viernes, 27 de junio de 2008

DIES IRAE

Quizás como contrapunto a este día caluroso, soleado, de despedida de mucha gente, de paseíto nocturno por la brisa del parque, por donde se dejan ver las rosadas carnes de las muchachas en traje de fin de semana, y con la esperanza puesta en un buen descanso.

DIES IRAE

Fue la mañana ciega cuando el cuerpo
se peinaba de lluvia. La ventana
de luz contra el vestigio
del centro de la noche.
El reino de la sombra iluminaba
las glándulas del mundo.
El aire se aquietó desvaneciéndose
para dar paso al fuego que, es sus brasas,
daba cobijo al hielo.
De pronto la pureza se alzó al odio
y de los labios
manaron sin sentido las palabras.
Costó trazar al cielo
la línea divisoria del ocaso
y en los montes
se suspendió el susurro de la peñas.

Cuando avanzó el cortejo,
seguías siendo la misma y tu mirada
era estructura estática del tiempo.

No hay comentarios: