miércoles, 21 de abril de 2010

ESO DE LA SUPERSTICIÓN

Voy a dejar noticia y comentario de algo que puede pertenecer a cualquier día pero que encontré (otra vez) en un periódico provincial ayer mismo. Juro que no es broma.
La información se resume más o menos así: El equipo de fútbol de Salamanca ha cambiado de entrenador. El nuevo entrenador se llama D´Alessandro, un antiguo portero del equipo. El periodista cuenta que el susodicho se fue cualquier día de la semana a Alba, pequeña ciudad próxima a Salamanca (en Castilla se llama ciudad a cualquier pequeña agrupación de habitantes: así anda la densidad de población por aquí). Y se fue hasta allí con la intención de rezarle a la Santa (la Santa por esas tierras -igual que en Ávila- es, por antonomasia, santa Teresa, claro) y de pedirle éxito para él y para su equipo. El periodista se deshace en elogios y en indagaciones hasta terminar afirmando que, en el nuevo trabajo de este entrenador, hay muchas variantes pero un solo secreto: las preces a Santa Teresa. Y concluye ufano: “¡Y el equipo ganó!” ¿A que parece que no hay nada raro? Hasta ahí nos hemos acostumbrado.

Hasta aquí la información. Tal vez debería haber transcrito literalmente lo que aparecía en el periódico para que, cuando relea esto, no piense que me lo inventé. Es verdad que la información no ocupa plaza en primera página, pero sí se lleva casi media plana en la sección de deportes.

Y ahora unas líneas de opinión. Que el susodicho D´Alessandro sea creyente o no es cosa que le compete a él solito y nada tengo que decir al respecto. Que se vaya hasta Alba para rezar, con la cantidad de iglesias y catedrales que tiene a la puerta de casa, ya me produce más extrañeza. Debo suponer que tiene más confianza en una santa que en la Virgen o en el Cristo. Esto debería, en buena lógica -incluso en mala o elemental lógica- suponer un conflicto de competencias que vete a saber cómo se puede arreglar: no me imagino una pelea entre la Virgen y santa Teresa por invadirse el terreno y las competencias. Haré un esfuerzo y me olvidaré de esta incongruencia, tal vez porque no todos los amigos son iguales aunque sean amigos.

Encajo peor el hecho de que se vaya a pedir por uno mismo cuando del éxito personal se deduce el perjuicio de los demás. Porque digo yo que, para que gane el Salamanca, tendrá que perder el equipo rival. ¿O no? A mí no me salen las cuentas de otra manera. El equipo rival era el Córdoba, hermosa ciudad también en el sur de España.

Supongo que en Córdoba, a pesar de la mezquita de origen musulmán, habrá también su santo y su santa. En efecto, por allí anda patroneando san Rafael. Y cuidado, que es arcángel, y eso debe de ser mucho. Y ahora ya sí que no hay posibilidad de acuerdo: cada patrón tutela a un equipo contrario. Aquí sí que no se salva de la pelea nadie. Por lo que se ve, en esta ocasión ganó santa Teresa. Tal vez porque los arcángeles están perdiendo peso en la corte celestial. Todavía no nos hemos puesto de acuerdo ni siquiera sobre su sexo. Como para no atreverse la santa, mujer de armas tomar donde las haya. Tampoco conocemos, por cierto, cuál es el lugar que ocupan los arcángeles en la jerarquía celestial. Hay que recordar que nada menos que son nueve los grupos que se disputan los lugares: ángeles, arcángeles, querubines, serafines, tronos, dominaciones, potestades, virtudes y principados. Pero pelea, lo que se dice pelea, tuvo que haberla. Y dura porque este Rafael seguro que ya curtió armas con aquello de la lucha contra el diablo.

Si yo supiera hablar en serio, echaría pestes del asunto. Si fuera un practicante religioso, pediría un poco de rigor en las liturgias y en las tonterías que adornan nuestros días y nuestras horas. Si fuera un observador sensato, me sorprendería porque esto no alcanza ni el nivel del juego entre el perro y el gato. Y si tuviera un poco de sentido común me quedaría perplejo diciendo Dios mío, cómo está el mundo, cómo está el mundo.

¿Qué pasará la próxima semana? Me pone esto de seguir las peleas que se tienen que producir entre los patrocinadores celestiales. Santa Teresa tiene mucha fuerza así que acaso el Salamanca vaya para arriba en la tabla de clasificación, aunque creo que ya no le da tiempo de subir a primera división. Cachis.

Me asalta una duda más: ¿Y el equipo de Alba de Tormes, que tiene la iglesia de la santa al lado, no tendría que estar jugando las semifinales de la copa de Europa en lugar de jugarlas el Barça?

3 comentarios:

mojadopapel dijo...

Jo, Antonio cuando le sacas punta al lapiz, pinchaaass.
Cómo me he reido. je,je

Jesús Majada dijo...

Buena socarronería y ¡mucha guasa! Me he reído...

pancho dijo...

Será la única posibilidad que tienen para terminar la iglesia interminable. Sólo con la sospecha de la posible relación santa - victoria de la unión, había hasta peregrinaciones organizadas.
Una pena que las victorias no dependan de los santos.