Solo tengo conciencia del pasado,
de todo lo que fue, si me contemplo
y quiero darme fe de mi existencia:
aquellos juegos niños e inocentes,
la luz tan cegadora que me cegó más tarde,
cualquier quehacer minúsculo, una noche
mirando cómo miran las estrellas,
la sensación de devorar el mundo,
creado expresamente para que yo lo nombre.
Te he contado más veces con detalle
cómo era el territorio
que me estaba forjando paso a paso.
Ahora todo es más grande porque el poso
da más sabor y ensancha los sentidos,
me duelo más cuando más me contemplo.
Pero quiero que viva mi conciencia
en el futuro incierto que me acecha;
sé que solo seré mientras me piense
y me piensen los otros,
mientras habite el aire un solo eco
de lo que fui forjando lentamente.
Pensadme y no olvidéis que yo también me pienso;
entonces seré alto en vuestra altura,
bueno en vuestra bondad, feliz si hay alguien
que quiera ser feliz con mi memoria.
Y todo será seña de la conservación,
conciencia universal, sueño con causa,
presente del pasado y del futuro,
fuego que quema, eternidad en calma.
martes, 1 de marzo de 2011
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