domingo, 7 de octubre de 2007

UN DÍA COMPLETO

Tal vez el de ayer fue un día más para ser descrito que para ser comentado. Sencillamente porque los actos se sucedieron y no hubo mucho tiempo para la reflexión en tiempo real. Me ocuparon la mañana varias actividades de las de casa y de las de las otras. Porque uno en casa tiene sus faenas, y estas llevan tiempo. Admiro a los que en su casa apenas ponen pie en faena. No sé cómo lo consiguen ni cómo se lo aguantan sus respectivos o respectivas, pero lo cierto es que además me dio tiempo para mis lecturas y para asistir y participar en la entrega de los Premios de la Libertad que organiza el PSOE de Béjar. La verdad es que ya no los concibo sin mi presencia pues, desde la primera convocatoria, he estado por ahí echando una mano. En esta ocasión con la lectura de unos poemas que hacían referencia a la Guerra (In)civil y a suS consecuencias. Elegí cinco poetas, tres de visión directa y dos de evocación. Me suelo sentir muy a gusto en estos actos porque creo que son de los que mejor concentran un grado de sensibilidad que yo no veo con frecuencia en esta ciudad estrecha. La música, los versos, las palabras de reconocimiento y de agradecimiento, los aplausos, la sesibilidad que se despierta en la gente... creo que merecen mucho la pena.
Este año el premio lo recibía la Comisión Provincial para la Memoria Histórica, un grupo de personas que anda poniendo todo su esfuerzo al servicio de rescatar la memoria de tantas personas que quedaron en una muerte ignominiosa y oculta en los años infaustos de la guerra y en los posteriores. A mi lado se sentaban dos personas de las premiadas y, en buena parte del acto, no dejaron de llenar sus pañuelos de lágrimas de emoción. ¿Acaso se puede pedir algo más hermoso? Contribuir a ello a mí me deja intensamente satisfecho. Yo sé que de sus cuerpos salen emociones acumuladas durante muchos, muchísimos, años, que su cuerpo no puede cuando sienten que hay personas que están emocionalmente a su lado y que comprenden, o al menos no entorpecen, su labor callada en pro de tantas personas. Porque lo he dicho siempre: los muertos murieron injustamente y sufrieron el dolor en sus cuerpos: la memoria tiene que honrarlos; pero ¿y sus familiares durante tantísismos años de dictadura? ¿Qué vida imaginamos para ellos? Día a día y hora a hora han tenido que sufrir el desprecio y el olvido. Y todavía hay quien se opone a la aprobación de una tímida ley de la memoria histórica, temblando, sin duda, porque, en cuanto se hurgue, saldrán inevitablemente demonios y pueden ser salpicados. Así estamos.
En fin, que dejé el acto satisfecho por la intención y por los resultados. No entiendo la falta de gente en esta ocasión, cuando en ediciones anteriores siempre se había llenado totalmente el local. Alguien me decía que faltaban las personas que normalmente lleva Caldera a los actos. Si así fuera, y corre el riesgo de tener razón, no sería más que muestra de la torpeza y hasta de la miseria que anida en tantas cabecillas. No se merecen más comentario.
Una comida posterior me puso en contacto con los jóvenes artistas que habían participado conmigo en el acto. Me complace una vez más descubrir que hay tanta gente cerca de mí, también en esta ciudad estrecha, que tiene inquietudes y sensibilidad artística. Hay que darles salida como sea y premiar su esfuerzo. Ya se lo recordé en público al alcalde. Que así sea.
Un buen paseo me llevó con Nena, con Merce y con Miguel Ángel por Llano Alto. Extraordinarias las tardes de otoño en esta geografía lujuriosa. Si el paseo es con quienes más quieres, la luz se hace más densa. La de ayer lo era muchísimo. Un rato de deporte, de ese que tiene un cesto roto en el que unos muchachones están empeñados inútilmente en meter un balón, me llevó otro buen espacio de tiempo. Me gusta mucho el baloncesto y algún día hablaré de él.
Y como el día tenía que ser completo, en la tele se me agolparon dos películas maravillosas. Una revive las peripecias de Manolito Gafotas, ese niño encantador que todos somos un poco. Yo, lo reconzco, soy de Manolito Gafotas, más del de la serie que del de la película, como otros son del Madrid o del Barça, no lo puedo remediar, es mi debilidad. La otra es una película de antología mundial: La lengua de las mariposas. También soy de José Luis Cuerda, su director, tampoco lo puedo ni lo quiero remediar. De esta película podría dar un seminario de una semana completa: ofrece tantas sugerencias y encierra tanto contenido...
Todo esto en un día. Y la vida bullendo. Qué alegría.

1 comentario:

gel dijo...

Cierto...el dia de ayer fue emocionante y contenido,valoro sobre todo la ausencia de rencores en la palabra de los premiados y la justa representación de los presentes que estábamos de corazón...; la luz de la tarde hizo justicia a la luz de la mañana,yo la disfrité desde el puente "La Malena" por la Ruta de los Miliarios...perdida con los restos de poemas zumbando aún en la cabeza.
Empezaste el día invitandome a escribir,bien aqui estoy, pongo lo que siento...
y es que tengo la sensación de que tu entrada me invita a insultarte tercamente:
!!!Espiriforme, mas que Espiriforme!!!!!
me entiendes verdad????? SALUDITOS.
Gel