sábado, 24 de abril de 2010

LEYENDO FILOSOFÍA MEDIEVAL

En el Protágoras nos ofrece Platón una cumplida versión de Prometeo, ese osado que se atrevió hasta con guasa a engañar a los dioses y a dar protección y armas para el desarrollo a los hombres, pues él les trajo el fuego y las artes de Atenea. Su historia fue después mucho más larga y accidentada pero siempre anduvo en danza contra algún dios y mirando por el provecho del ser humano.

Tal vez la historia de la filosofía no haya sido otra cosa que un robo continuo de elementos a los dioses para incorporarlos a las capacidades humanas. Pero el camino ha sido arduo y no siempre se ha mirado hacia adelante. La Grecia clásica puso como centro al hombre y a su capacidad para dar rienda suelta a la razón, a la razón de hace veinticinco siglos por supuesto. Para ello tuvo que desembarazarse de los dioses y hacerles frente con coraje y pensamiento. Después llegó el cristianismo y clavó en el cielo y en la tierra un eje para que todo el que quisiera osar y curiosear por los principios, las causas y los fines, no tuviera la tentación de salirse del camino marcado. El ser humano buscó su acomodo en el orden establecido durante más de mil años, y no fue hasta el S XV cuando se produjo otro patadón en busca de nuevo del ser humano y de sus capacidades. Toda la filosofía medieval (Clemente de Alejandría, San Agustín, San Anselmo, Santo Tomás de Aquino, Maimónides, Algazel, Averroes, Isidoro de Sevilla…) apuntan, con mayor o menor fuerza hacia ese eje, tratando de adaptar conceptos racionales a revelaciones religiosas. Cualquier desviación o falta de encuentro entre razón y fe lo resolvieron siempre con la eliminación del concepto racional y con la imposición del criterio religioso. Eso nos dio una Edad Media tan plana y tan aparentemente aposentada. Tuvieron que ser los renacentistas italianos los que descubrieran al rey desnudo y los que comenzaran tímidamente a reivindicar la supremacía de la razón frente a imposiciones reveladas e interpretadas por ministros eclesiásticos endogámicos. Ese es el comienzo de la Edad Moderna.

Leer filosofía medieval puede resultar casi un juego de niños con la perspectiva de tantos años y con la conciencia del S XXI. Qué empeños en remover todo lo removible con tal de no apartarse ni un ápice de las verdades del libro, qué forma de retorcer conceptos y qué hartura de cristazos, de miedos y de recelos.

Para todo ello necesitaron crear un dios separado del hombre y siempre al acecho de cualquier descuido de los humanos, como con el palo en la mano o la regleta en el aire para dejarla caer en nuestras espaldas. Ese sentido religioso de culpa y de susto, de castigo y de miedo, creo que no se ha movido demasiado a lo largo de la historia, hasta el punto de ser, me parece, uno de los elementos que más asustan a cualquiera que se pueda acercar a estas religiones.

No quiero ni imaginarme a un pobrecillo iletrado (prácticamente todos) ni a uno más versado en su actuar diario durante aquellos larguísimos siglos. El primero por el estado de miedo y el segundo por el estado de enfado al no poder manifestarse con algún grado de sinceridad y libertad. Quizá el tener todo tan bien acotado permitiera la continuidad de los sistemas y de las sociedades durante tanto tiempo. No estoy precisamente seguro de que mereciera la pena.

2 comentarios:

Tomás dijo...

pensaba...amigo, qué importante es leer la Historia, no? pero también me parece interesante poder ser consciente con qué anteojos los vemos. Personalmente nunca quise mirar a la edad media sólo como una época intermedia y menos aún como 1000 años de oscuridad - comentarios de algunos autores - Creo que la edad media en la historia de la filosofía fue y es un gran momento en la histroia del pensamiento porque sin esas grandes preguntas para resolver el tema de la relación o no entre Fe y Razón quizá no se hubiese profundizado mucho mas - epistemológicamente hablando no? - tanto para la Teología como para la Filosofía fue una gran oportunidad para identificarse cada una mas y diferenciarse. Re-pensar los objetivos de cada una, sus límites, sus pposibilidades, etc.
Eso es lo que reflexiono. Gracias querido. Tomás, de Argentina.

Antonio Gutiérrez Turrión dijo...

Yo tampoco creo, amigo Tomás, que toda la Edad Media se pueda calificar homogéneamente, pero me parece que supuso un freno larguísimo en la histoira del pensamiento.
Un abrazo desde España.