domingo, 22 de junio de 2008
RETAZOS
El fin de semana me ha regalado algunos ratos de buena salud mental y de optimismo. La mañana del sábado me regaló un paseo por Piquitos, esas crestas que resguardan a Valdesangil de los aires del norte y que tienen sembrado su suelo de aromas. En muy pocos lugares se pueden sentir los perfumes de la mejorana, del tomillo, del cantueso o del orégano como en estas laderas. Aprovechamos el rato para recoger algunas de estas especias y para embriagarnos de todo lo que sale de la tierra. Desde lo alto se divisaba un panorama veraniego amplísimo en estas sierras bejaranas.
La tarde me reservaba en Valdemierque, un pueblecito posado en la llanura próxima a Alba de Tormes, el conocimiento de una voluntariosa asociación que, cuando llegan los estertores de la primavera y los primeros vagidos del verano, se reúne en torno a unos manteles y al lado de unas ideas. Qué hermoso resulta descubrir que también en poblaciones tan pequeñas existen personas que se interesan por asuntos culturales. Este año habían dedicado el día al recuerdo de Gloria fuertes, en el décimo aniversario de su muerte. Me invitaron a homenajearla con algunos de mis poemas. Raro el asunto, sobre todo teniendo en cuenta que mi poesía muy poco o nada tiene que ver con la de Gloria. Poco importa, lo importante es que un buen grupo de personas del lugar y de Madrid se reunieron y festejaron la buena mesa, la charla, las buenas intenciones para relanzar el pueblo al amparo de una hermosa colección de juguetes que allí se guardan, y la disculpa de la entrada del verano.
Y hoy mismo la eurocopa, ese invento extraordinario para tener pendiente a toda una comunidad detrás de un balón. No está mal. El balón es una de las pocas cosas que nos unen. Qué le vamos a hacer. Por ahí ruedan los coches y suenan los ruidos de los cohetes. No da para más. Tampoco para menos. Sea.
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