jueves, 6 de mayo de 2010

LOS LÍMITES

Un pequeño descanso para el quehacer del hombre y vuelta a la realidad de la esencia primera, mirada atrás y de nuevo arriba. No se les ha olvidado a los pensadores la posibilidad, la probabilidad y acaso la realidad y la certeza de un principio de principios. Lo importante no es el hecho, lo esencial es la nueva forma de encararlo. Y la búsqueda se hace ya desde la razón y no desde el sometimiento, desde los límites del quehacer humano y no desde el susto de ajustar todos los anhelos a la verdad de la que ya se partía. El partido es ahora a tumba abierta, con desarrollo incierto pero con la valentía de aceptar los resultados de laboratorio, lo que van precipitando los ensayos, lo que nos van revelando los análisis de sangre, de palabras y de pensamientos.

Hay una línea que va desde Descartes y que pasa tal vez por Spinoza, Hume, Kant y llega hasta Hegel y Nietzsche. En ella se van exprimiendo las capacidades mentales más teóricas, se van descubriendo los límites y la capacidad de nuestro entendimiento, se van poniendo al descubierto nuestras miserias y nuestras bondades. Pero son las nuestras, las del ser humano. Desde aquel “pienso, luego existo” hasta la “muerte de Dios”, se desencadena toda la tormenta mental y se producen todas las sequedades imaginables.

Estas son algunas gotas de esa lluvia:

Descartes: “Así pues, no queda más que la idea de Dios, en la cual es preciso considerar si hay algo que haya podido proceder de mí mismo. Bajo el nombre de Dios entiendo una sustancia infinita, eterna, inmutable, independiente, omnisciente, todopoderosa, y por la cual yo mismo y todas las demás cosas que existen (si es verdad que existen) han sido creadas y producidas. Tales atributos son tan grandes y eminentes que cuanto más atentamente los considero menos me convenzo de que la idea que poseo pueda tener su origen en mí mismo. Y, por consiguiente, es preciso concluir necesariamente de todo lo dicho antes que Dios existe; pues aunque la idea de sustancia esté en mí, porque soy una sustancia, no por eso, sin embargo, poseería la idea de una sustancia infinita, yo que soy un ser finito, si no hubiese sido puesta en mí por alguna sustancia verdaderamente infinita.” Meditaciones metafísicas.

B. Spinoza: “Corolario: Según la guía de la razón, apeteceremos un mal menor presente que sea causa de bien mayor futuro, y renunciaremos a un bien menor presente que sea causa de un mal mayor futuro. …
Escolio: Así, pues, si confrontamos esto con lo que hemos mostrado en esta Parte, acerca de a fuerza de los afectos, veremos fácilmente qué diferencia hay entre el hombre que se guía por el solo afecto, o sea, por la opinión, y el hombre que se guía por la razón. El primero, en efecto, obra -quiéralo o no- sin saber en absoluto lo que se hace, mientras que el segundo no ejecuta la voluntad de nadie, sino solo la suya, y hace solo aquellas cosas que sabe que son primordiales en la vida y que, por esa razón, desea en el más alto grado. Por eso llamo al primero esclavo, y al segundo libre.” Ética.

D. Hume: “En estas cuatro ciencias: lógica, moral, crítica de arte y letras, y política, está comprendido todo lo que de algún modo nos interesa conocer, o que queda tender al progreso o refinamiento de la mente humana.” Tratado de naturaleza humana.

“Antes de lanzarme a las inmensas profundidades de la filosofía que yacen ante mí, me siento inclinado a detenerme por un momento en mi situación y a sopesar el viaje emprendido, que requiere sin duda el máximo de arte y aplicación para ser llevado a feliz término, Me siento como alguien que, habiendo embarrancado en los escollos y escapado con grandes apuros del naufragio gracias a haber logrado atravesar un angosto y difícil paso, tiene sin embargo la temeridad de lanzarse al mar en la misma embarcación agrietada y batida por las olas... (…) Pero por fortuna sucede que, aunque la razón sea incapaz de disipar estas nubes, la naturaleza misma se basta para este propósito, y me cura de la melancolía y de este delirio filosófico, bien relajando mi concentración mental o bien por medio de alguna distracción…” Tratado de la naturaleza humana.

Kant: “No hay duda de que todo nuestro conocimiento comienza con la experiencia.”
“Al menos una de las cuestiones que se hallan más necesitadas de un detenido examen y que no pueden despacharse de un plumazo es la de saber si existe semejante conocimiento independiente de la experiencia e, incluso, de las impresiones de los sentidos. Tal conocimiento se llama a priori y se distingue del empírico, que tiene fuentes a posteriori, es decir, en la experiencia.” Crítica de la razón pura.
“El ámbito de la filosofía se reduce a las cuestiones siguientes: 1) ¿Qué puedo saber?; 2) ¿Qué debo saber?; 3) ¿Qué me está permitido esperar?; 4) ¿Qué es el hombre?
A la primera cuestión responde la metafísica, a la segunda la moral, a la tercera la religión, a la cuarta la antropología. Pero en el fondo, se podría reducir todo a la antropología ya que las tres primeras cuestiones se refieren a la última.” Lógica.

Hegel: “Tras estas consideraciones turbadoras, uno se pregunta cuál es el fin de todas esas realidades individuales. No se agotan en sus fines particulares; todo debe contribuir a una obra. En la base de este inmenso sacrificio del Espíritu debe hallarse un fin último. La cuestión es saber si, bajo el tumulto reinante en la superficie, no se lleva a cabo una obra silenciosa y secreta en la que se conservará toda la fuerza de los fenómenos. Lo que nos preocupa es la gran variedad, el contraste de ese contenido. Vemos cómo cosas opuestas son veneradas como sagradas y pretenden representar el interés de la época y de los pueblos. Nace así la necesidad de hallar en la Idea la justificación de tan decadencia. Esta consideración nos lleva a la tercera categoría, a la búsqueda de un fin en sí y para sí último. Se trata de la categoría misma de la Razón, que existe en la conciencia como fe en la omnipotencia de la Razón sobre el mundo. La prueba nos la proporcionará precisamente el estudio de la historia, porque esta no es sino la imagen y el acto de la razón.”

Pues eso.

No hay comentarios: