domingo, 27 de marzo de 2011

DE MANO EN MANO

DE MANO EN MANO

En manos del tiempo y en manos del aire,
con manos de niño dibujando naipes.

En tus manos limpias y en manos del viento
dorado y sencillo con mis pensamientos.

En manos de nadie y en mis propias manos
que se mueven torpes ensayando pasos.

En manos del duende del dios de la tarde
dorada y hermosa, sencilla y fragante.

En manos seguras que me ofrezcan pautas
para andar caminos de profundas aguas.

En manos abiertas para compartir
lo que tantas veces me ofrecen a mí.

O acaso ni en manos de mis propias manos,
por buscarme libre y encontrarme salvo.

No puedo buscarme y encontrarme así
pues no sé en qué manos dulces me perdí.

1 comentario:

Gelu dijo...

Buenos días, de nuevo, profesor Gutiérrez Turrión:

Como vuelvo a su lectura comparada -marcha atrás- veo que en su poema, ha dejado invariable el cuarto pareado.
Rescato el verso 7, -con su permiso- y formo otro par:

En manos del duende del dios de la tarde,
caminamos juntos, y lo sabe el aire.

Saludos.