






Así recibirá a la primavera el lomo de la sierra bejarana. Y yo aquí contemplándola, dándole buen oficio a mi terraza, con mis hijos cercando mi mirada y mi nieta robándome las risas, con Nena siempre al lado como media mitad que lo es del todo, el cielo que se asombra de sus luces y baja a dar noticia de que se halla feliz y complacido.
Yo respiro y me quedo solo con mis sentidos.
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