miércoles, 10 de octubre de 2007

TENGO QUE ESTAR EQUIVOCADO

No puede ser de otra manera. Así lo dicta el tópico de la mayoría. Me explicaré. Los tiempos muertos de mis mañanas los ocupo en parte en revisar la prensa provincial y nacional. Si los titulares de El Mundo y del ABC tienden siempre a ser personales, de tal modo que lo que les interesa es crear dianas con nombres y apellidos para disparar sin compasión, la prensa provincial me deleita con la antología del disparate todos los días. Hace escasas fechas un periódico le dedicaba prácticamente la contraportada a una foto con este titular: "Nos visitan los consuegros de Tita Cervera", o acaso decía de la varonesa Tyssen, que tanto da. Ayer había varias páginas de fotografías dedicadas a destacar unos desfiles de moda de creadores salmantinos y se loaba hasta la adoración la "originalidad" de un creador que presentaba su desfile con tías en pelotas y con serpientes rodeándoles el cuerpo. !En un desfile de modas!!!! Pero, ¿se presenta ropa o se presentan serpientes?, ¿se alaba la calidad de los tejidos y de los colores o los cuerpos de las modelos, más propicios al fornicio que a ninguna otra cosa?, ¿es este otro cuento del emperador?
No he oído a nadie levantar la voz ni extrañarse por ello sino más bien aplaudir hasta gastarse las manos. También y sobre todo a las mujeres, tratadas como mercancía de lujo, como carne de primera. Como sucede tantas veces, seguramente la costumbre nos ha inmunizado contra ello. ¿Sabe la gente la cantidad de subvenciones que se lleva este mundo de la moda salidos de mis impuestos?, ¿sabe la gente quién se va a poner esos amagos de vestidos que son cualquier cosa menos ropa?, ¿nos hemos parado a pensar qué escala de valores es la que se fomenta con estas imágenes? Podría parecer pacato y encogido. No me gustaría parecerlo, pero confieso que las del Retiro y las de la calle de la Montera me parecen mucho más sinceras y honradas que todas estas. Yo las prefiero y contra ellas no tengo nada; sí contra estas que encima son soporte de los adalides de la moral y de la mogigatería.
Repito que tengo que estar equivocado porque la inmensa mayoría aplaude con las orejas y no hay personaje público que no pierda el culo por asistir a tal desplante de carne humana y de trata de blancas. Y de blancos. Pues así estamos, y con mis alumnos pendientes de ejercitarse en asuntos gramaticales y léxicos. ¿Cómo voy a luchar yo contra estos gigantes sociales de la estulticia? Estos sí que son gigantes y no los de don Quijote. Me cago en la madre que parió a tanta puta, a tanto puto, a tanto falso rescocido y salido, a tanto moralista de pacotilla y a tanto fingidor de orgasmos. Y luego estos negociantes oblicuos y escondidos del sexo son los mismos que se oponen a la Educación para la Ciudadanía. Con toda la que ellos necesitan.

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