viernes, 2 de octubre de 2009
APUNTE EN NEGRO
APUNTE EN NEGRO
Tres tristes tigres y una mujer chigre
saludan a los cuernos de la luna
y sonríen, pazguatos. Los delata
esa cara de risa pendulona
movida por la fuerza del azogue
que no los deja quietos ni un instante.
Hay tres que se despiden, satisfechos,
como descojonándose de todo,
despreciando la oferta y numerando
hasta cinco razones de sus risas.
El otro simplemente la desprecia,
se vuelve a sus zapatos y murmura:
"todo es al fin falaz, todo es teatro".
Unos días de ilusión, de embaucamiento,
de pensar en las hadas y en los cuentos,
unas horas de asueto y vuelta al tajo.
N.B. Me entretuve esta mañana en este divertimento, poniéndole pie a esta foto que aparecía en portada de un periódico ayer mismo. No tiene mucho más valor que el de la ironía.
Esta tarde me entero de lo de las olimpiadas. Y ahora sí que me parece que tiene bastante más alcance. Venga, tíos, a morirse de risa y a otra cosa.
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1 comentario:
Cada vez más de lejos, con más indiferencia, casi con desgana siento las decepciones y las alegrías colectivas que nos deparan los fracasos y triunfos del deporte. Por eso no he vivido con decepción la selección de la sede olímpica. Más bien me alegro de que Madrid no haya sido la elegida.
Precisamente la exaltación sentimental por estos acontecimientos, de raíz tan patriótica, tan nacionalista, a veces adolece de falta de sentido de nación. Creo que la sociedad española está falta de sentido común, quiero decir de sentido de comunidad.
Cada cual cuenta la crisis según le va, sólo atendiendo a lo magro que queda su bolsillo. Pero aún no hemos tomado conciencia de la crisis en su dimensión colectiva. Poco parece importarnos que las arcas del estado cada vez estén más macilentas, que el déficit se dispare o que el balance positivo de la seguridad social inicie una frenética carrera descendente.
No está España, ni estará en los próximos años, para alegrías ni para el oneroso dispendio que supone la organización de una olimpiada. Aunque a los cuatro de la foto parece no preocuparles el asunto. Están contentos, casi triunfantes…
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