He vuelto de Málaga cansado y feliz. Feliz por la amistad, feliz por mis amigos todos, feliz por la acogida, feliz por el sol eterno del Mediterráneo, feliz por las actividades que no me han dejado ni un minuto quieto, feliz por ese lujo de mar y de cocina a su misma orilla, feliz por las charlas sobre todo, feliz por nuestra Leti que sigue tan pitufa y tan resalada, feliz por la queimada con embrujo, feliz por la certeza repetida del valor de la amistad real, feliz por demostrarme que la amistad crece sola pero que es buena cosa regarla con mimo, feliz por ese clima que nos puso en la calle todo el día, feliz por la pastorada espontánea en la noche de la ciudad, feliz porque la vida me ofrece tanto bueno, feliz por casi todo.
Y cansado por el viaje y por el no parar, por lo vertiginoso de las cosas, porque el paréntesis dura lo que dura, porque uno en el fondo se asegura mejor en sus cuatro paredes personales.
Hoy nuestros recuerdos y nuestros agradecimientos, los de Nena y los míos, tienen nombres propios: Antonio, Mercedes, Jesús, Sinda, Leticia.
Hoy dormiré feliz porque vengo feliz. Buenas noches.
martes, 8 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Así nos sentimos nosotros también, (bueno, no tan cansados)
Gracias, amigos.
Me alegro que hayais compartido un "finde" que seguro que habrá sido más que aprovechable...Sindaaaaa! a ver cuando os vemos la cara otra vez para disfrutar un ratito de agradable conversación.
Publicar un comentario