sábado, 7 de junio de 2008

DEMASIADO TRIBUTO

Hoy empiezo anotando mi rectificación con freno y marcha atrás. Tardé poco en caer. No hace nada me había prometido no juzgar demasiado y menos en sentido negativo. Ayer lo hice con un libro y con una situación que se repite demasiado en nuestra sociedad: la de la cultura subvencionada sin control. No me desdigo de ninguna de mis intenciones ni de ninguna de mis apreciaciones, sí lo hago de decirlo en público, o al menos de no matizarlo. Porque todo es relativo y nada hay ni blanco ni negro, porque la justicia es comparativa, porque no tengo ningún interés en calificar lo que no conozco demasiado en sus detalles, y por mil cosas más, me desdigo de haber puesto negro sobre blanco las consideraciones de ayer. Prefiero quedarme con el regalo, con la intención de los organizadores, que no sería negativa, con algunas participaciones que me gustan y con lo que supone animar a la gente a la lectura. Al fin y al cabo, nada que ver con la pasta que se suelen gastar en conciertos con conjuntos que apenas conocen la escala musical y que presumen de todo. Vale.

De repente la alergia me ha matado, me ha dejado pendiente de mis estornudos y de mi moqueo constante, sin demasiado tiempo para entretenerme en el paisaje y en la conversación. Hoy tocaba perderse, o al menos desviarse, meterse entre piornales y apuntes de robles, en plena dehesa de Candelario, entre dos pistas que dividen la sierra desde distintas cotas. Pero me ha podido el fastidio de la alergia. Como me sigue pudiendo a estas horas de la tarde, a pesar de las pastillas y de las gotas reparadoras, aquí, en Palomares, en casa de Julia, mirando desde la ventana el césped del campo de fútbol, hoy solitario y verde, con el fondo de la carretera y del paisaje, todo monocolor, todo verde de junio pero tierno desde las lluvias, en un sábado más que se va retirando hacia la nada. Pero podré con ella, con la alergia, por mucho que se empeñe. ¿Pues qué se habrá creído la muy zorra? El paisaje me quiere, estoy seguro y ya nadie me puede detener. Ni esta maldita alergia, lo aseguro. Demasiado tributo le he rendido escribiendo estas notas. A la mierda.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Espero que te recuperes pronto.
Alba