negro de los chicles, las zonas arrugadas, los desniveles varios y la línea del sol a cualquier hora de la tarde que va de cuatro a cinco. Y sé también el tono del aire en cada esquina, la voz de queja que utiliza mi madre en cuanto se mueve cualquier brizna de viento y, en fin, hasta el momento en el que llega puntualmente el vendedor de dulces con su furgoneta blanca.

No tengo muchas más posibilidades de pensar en robarles a los días algún momento preñado del silencio, alguna sugerencia que me anime a violar las consignas de la vida y a crearme un espacio diferente. Pero me vengaré. No sé cómo ni cuándo, pero me vengaré y haré para mí solo un día largo, un día casi eterno, sin horarios ni luces, sin mandatos ni encargos.

Supongo que estoy cansado, eso es todo. Y mi madre no apunta buenos modos esta noche pues anda ya llamando y no se calla. Me voy a estar con ella. A ver si le puedo robar a la noche algún rato de sueño. Que haya suerte.

4 comentarios:

gel dijo...

Mis noches tampoco apuntan buenos modos, y yo también de madrugada salto al Quijote sin rumbo, buscando un tiempo de descanso para mis huesitos y mis pensamientos.
Nunca estamos del todo solos en medio de la soledad.
Un besote poeta, y otro para tu madre que es mucho más que senilidad.

Anónimo dijo...

BUENAS NOCHES Y FELICES SUEÑOS PARA TODOS.

mojadopapel dijo...

Hay momentos en que duelen ciertas cosas, sobre todo las que nos limitan nuestra rutinaria vida, pero llegara un día en que recuerdes esos paseos y quizás los eches de menos incluso con los 80000 chicles pegados, que yo también he visto.

altairbejar dijo...

Ánimo Antonio. Espero que la noche haya sido mejor que lo que esperabas. A mi son los días los que se me hacen eternos, cada día es un dolor, a pesar de que la situación ha mejorado, aunque solo sea un poco y tengo ratos buenos, muy buenos, con buena compañía.