martes, 23 de octubre de 2007

BÉJAR MIRA AL RIO

Una de las ideas estrella del programa con el que el PSOE se presentó a las elecciones en Béjar fue la de intentar desarrollar un amplio programa de recuperación de las márgenes de nuestro río. La idea yo creo que surgió un poco al azar e incluso no sé muy bien si los ciudadanos le prestaron mucha o poca atención en el momento de las elecciones. Tampoco importa demasiado. El caso es que la idea se ha ido incubando hasta buscar su hueco y su perfil. Leo que hoy ha estado entre nosotros Peridis -se pensó en él desde el principio- tomando las primeras muestras visuales y recogiendo los primeros datos a pie de obra.
El río ha sido históricamente el pulmón económico y vital de esta población; a su amparo ha crecido, ha trabajado, ha sufrido y ha gozado. La historia del ducado y de la población -siempre explotada por la nobleza- no se explica sin el río y sus trabajos. Los últimos cuarenta años han visto cómo se cerraban sus fábricas, cómo dejaban de rugir sus telares y cómo el río, desgastado en mil oficios a lo largo de su curso, se volvía hasta limpio por la falta de uso de sus aguas. La más reciente historia se ha escrito en Béjar no con el río sino contra el río. Ahora parece que se quiere volver a él.
Sus aguas se han domado ya en la base de la nieve con la presa de Navamuño; no más meses de escasez de agua, no más salas de espera para recibir las primeras lluvias y las primeras nieves del otoño. En la presa se ha engordado una vaca que da leche incolora a casi toda la sierra y la entresierra, en una liberalidad casi beatífica que algún día tendrá que poner coto y decir hasta aquí hemos llegado. Las centrales numerosas resultan buena prueba del beneficio que ofrece nuestra agua, a la comunidad en las públicas y a los de siempre en las privadas. Son muchas y todas rinden cuentas positivas. La depuración es el otro elemento que ha situado a nuestro río en condiciones de ser mirado, paseado, admirado y cortejado. Pasear por el camino que se ha abierto a su lado es siempre una delicia, sea cual sea la época en que se haga. Un pretendido museo textil eterno e ineficiente hasta ahora aguarda también adornar sus orillas.
El plan supongo que será tan ambicioso como largo en plazos de ejecución. Para ponerlo de largo tendríamos que contar todos, y contar con todos. Que no sea una extraña ocurrencia de nadie y que en su desarrollo no se vea la mano particular de ningún conseguidor espabilado sino las ilusiones de todos y el desarrollo de un plan ambicioso y razonable a la vez. A mí de momento nadie me ha consultado nada. Naturalmente no soy yo quien más puede aportar, la cita es a modo de ejemplo. Porque parece de sentido común que, o es con todos, o no es.
Leo que ahora se cita una de sus fábricas emblemáticas como posible ubicación del traído y llevado parador nacional. No lo veo en ese lugar, pero doctores tiene... En fin, pronto veremos un plan hermoso sobre el papel y echaremos nuestra imaginación a volar, miraremos con cariño al río y soñaremos en un futuro mejor. Que sea contando con todos y para todos: no hay otra forma.

1 comentario:

pancho dijo...

Magnífica idea ésta de preservar el patrimonio inmobiliario de la industria textil bejarana, seña de identidad de esta ciudad. A veces los pueblos progresan porque a alguien se le encendió la bombilla. Sugeriría que se hiciera una visita a Liverpool para observar el gran trabajo de rehabilitación que se ha hecho en la zona anteriormente degradada de los Albert Docks. Algo similar se podría hacer aquí, salvando las distancias, claro.