TAN SOLO POR UN RATO
Reconociendo el fin de todo anhelo
en los predios del reino del olvido,
decido desistir de mis impulsos
y dejarme llevar por las mareas
que arrastran a la playa mis despojos
-al fin todo es inútil,
todo grano de arena, polvo, nada-.
Vivir más densamente certifica
solo un tránsito público
hacia un ayer vacío y olvidado.
Sería morir dos veces
y está la vida en crisis
y el entierro es muy caro.
martes, 15 de diciembre de 2009
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2 comentarios:
Buenas noches, de nuevo:
¿El poema -y su final- hay que entenderlo cómo alegre o cómo triste?.
Sin embargo, ahora creo que es optimista, pues se deduce que el precio del entierro no compensa, y es preferible "quedarse", ¿no?.
Debo de estar muy espesa, a estas horas.
(Quizás sería mejor no enviar este comentario, pero ya que lo he escrito...Si no le gusta, puede borrarlo).
Saludos. Gelu
Reconociendo que los anhelos son deseos vehementes, porqué renunciar a ellos... un deseo vehemente es una renovación de estimulo, y algo que nos inunda de fuerza ¿porqué renunciar a ello si nos da vida?
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