A veces llegan a mis manos libros de manera peregrina y azarosa. Hace un par de días me hice con un libro del poeta gallego Manuel Curros Enríquez. Catalogaba al autor entre los de aquella generación de poetas, sobre todo regionalistas, que tuvieron su importancia en la segunda mitad del S XIX, en diversas regiones de la Península.
Nunca había leído nada de él, al menos que yo recordara.
Abrir las páginas de “Aires de mi tierra” ha supuesto para mí la sorpresa de encontrarme con un tipo de poesía que no me gusta nada (que el poeta me perdone), pero sobre todo el reencuentro con algunos días de mi adolescencia en los que oí hablar de él por primera vez.
En un montículo desde el que se divisaba la ciudad de Leganés, entonces un poblachón que en poco se parecía a la ciudad actual, se alzaba un convento de frailes agustinos. Allí se recogían estudiantes de muy diversas partes de España. Entre esos frailes se encontraba uno de edad avanzada, de tez oscura y voz grave, que se encargaba de darnos las clases de literatura. Ya entonces sospeché que leía a escondidas y a su aire obras que para el momento no debían de ser políticamente correctas. De ellas nos daba noticias y alguna vez nos ofrecía la lectura de algunas páginas. De su voz timbrada y recia salían aquellos nombres que a mí nada o casi nada me decían y que yo conservo seguramente más por la mella que en mí dejaba la voz del profesor que las evocaciones del autor.
Y desde la lectura, tediosa y extraña por la falta de calidad de los versos (que el autor me vuelva a perdonar), mi mente se ha echado a volar hacia aquellos años lejanos y distantes en casi todo. Y venían hacia mí imágenes de otros profesores menos llamativos que el de nuestra literatura. Aquel Chinchurreta vasco que admitía verdaderos haces de hierba en sus clases con tal de que los alumnos se aficionaran en algún modo a las Ciencias Naturales, el pianista de las manos ocres por la presencia del tabaco, o el extraño director que a punto estuvo de dar con mis huesos en casa antes de la cuenta por asuntos tan graves como dar voces en algún partido de baloncesto, o aquellos aspirantes a místicos a los que se les iba el alma a los cielos cada vez que se enfrentaban con una consagración.
Qué mundos tan difusos y tan alejados de ahora mismo. Quiero entenderlos desde el contexto de aquellos años y me cuesta. No está mal que me conforme con evocarlos y con tratar de reconocer que, a pesar de tantos pesares, anacronismos y sinsentidos, algunos valores sí creo que cuajaron en mí y que se han mantenido hasta ahora mismo. Para bien y para mal.
Sigo en la lectura, tan poco atractiva, de Curros Enríquez y dejo que mi mente vaya y venga, con este pretexto, hacia aquellos años en los que todo el futuro se me ofrecía completo. Ahora ese futuro se me aparece más cuarteado y en una invitación a mirar también hacia el pasado. Voy a seguir con ello. Ciao.
lunes, 14 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Buenas noches, D.Antonio G. Turrión:
Hoy voy mal de tiempo, pero me encanta la poesía gallega, y lo poco que he leido de Curros Enríquez. En su casa,ahora la Casa dos Poetas, en Celanova, se fallan unos premios anualmente, a las personas o instituciones destacadas por su labor para que se conozca Galicia y su cultura.
Llegué a Curros Enríquez buscando conocer algo más de Emilio Celso Ferreiro. Y a éste,por su poema- villancico precioso: "Belen ano cero" que puso música y había incluído Amancio Prada en uno de sus discos.
Así supe que Curros Enríquez y E.Celso Ferreiro habían vivido en la misma calle de Celanova.
Y supe de "Aires de mi tierra".
-
No estoy en mi casa,no tengo mis libros a mano, el ordenador es prestado, y no estoy muy inspirada,.
Creo que su entrada de ayer, era simplemente un pretexto, para recuperar en el recuerdo sus años de juventud.
Ya volveremos sobre el tema, si usted quiere.
Ahora me han venido a la cabeza "los airiños, airiños aires" de Rosalía de Castro,...y Amancio Prada -premio Celanova 2005-, y el villancico que le he comentado, y José Angel Valente, y Milladoiro, y... quiero pensar un rato en gallego.
Saludos. Gelu
Publicar un comentario