sábado, 18 de octubre de 2008

BRINDO POR ELLO



Hoy rescato el minuto de la alegre presencia de mis hijos. Su estancia entre nosotros es siempre bienvenida, aunque estos días suponga también andar más apretados. Hoy contaba mi madre: “!Cuántos somos!”. Y se quedaba absorta contemplándonos, tratando de ajustar en su cabeza un número que es mágico. Y luego sus palabras: “¿Quién es este? Pues yo no te conozco. ¿Eres de casa?” Y vuelta hacia su mundo, que es solo para ella casi siempre. Juan Pablo la mima y la tranquiliza con fuerza de hechicero, con amor de nieto agradecido, con besos que son tiernos, con susurros continuos. ¡Y logra sumergirla en cierta calma! ¡A veces hasta ensaya un breve sueño! Cuánto se lo agradezco.

La lluvia, el breve sueño, la presencia de toda mi familia, me han negado la fuga de otros sábados un rato hacia el camino y hacia la naturaleza. Rescato otro minuto de recuerdo para los que sí han ido a sumergirse en lluvia. Me han mandado unas fotos. Manolo, muchas gracias. Elijo una de ellas y la adjunto.

Y el resumen brevísimo de otra jornada al pie de la trinchera, con Nena muy cansada pero siempre en primera línea del frente. No sabré agradecérselo como se merece, pero voy a intentarlo. Y el sabor de que, a pesar de tanto contratiempo, la presencia de todos los que quieres y de los que vas a querer, tejen un día distinto, acaso más sabroso que lo que yo esperaba.

Vale, brindo por ello.

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