jueves, 30 de septiembre de 2010

SOLO SOMOS DESPOJOS

SOLO SOMOS DESPOJOS DEL VIENTO Y DE LA NADA

En la imposible abdicación del tiempo,
en el denso silencio de la tierra,
rotas todas las torres de la ciudad vacía,
notas rodadas al viento de alguna melodía
compuesta con la ausencia y el vacío,
en la profanación del páramo infinito,
desde el rumor de una corriente tan solo presentida,
la luz en su cenit nos ha reconocido.

Todo lo que es pasado se almacena
en cualquier vertedero de la ciudad prohibida,
detrás de las murallas de noche y de silencio.

No nos es permitido traspasar las murallas
de esa ciudad oscura.
Buscamos que sus calles manden ecos
de pisadas, de musgos, de encendidas
palabras que invocan el futuro.

Solo noche y ausencia, sosiego y afonía.

¿Por qué no nos olvida
esta luz delatora,
si en un breve momento,
seremos sombra y sueño, soledad y abandono?

miércoles, 29 de septiembre de 2010

HUELGA GENERAL

Suenan ecos de huelga, o de no huelga, por todas partes. Es 29 S. Hay huelga general.
Son algo más de las diez de la mañana y leo algunas informaciones acerca del desarrollo de esta huelga que, para bien o para mal, tendría que suponer un aldabonazo importante en la convivencia de esta comunidad.

Creo que, una vez más, casi todos entran al trapo de la discusión de la derecha: el asunto del éxito o el fracaso numérico de la huelga. Hace poco tiempo se desarrolló en Francia una huelga general que secundaron, según las cifras más extendidas, menos del treinta por ciento de los trabajadores. En términos generales, la prensa española señaló la cifra como un éxito de la convocatoria. ¿Se producirá hoy la misma calificación si los números son similares?

Los medios de comunicación. Ah, los medios. Otra vez los medios. He creído asistir en las últimas semanas -esa ha sido mi percepción- a un linchamiento de la función de los sindicatos de clase y hasta de su existencia. Naturalmente, lo ha hecho la derecha desde sus medios y desde sus periodistas, que son prácticamente todos. Anoche presencié la última perla. Cuando aún no era media noche, se informaba en directo -VEO 7-
de que un piquete había arrollado a una persona. Era la prueba del nueve para demostrar la violencia de los piquetes y de los sindicatos. La realidad era exactamente la contraria: un componente de un piquete había sido arrollado cuando desempeñaba sus labores. El moderador, tan moderado él, no tuvo ni la ocurrencia de pedir disculpas. Y así hasta criminalizarlo todo.

Pero, sea como sea, lo que más me preocupa es que la propia izquierda entre al trapo de éxitos y de fracasos numéricos. Esto hay que dejárselo para la derecha. Al fin y al cabo, esa es su manera de proceder: ganar o perder, triunfar o fracasar, no tener ideología sino tener intereses, y dejar por el camino perdidos a todos lo que no sean triunfadores.

Es verdad que el número es importante, pero ¿deja de ser buena o mala una reforma laboral porque secunden la huelga más o menos trabajadores? ¿No hay que analizar las condiciones en las que se ha planteado la huelga? ¿Es que no hay montones de trabajadores que no secundan la huelga o bien porque no se lo pueden permitir o porque piensan que no es la mejor forma ni el mejor momento? ¿Qué pobreza mental es esa de medir todo desde los números? Volvemos a hacer bueno aquel pensamiento de la derecha según el cual “todo lo que no son cuentas (de resultados, se entiende) son cuentos”.

No podemos ser tan torpes, no podemos deshumanizar al ser humano, no tenemos derecho a desposeerlo de sus herramientas de pensamiento, no tenemos el privilegio de jibarizar la mente humana para convertirla en almacén de estadísticas. El ser humano es razón y sentimiento, no solo comercio y mercado. Y mucho menos mercadeo. Mañana, cuando todo el mundo vuelva a sus horarios, la justicia y la injusticia volverán a estar en las esquinas mirándonos de frente mientras nosotros torcemos la vista con la vergüenza del egoísmo y de la insolidaridad. De modo que deberíamos olvidarnos de titulares escandalosos y volver a la discusión de la bondad o maldad de las cosas, en este caso de la política social de este gobierno, que, por momentos, parece que se ha olvidado de su procedencia y de su ideología.

No me gustan nada las huelgas, el país pierde mucho dinero con un día de huelga de este tipo, quiero ser siempre un ser de palabra y de entendimiento, no de enfrentamiento, no tengo ninguna seguridad de que, comenzado el siglo veintiuno, la mejor manera de zanjar las diferencias de criterio sea la huelga general…

Pero me siento solidario con los sindicatos de izquierda porque, con todos los peros que se quieran arrimar, y serán muchos, creo que siguen siendo la conciencia social de aquel segmento de la población que goza de menos derechos, que son un grito en el corazón de todo aquel que quiera entender que una cosa es la libertad teórica y otra la libertad real de cada día, que no todo el mundo llega de la misma manera a fin de mes, que sigue en pie el axioma de que todos somos iguales como seres humanos, que la riqueza y la pobreza la producimos entre todos y que debe repercutir en todos de manera justa y solidaria, que hay que seguir teniendo sentido social, coño, que los ajustes sociales los pagan siempre los mismos y no hay razón que justifique esta ignominia.

Y de la misma manera que estoy moralmente con las organizaciones sindicales de izquierda que han convocado la huelga, les agradezco su templanza durante estos últimos años de crisis, porque, frente a lo que vocifera la derecha, han demostrado que sus intereses iban más allá de sus narices y que su comprensión tiene que ver con el análisis de que la crisis procede de donde procede y la ha provocado un sistema financiero y comercial que es absolutamente insostenible.

Me gustaría -ya se ve qué anticuado soy- que estos sindicatos fueran más ideologizados, que asentaran más sus acciones en ideas generales, en solidaridad comunitaria, en justicia social. Y que lo proclamen con toda la energía. Esa tiene que ser su fuerza y su energía. Los otros, los corporativos, que se separen y que muestren sus intereses particulares y que defiendan a sus afiliados frente al resto del mundo. Allá ellos.

Me acercaré a la Corredera, donde hay una convocatoria para las doce de esta mañana. Lo haré como muestra de mi apoyo a esta idea general de que los más desvalidos de la comunidad no deben ser siempre los paganos de las dificultades. En los asuntos particulares ya me pierdo.

Resumiré lo que, al fin y al cabo, entiendo que es la vida. Algo así como una carrera con obstáculos. Si no salimos todos de la misma meta (igualdad de oportunidades), todo el camino es sencillamente una mentira espantosa; si no prestamos todos el mismo esfuerzo en saltar todos esos obstáculos que la vida nos presenta, no podemos pedir los mismos privilegios. La primera parte es la izquierda; la segunda, la derecha. Nadie me negará que, al menos cronológicamente, la primera condición es anterior. Prefiero, en la duda, quedarme con el primer intento. Pues eso.

martes, 28 de septiembre de 2010

PUES OTRALUZ MÁS CLARA YA NO ARDE

PUES OTRA LUZ MÁS CLARA YA NO ARDE

Mientras por imitar a Garcilaso,
egregio vate clásico y moderno,
le pongo hermosa cara a este soneto
y robo este momento del fracaso;

mientras que miro al cielo por si acaso
Góngora vuelve con su fino acento
a quemar las sonrisas y lamentos
que tiene recogidos el Parnaso;

gozaré los calores de la tarde,
cantaré los sonidos del silencio
pues otra luz más clara ya no arde:

es evidente que ha pasado el tiempo
del gusto, del olfato y de la vista
y todo es nada, ausencia, cero, huida.

lunes, 27 de septiembre de 2010

HABEMUS DOCTOREM

Lo comentábamos en el viaje de vuelta y me lo volvía a decir mi hermana por teléfono: Ojalá los fines de semana fueran al menos la mitad de productivos que el último.

Salimos de casa el viernes con el ánimo entero de ver graduarse a nuestro hijo como nuevo doctor. DOCTOR INGENIERO INFORMÁTICO. Uf, cómo suena. Y todo fue a pedir de boca y a gusto del más exigente. Un paseo previo un poquito nerviosos en espera de que se llegara la hora para entrar a la sala de grados de la Universidad. Después, todo solemnidad y rito. Estas ceremonias son siempre así y a los más próximos no nos desagrada esta liturgia ya tan antigua y a veces un poquito rancia.

Llegó la hora decisiva, la de la faena académica. Toda la plana mayor de la institución académica se había dado cita: rectora, vicerrectores, decano, compañeros, familiares… Yo estaba nervioso; soy el padre, ¿cómo no iba a estarlo? Pero Miguel Ángel se arrancó con tono medido, sin ningún titubeo, haciéndome caso a la retirada de las muletillas, con aplomo, con ayuda de gestos y en una exposición limpísima que hasta los más legos en la materia podíamos seguir. Y se me fueron los nervios. La sala era un silencio mirando hacia el vértice en el que el doctorando seguía brillantemente su exposición. El tribunal plegó enseguida velas y apenas apuntaba algún detalle; su atención también estaba ya concentrada en la exposición y en el desarrollo del sistema informático que allí se estaba presentando.

Con el tiempo medido, con el tono compuesto, en el ritmo adecuado y con la fuerza de quien está seguro de lo que hace, el doctorando terminó su exposición. Para entonces yo estaba embelesado: soy su padre.

Quedaba una segunda parte que, en condiciones teóricas, siempre debería resultar un poco más comprometida: la de las preguntas del tribunal. La exposición de una tesis se tiene preparada y se entiende que se ha ensayado; las preguntas posteriores no tienen preparación posible. Se hicieron varias por parte de todos los miembros del tribunal, pero todas estaban precedidas de felicitaciones al doctorando por lo que había expuesto antes. Creo -me gustaría que no me pudiera la pasión de padre- que las respuestas estuvieron bastante por encima de las preguntas, que de nuevo Miguel Ángel estuvo seguro y convencido, que abrió más posibilidades que las que mostraba el tribunal y que, en definitiva, no solo demostró que dominaba el tema de la tesis sino que dominaba las materias próximas a ella. Estoy seguro de que, en esa segunda parte, Miguel Ángel se ganó no solo al tribunal incondicionalmente sino a todos sus compañeros porque demostró -esto me parece más importante que la propia tesis- que es una persona competente y que se le puede asignar cualquier responsabilidad. Espero que esto se note en el futuro.

Entre elogios del tribunal y de algunos presentes en la sala, se cerró la presencia de los asistentes. El jurado tenía que deliberar. Poco había que deliberar y poco se deliberó pues en muy escasos minutos volvimos a la sala. Se leyó el acta de resolución y se calificó con la máxima nota la tesis. Sobresaliente Cum Laude. Nuevo Doctor. Aplausos generales. Felicitaciones. Intercambio de saludos. Charla distendida. Aperitivos a gogó a cargo del padre del doctorando que se gastó el dinero con sumo gusto. Alguna lagrimilla en la cara de los padres del doctorando. Y contento general. Después, esos asuntos protocolarios de las comidas…

Sé que hay hechos en la vida mucho más importantes que el grado que consiguió Miguel Ángel el viernes, por ejemplo algo tan aparentemente insignificante como ser buena persona. Se lo recordé a mi hijo en público y en privado. También lo hago aquí porque estoy convencido de ello. Me parece que ya lo es y que lo seguirá siendo. Mi orgullo vendrá más por esta ladera que por la otra. Le recordé también -y le recuerdo- que nada vale nada si no está un poco al servicio del bienestar de todos, si no ayuda a que la existencia de la comunidad se haga un poquito más llevadera desde un grado razonable de justicia social. Creo que lo sabe desde siempre y espero que se esforzará para hacerlo realidad. Al fin y al cabo -y no está mal para el contexto-, “al atardecer de la vida, te examinarán del amor”. Y en ese examen hay que intentar también obtener una excelente calificación.

En fin, que el viernes fui padre orgullosísimo, que se me cayó la babita y que pasé un día inolvidable. Me brotan como fuentes muchas más consideraciones, pero este espacio me basta.

Porque también fue Sara, tan ajena al barullo, tan pizpireta, tan guapísima, tan lista ya, tan centro de toda reunión, tan cara de pilla, tan juguetona, tan inocente, tan…

Y más tarde en Madrid, mi hermana y su familia, las compras, los paseos, el Brujo, el mejor juglar de España, los bullicios de siempre, el sol hermoso del otoño en el Pardo…
Y la vuelta hacia Béjar, con nueva parada en Ávila para reposar tanta tensión. Miguel Ángel estaba cansadito. Soltaba su tensión en armonía. Yo me volví gozoso hacia estas tierras altas. Esta mañana respiraba hondo por mis pinos mirando a las montañas.

sábado, 25 de septiembre de 2010

PARA EL NUEVO DOCTOR DE LAS CUADRÍCULAS

PARA EL NUEVO DOCTOR DE LAS CUADRÍCULAS MIGUEL ÁNGEL GUTIÉRREZ GARCÍA

Dejó de ser el tiempo de la espera,
luz en aurora y sentimiento tenso,
para salir a proclamar que hay mundo
desde la luz que acaso le prestemos.

En un camino lento y solitario,
titubeos y dudas disfrazados
por muchas estaciones del camino,
supiste dibujar, casi en silencio,
un esquema ordenado
de lógica y verdad.

Igitur, gaudeamus por este nuevo VITOR,
loores al doctor de las cuadrículas,
que abra escuela y enseñe la libertad al mundo.
Magister in excelsis, et, iuvenes dum sumus,
audeamus nos sapere eloquentiae lectionem.

Et "vivat academia" que acoge profesores
con la mirada al viento de las necesidades
de todos los que animan el camino
de la luz, del amor, de la justicia.

Grqatias agimus tibi,
Merci bien, Miguel Ángel,
Thank you for my big family,
Gracias por la alegría que compartes
con los que más te quieren en la vida.

Fue una mañana en Ávila, en otoño,
veinticuatro, septiembre, dos mil diez.
Y Sara dormitaba dulcemente.

N.B. Mañana diré más.

viernes, 24 de septiembre de 2010

MIL ENTRADAS: GRACIAS POR ESTAR AHÍ

Y parece que fue ayer. Cuando esta mañana fui a colgar mi entrada del día en mi página de internet, mi marcador de entradas marcaba exactamente el número 1000 (mil). Nada menos que mil veces me he asomado a esta ventana, ya tan familiar para mí.

Recuerdo que me acababan de invitar amablemente (o sea, a echarme) a dejar mis colaboraciones en El Adelanto, ese periódico de Salamanca que se ha convertido en mal competidor de la misma línea editorial que los otros dos, es decir, de escopeta de repetición de los sectores más rancios y conservadores de esta provincia que, por momentos, uno cree que anda anclada en toros, funcionarios y grupos eclesiales como únicas opciones.

Se me cerraba una puerta que me gustaba porque suponía una oportunidad de decir alguna cosa y de despertar alguna conciencia. Quedé contento de aquel periodo. Pero fue lo que fue.

Enseguida me prepararon (Felipe fue el animador) un blog y comencé a asomarme a él casi diariamente. Como era mi blog, las cortapisas aparentemente eran menos; eran las que yo mismo quisiera imponerme. Afirmar que no hay ninguna no responde a la verdad, pero es también real que se pueden controlar mucho mejor.

Desde el principio me propuse que cualquier ´entrada ´ respondiera a un propósito: rescatar al menos un ratito de reflexión acerca de lo que se me antojara. De ese modo, si bien era y es verdad que todo cabe en el blog, no es menos cierto que no cabe de cualquier manera; solo debería tener cabida si superaba el grado de la descripción para adentrarse en el de la reflexión, por pequeña que esta fuera. Por ejemplo, de nada me servía contar que había hecho un viaje si no era para pensar si tenía algún simbolismo por el cambio de espacios o por la presencia de personas nuevas, por ejemplo. Cada cual hace en sus salidas al público lo que quiere, y todo será respetable, pero confieso cuál ha sido y sigue siendo mi intención.
Seguro que no lo habré conseguido siempre; casi lo doy por hecho, pero ese era y sigue siendo mi interés.

Realmente, lo que se ha convertido en más complicado es seleccionar un hecho que sirva para esa traslación, para esa superación de la descripción. Una vez encontrado, todo resulta más sencillo, pues se trata de desarrollar, con mayor o menor fortuna, esos hechos en forma de sensación e idea.

Sigo siendo muy elemental en los asuntos informáticos. No sé, por ejemplo, cuántas personas visitan esta ventana. Tengo que confesar que me gustaría que lo hiciera gente; pero enseguida confesaré que no es lo que más me quita el sueño. El blog está concebido -pido perdón por ello- primero para mí mismo, después para mi familia y amigos y, con la misma cordialidad, pero después, para cualquiera que quiera compartir algunos hechos y, sobre todo, contrastar algunas ideas.

Sé que, si algún valor tiene, este se hará más sólido con el paso del tiempo, cuando el dedo no impida ver la luna y cuando la perspectiva ofrezca una vista más panorámica.

El formato de blog es, literaria y temporalmente, muy nuevo. Creo, sin embargo, que en este tiempo tan reducido se ha volcado en él más literatura que en el resto de la Historia y en todos los formatos juntos. Seguramente se trata ya del formato de creación por excelencia de nuestros días.

Yo he volcado en él prosa pero también verso. Y he querido que siempre la prosa y el verso se manifestaran en cierto tono lírico. Por eso, hay prosa narrativa, descripción de hechos, pero hay también mucha prosa lírica y mucha poesía lírica. Seguramente habré publicado -no llevo la cuenta- más de cien poemas.

Mis entradas tienen base en el texto casi exclusivamente. A veces algún amigo, y yo mismo, hemos adornado el texto con fotografías, pero no han sido muchas. La elección no es ni mejor ni peor, es la que es.

Tiendo a que las entradas cumplan el espacio de una página más o menos, por lo que puedo calcular que la extensión en texto será de unas mil páginas. ¿Cuántas se podrán salvar de la quema porque formalmente superen un análisis sencillo y benévolo y porque hayan invitado y sigan invitando a reflexionar? Esta es la pregunta del millón. Con que se salvaran algunas, acaso me podría dar por satisfecho.

Como los apoyos a los textos, las contestaciones, las lecturas y los juicios son cosa de todos, no solo del autor, el blog termina siendo un poco de todo el mundo. Así lo siento, aunque sea el motor del mismo.

Algo sí es ya seguro: Quien quiera saber algo de mí, o mejor, de mi forma de ver la vida -acaso sea lo mismo- puede bucear en esta habitación, a la que se entra por esta ventana. Por ahí encontrará, según los ratos, a un observador dudoso, embelesado, enfadado, gruñón, jubiloso y casi siempre deseoso de que la vida se supere a sí misma hacia algo mejor. Bueno, esto es lo que creo yo, que también me adentraré por la ventana de vez en cuando.

¿Cuánto tiempo durará la proyección en pantalla? ¿Serán otros mil días? Cuán largo me lo fiáis. En todo caso, ya vamos por algo más de mil. Como si esto fuera aquello de las mil y una noches. GRACIAS A TODOS POR ESTAR AHÍ.

jueves, 23 de septiembre de 2010

MEMORIA DE VALERO (y V)

ALBORADAS QUE YA NO SE CANTAN

(A San Andrés)

De los doce Apóstoles
de que fueron a la guerra,
San André fuer el primero
el que juró la bandera.

De los doce Apóstoles
después que Cristo murió,
San Andrés fuer el primero
que martirios padeció.

Y por estos Mayordomos… (estribillo como en las otras alboradas).

ALBORADA DE NAVIDAD:
Hoy nació temblando el “yelo”
aquel cordero humanado,
el que todopoderoso
el que todo lo ha criado.

Los pastores y zagales
viendo al Rey Niño en Belén,
desnudito entre las pajas
cama le quieren hacer.

Y a los vuestros Mayordomos… (estribillo como en las otras alboradas).

ALBORADA DE AÑO NUEVO:
La primera sangre
que el Niño principió a derramar,
cuando mañanitas de Año Nuevo,
cuando lo “circunciliaron”.

Si vos han “circunciliado”
mañanitas de Año Nuevo,
gran dolor habréis pasado,
gran dolor y gran tormento.

Hoy es tu día,
día de Año Nuevo,
hoy es tu día,
día de Jesús bueno,
hoy se celebran las fiestas
en el alto Imperio.

Y por estos Mayordomos… (estribillo como en las otras alboradas).

ALBORADA DE SANTA ÁGUEDA:
A vos, Águeda divina,
os cantamos los elogios,
y para mayor acierto
que atiendan vuestros devotos.

Qué contenta y qué gozosa
estaba Águeda al mirar
que la llevan a la cárcel
y la van a aprisionar.

Mándanle cortar los pechos
Y Águeda le respondió:
córtalos, no te detengas,
que otros me dará mi Dios.

Qué dolor y qué tormento
aquella Santa pasó,
cuando aquel fiero Ministro
el primer pecho cortó.

Bajó San Pedro del Cielo
en figura de hombre humano,
a curarle las heridas
que le han hecho los tiranos.

Y por estos Mayordomos
que vos sirven con gran celo,
Dios le dé mucha salud
y después la gloria en premio.

“EL CRECE”
Una costumbre típica de este pueblo y de loor a los recién casados es cantarle el “Crece”.
La noche de la boda, al terminar de cenar, salen los amigos de los novios y toda la juventud y cierran la puerta. La seña que indica que van a comenzar a cantar el “Crece” es el estampido de un cohete; los que quedan en casa se asoman a las ventanas.
La música es semejante a la de las alboradas.
La letra es esta:

Crece, pampanito, crece,
encima de este tejado,
así “creza” la nobleza
de los recién casados.

El novio le da a la novia
un anillo de oro fino
y ella le da su firmeza
que vale más que el anillo.

Quién tuviera una aceituna,
aunque fuera cordobesa,
para darle a la madrina
que está sentada a la mesa.

Al recoger los cuchillos
y al redoblar los manteles,
ya habréis cenado, señores,,
buen provecho le haga a ustedes.

No sé cómo no florecen
las piedras de aquesta calle,
regándolas quien las riega,
barriéndolas quien las barre.

Ábrenos la puerta, novio,
si nos la quieres abrir,
que vienen los tus amigos
a despedirse de ti.

Al terminar de cantar tiran cohetes y aun tiros, y el novio abre la puerta para que entren, y cuando se hace con gusto la boda por ambas partes, preparan una mesa bien adornada con dulces y botellas y, claro está, toman, beben, se charla y hacen chistes; luego salen con los novios y el tamboril cantando pasacalles, y cuando se cansan vuelven a tomar y a beber más y algunas veces así pasan la noche sin dejar nada a los novios para que nos e acuesten."

N.B. No me atrevo a cerrar esta copia sin “corregir” el estribillo de las alboradas. Podría quedar así: “Y a los vuestros mayordomos, / que vos cuidan con gran celo, / Dios les dé mucha salud / y después la gloria en premio.” Se mantienen las formas “los vuestros” y “vos” por populares, pero se corrige la concordancia para el sentido de toda la oración.

Pues esto es algo de mi pueblo. Todavía recuerdo la última vez que canté la alborada de San Valerio. Lo hice con Nena, con mi hermano Leopoldo y con Pilar. Estábamos solos en medio de la plaza. Tal vez serían las tres o las cuatro de la madrugada. Por la mañana, el día de la fiesta, nevó todo lo que quedaba de blanco en el cielo. Pero al fiesta siguió como si no hubiera ocurrido nada.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

MEMORIA DE VALERO (IV)

DEVOCIONES ESPECIALES DE ALGUNOS SANTOS:

ALBORADAS DE VALERO: Algunas conservan la tradición y siguen cantándose como en tiempo de nuestros abuelos, entre ellas las de San Valerio y Nuestra Señora de las Candelas. Las otras restantes han perdido la fama y costumbres antiguas y han dejado de cantarlas; sentimos que se pierdan y olviden estas sanas y antiguas costumbres. Ya dijo Balmes: “Quitad la virtud y las costumbres sanas y fomentaréis del vicio”.

En las vísperas de las alboradas se usa y se hace con regocijo y alegría que el Mayordomo convide a un grupo de jóvenes de ambos sexos de los que mejor cantan en el pueblo, luego a familiares y amistades.

Estos invitados llevan almireces, tapaderas y otros hierros, yendo a casa del Mayordomo a reunirse sobre las once de la noche; a esta hora sale también el tamboril tocando yn pasacalle, yendo a casa del Mayordomo a reunirse con los invitados. En el espacio de tiempo hasta que llega la hora de la alborada, los Mayordomos tienen que estar continuamente obsequiando a los reunidos con dulces típicos (mantecados), vinos generosos y tabaco. La alegría y el alboroto son en general muy animados y grandes. De una a dos salen cantando diversos cantares y tocando los instrumentos por varias calles, no dejando dormir al pueblo y volviendo de vez en cuando a tomar algo a casa del Mayordomo.

Antes de amanecer echan las campanas a vuelo y lanzan al aire gran cantidad de cohetes y bombas que anuncian el comienzo de la alborada. A la puerta del Mayordomo la cantan la primera vez, después tienen sitios destinados para pararse y volver a cantarla; cada vez que la cantan indican que empieza al lanzar un cohete para que los de las campanas las dejen de tocar mientras se canta, parándose toda clase de instrumentos menos el tamboril que acompaña muy suavemente; al terminar tiran dos cohetes y comienzan otra vez a tocar las campanas, los distintos instrumentos y toda clase de ruidos cantando distintos cantares a pleno pulmón y generalmente con gran orden. Al terminar vuelven a la casa del Mayordomo a tomar más dulces; dan el parabién y enhorabuena a los que mejor han cantado y se despiden deseándose salud.

La música de la alborada es agradable, es una reminiscencia de estilo árabe, mezcla con melodías tradicionales.

He aquí la letra:

ALBORADA DE SAN VALERIO:
San Valerio, Obispo y pastor
y patrón de nuestra Iglesia,
que por ser Santo alcanzó
la mitra de gloria eterna.

La renta de su obispado
la reparte con grandeza
a los pobres más mendigos
con grande “manifacencia”.

A vos bendito Valerio
bien podéis estar contento,
porque estáis en compañía
del Divino Sacramento.

Y por estos Mayordomos
que vos sirven con gran celo,
Dios le de mucha salud
y después la gloria en premio.

ALBORADA DE LAS CANDELAS:

Hoy, día de las Candelas,
sale el sol entre dos rayos,
dos “aureles” que le cubren
a la Virgen del Rosario.

Hoy, día de las Candelas,
María a misa salió,
cumplidos cuarenta días
de su purificación,

Y para salir a misa
la Madre del Redentor;
y para salir a misa
dos tortolitas llevó,
que se usaba en aquel tiempo
ofrecerlas al Señor.

Y por estos Mayordomos
que vos sirven con gran celo,
Dios le dé mucha salud
y después la gloria en premio.

martes, 21 de septiembre de 2010

MEMORIA DE VALERO (III)

Sigo repescando elementos de la memoria fantástica de Valero, mi pueblo. Continúo al dictado de don Bienvenido Martín, mi primer maestro, aquel que repartía la leche en polvo, el que me dejaba alguna vez -nueve años me contemplaban- al cuidado de la escuela, el que nos veía dar vueltas a nuestras escuálidas estufas durante el invierno, el que nos llevaba los jueves por la tarde a repoblar la naturaleza, el que me enseñó a dar los primeros pasos desde mi imaginación.

En el asunto que copio hoy creo que se queda solo en la descripción visual y apenas relaciona datos. Es un lugar bastante estudiado posteriormente. Poco me importa a mí eso. Recuerdo su memoria, la memoria colectiva de mi pueblo y mi propia memoria diluida en el tiempo. El escrito es de 1952. Yo empezaba a ver la luz. Ahí va:

"CASTILLO VIEJO DE VALERO: En orden a la altitud sobre el nivel del mar, después de Peña de Francia y Pico Cervero, en esta serranía, sigue la montaña del Castillo Viejo de Valero. La subida, aunque costosa y de precaución, puede hacerse a caballo. Parece mentira que en esta montaña tan elevada, al llegar, se vea una meseta en su cresta capaz de poder aterrizar en ella aviones.

¡Qué aire tan perfumado de plantas aromáticas! ¡Qué vista panorámica tan rara y hermosa! ¡Qué hierba tan sustanciosa y provechosa!

Ahora me limitaré a dar algunos datos del estado actual del Castillo, su muralla y las cosas oídas en Valero, ya sean tradicionales, fantásticas, etc. Dejaré la leyenda del célebre médico árabe (Razi), si D. Rodrigo fue señor de este castillo, como igualmente dejaré las opiniones de personas autorizadas como Bullón y el P. Morán, y otros, que en el rodar de la vida han venido con el mismo interés y creían que estas murallas y fortificaciones son anteriores a la Reconquista; coincidimos en que bien pudo ser posible fortaleza de D. Rodrigo, puesto que Castillo Viejo no deja de estar en el centro geográfico relativo entre Segoyuela y Vizeo. Aquí hay campo muy extenso para plumas más autorizadas y que puedan escribir más Historia.

Todavía pueden verse las esparcidas ruinas de la muralla que coronan la montaña; quedan ya pocas piedras de granito (labradas toscamente), porque las han ido llevando para construcciones en los pueblos próximos. Pero pensemos que estando a doce kilómetros la cantera de piedra de granito, en San Miguel ¿cómo pudieron subir estas piedras?, pudieron ser los presos castigados a trabajos forzados, prisioneros de guerra, siendo así tal vez los campos de concentración de aquellos tiempos. La muralla tendría dos puertas; una la llaman la del Sol y la otra, la de los Carros. Hay dentro de las murallas el amontonamiento de piedras de dos edificios destruidos: uno, a juzgar por las piedras acanaladas, indicando recogida de aguas -que vi hace veinte años-, sería el Castillo. Ahora hay una pocilga para encerrar cerdos en el verano. ¡Si acaso vivió aquí D.ª Egilona! ¡Destino de las glorias de la tierra! El otro edificio sería cuartel o quizá caballeriza.

Referente a la parte fantástica, dicen cosas graciosas: Que hay por cima de la fuente del Castillo una iglesia enterrada. ¿Catacumbas…?

Otros dicen que hay viviendas ricamente amuebladas con tesoros que pertenecieron a la mora Quilama. También hay un tópico por aquí que dice: “Entre el Castillo y la Quilama hay más oro que vale España”. ¿Y para qué continuar con la fantasía?...

No hay que extrañar que la gente sueñe con ciertas cosas. No hace mucho que haciendo una pared para un huerto, cerca del Castillo Viejo, encontraron una especie de sepultura con unas lanchas finamente pulimentadas y de forma rectangular, piedras que se pueden ver por estar puestas en el fregadero de una casa de aquí."

lunes, 20 de septiembre de 2010

"...COMO UN HOMBRE SIN MÁS"

Ayer tocó Ávila. Ya era hora. Hacía muchos días, más de dos semanas, que no veía a mi nieta Sara. Con sus ojillos pillines y su carita preciosa, con la resolución de quien se sabe el centro de toda la reunión, con la certeza de quien se alegra y se pone contentísima cuando nos ve. Y estuvimos con ella y en ella. Y con Miguel Ángel, que, a pesar de su apariencia, lo vi un poco nervioso, tal vez pensando en su lectura de tesis doctoral del viernes próximo -no fallará, de eso no tengo duda-. Y con Merce también.

Pero los días son agridulces muchas veces; acaso siempre. Ayer lo fue en sus extremos, en el viaje de ida y en el de vuelta. Al salir de casa, Nena se acercó a realizar una compra. Yo la esperaba en el coche. Por casualidad puse la radio. Y me enteré. Lo anunciaban de manera indirecta, pero no había dudas. Había muerto José Antonio Labordeta. Tengo en mi coche música de Labordeta. En mi casa conservo bastante de su discografía. El viaje para allá lo hicimos atentos a sus canciones y, desde el silencio casi continuo, a recordar momentos vividos al amparo de esas canciones, de esa música y de esa voz. Yo creo que Nena se dio cuenta de mi estado de emoción y respetó el silencio. A ella también le gusta mucho Labordeta.

Ya he explicado aquí lo que suponen para mí los cantautores. Labordeta es uno de ellos. Y, para mí, de los más destacados. Él ha puesto -junto con otro grupo reducido- banda sonora a parte de mi vida. Yo he encontrado fuerza enorme, en muchísimos momentos, en estos gritos sonoros, en esas melodías armoniosas, en esas reflexiones armonizadas, me he levantado numerosas veces del asiento con el ánimo lleno y con las fuerzas intactas; tal vez para después desinflarme demasiado pronto.

De Labordeta admiro casi todo: su profunda voz, su timbre, su redondez, la naturalidad, los temas, el esquema de vida que compone el conjunto de sus canciones, la silueta de los personajes que dibuja siempre, ese suspiro continuo para hacernos pensar que este esquema de vida no es el mejor, el contraste entre la vida del campo y la vida de ciudad, la agitación de conciencias que siempre procuraba, la intensidad con la que quería y alababa a lo que tenía más próximo, empezando por su tierra, la llaneza y la inmediatez, su sabiduría (que una cosa es la simpleza y otra bien distinta la memez y la tontería), su forma campechana de hacer frente a todos aquellos imbéciles a los que se les veía el plumero en cuanto tenían que tratar con gente normal, sus arranques espontáneos, sus himnos majestuosos… Y sus canciones de amor. Creo que este apartado no se ha destacado como merece. Algunas, casi todas, son estremecedoras. “Si tus labios supieran a madrugada…”

Tuve noticias de él hace ya muchos años. Conocí paralelamente la poesía de su hermano Miguel. Me quedé en casa muchas veces solo por escuchar a aquel ser aparentemente raro que andaba los caminos y que me traía hasta mi casa la España más profunda pero también más normal, la de la gente que a mí realmente me interesa y con la que querría vivir y morir (quiero decir con sus sentimientos elementales, pegados a la tierra y casi siempre sinceros). He gastado muchas, muchísimas horas en sus canciones (a veces -me da apuro confesarlo por escrito-mañanas enteras sin casi poderme levantar del asiento). Y ayer nos dijo adiós.

¿Qué van a hacer ahora sin ti tus personajes (Ramón Cabezas, la Miguela…)? ¿Y los paisajes desiertos, y los pueblos abandonados, y la ciudad lejana, y las grandes compañías que se lo llevaban y se lo siguen llevando todo, y los antepasados, y los emigrantes, y la vida sencilla, y el agua en el verano, y los pantanos, y las acerollas, y el erial…? ¿Qué será de esa voz que nos convocaba a todos a levantar cualquier obra: “Habrá un día en que todos…”?

En fin, “Ya ves, que vamos avanzando, cumpliendo este camino. No lo sé. Ya ves…” Cuántas letras se me vienen alborotadamente a la memoria. Y cuántos momentos he recordado entre ayer y esta mañana. Tal vez no será lo peor quedarse con tu propio deseo:

“Recuérdame, como un árbol batido, como un pájaro herido, COMO UN HOMBRE SIN MÁS. Recuérdame como un verano ido, como un lobo cansino, COMO UN HOMBRE SIN MÁS.”


N.B. Dicen que también durante el fin de semana se ha celebrado la Fashion Week de la moda en Madrid. En Alcañiz, en el Aragón de Labordeta, se ha colonizado no sé qué erial para la fiesta urbana de las motos. Eso dicen. Pues eso.

sábado, 18 de septiembre de 2010

MEMORIA DE VALERO ( II)

“SEGUNDO TESORO: Es de tradición que en el sitio de Vallebravo hay un caballo pintado en una piedra. Y claro está, a continuación viene lo del tesoro también.

Dicen que si en tiempos de la guerra contra Napoleón, un francés, huyendo con un tesoro, pasó una noche en las asperezas de Vallebravo; como venía perseguido, enterró el tesoro y con la espada hizo el caballo del cuento en una piedra próxima de las muchas que hay.

Terminada la guerra con los franceses, a los pocos años volvió el francés a Valero; traía un libro con notas y buscó quien le acompañase, pues ya no acertaba con el sitio que traía apuntado en su libro de notas; pero como Vallebravo es sitio muy escarpado, se desorientaron, se cansaron de andar todo el día buscando y no encontraron el caballo grabado, ni el tesoro escondido.

Yo cuando vine a Valero, hace más de veinte años, me dijeron que tía Manolita (Q.D.P.) sabía bien de estas cosas y fui a orientarme de ella. Era una buena y reflexiva señora de las pocas que en aquellos tiempos sabían leer y lo interesante es que me dijo que lo había leído cuando fue joven en unos manuscritos que tenía su padre; yo, por favor, le pedí los manuscritos, y me dijo que ya estaban rotos y manchados de aceite y habían desaparecido.
Yo, sí pensé, que lo del caballo pudiera ser pintura rupestre, pero también, con la ilusión y entusiasmo de los años mozos ¿por qué negarlo?, caí en la trampa; busqué uno que me acompañase, y a buscar el caballo y el tesoro.

Siempre en estas cosas resulta el desengaño, pues son enormes peñascos, que debido a desprendimientos, a la erosión de los tiempos y a algún rayo de los temerosos días de tormentas en estas montañas, que derrumban cientos y cientos de toneladas de piedra, pues ha variado la forma primitiva; otras piedras están cubiertas de musgo y espeso moho, y busque usted así el caballo, como nos pasó a nosotros. ¡Qué día pasamos!, trepar…, buscar…, dar vueltas y revueltas y sudar la gota gorda; menos mal que se nos ocurrió llevar calzado apropiado, merienda y la romántica bota de vino, cosa que aconsejo a los que en adelante se dediquen a explorar estos terrenos.

TERCER TESORO: (este voló).- En Castildecabras.- En este paraje agreste y pintoresco, donde los estratos nos recuerdan las ciudades encantadas, hay indicios de una antiquísima fortaleza; es el caso, que en tiempos de nuestros abuelos, estaba el célebre cabrero tío Manías con la piara de cabras por los pastoreos de Quilama; se le acercó un señor francés de a caballo, preguntándole si estaba cerca lo que llamaban Castildecabras, y si hacía el favor de enseñarle. El tío Manías acompañó al francés hasta dicha fortaleza; mirando su libro de notas, le dijo a tío Manías le enseñase el juncal más alto, y efectivamente, lo llevó hasta allí; y al llegar le dijo el francés a tío Manías que podía ir a ver sus cabras, pero que volviese pronto por allí, y así lo hizo.

Cuando volvió vió cinco monedas de oro que sobre los cacharros de una tinaja le había dejado el francés, pero éste había desaparecido. Todavía vive un cabrero anciano (que es el mismo que vio el desbanque del tesoro de Candelario), que me dijo que cuando era jovencito conoció al tío Manías, y que vió algunos trozos de la referida tinaja que sacó el francés.”

N.B. Se lo tengo que mandar a mis paisanos para pincharles un poco la curiosidad por las cosas de su pasado.

viernes, 17 de septiembre de 2010

MEMORIA DE VALERO

De nuevo he vuelto a darme de bruces con un tesoro de esos que me gustan y que voy a conservar. Me lo prestó Felipe, le rogué que me lo cediera o que me lo vendiera porque, si no, se lo tendría que robar. Enseguida cedió y me lo regaló. Aún considero la posibilidad de fotocopiarlo para no dejarlo sin el original.

Se trata de un texto de 1950, editado en tapa dura, con este título: “Tradiciones salmantinas. Folklore”. En aquella época, el Centro de Estudios Salmantino tuvo la felicísima ocurrencia de pedir a sus ´corresponsales´de los pueblos de la provincia que les mandaran textos con las principales leyendas, poemas, tradiciones populares… de todos los lugares. Los ´corresponsales´ eran, por supuesto, las fuerzas vivas, sobre todo curas y secretarios.

En las páginas interiores he descubierto dos colaboraciones de don Bienvenido Martín Hernández: Tesoros escondidos en el término de Valero y Castillo viejo de Valero. Don Bienvenido fue mi primer maestro, y Valero es mi pueblo, el edén de mi niñez. Los textos tienen sesenta años y se hunden en la memoria de la colectividad. Hoy copio el primero de ellos, que creo desconocido para casi todos, pues el segundo está mucho más tratado. Reproduzco el texto sin ninguna corrección.

TESOROS ESCONDIDOS EN EL TÉRMINO DE VALERO (I)

PRIMER TESORO: FUENTE DE LA HIGUERA: “Dicen” que en la Fuente de la Higuera, en el sitio del Candelario, hay uno de estos tesoros. Hace unos años, uno que estaba de escribiente en Béjar, pasó una noche leyendo legajos antiguos y encontró uno de Valero que decía había un tesoro escondido en dicho sitio y fue con unos de San Esteban a buscar un “Zajorí” (Zahorí) que había en Pinedas. Al venir fueron a enseñarle el sitio, y como esta gente es muy desconfiada, para probarle, antes de llegar le enseñaron un terreno que no era el del Candelario; le preguntaron si era allí donde estaba el tesoro y contestó que no. Fueron más adelante y al llegar al Candelario dijo el Zajorí que allí era; hizo un círculo en el suelo y unos ademanes y le dijo que cavasen allí, que encontrarían primero un cañal de agua y que debajo había tres tinajas: una llena de oro, que tendría unas ocho arrobas; otra con plata y la otra con veneno, siendo esta última la de más valor.

Efectivamente encontraron el cañal de agua, con unas lanchas muy finas escritas con letras que dicen eran árabes, y dada su ignorancia, las rompieron, no quedando datos; al encontrar el cañal de agua, se cansaron y fueron a buscar al Zajorí, que estaba sentado bajo una encina, haciendo otra vez el círculo y unas cosas y ademanes con manos y cabeza, les dijo que allí estaba, que siguieran cavando. El Zajorí se marchó para su pueblo, y al llegar al sitio de las Majadas dijo al que lo acompañaba: Ya han dejado de trabajar. ¿Cómo quieren encontrar el tesoro?

Y así -dicen- sucedió; cuando volvió el que acompañaba al Zajorí encontró en sus casas a los que habían estado trabajando, y al preguntarle a qué hora habían dejado de cavar, coincidió con lo que había dicho el Zajorí.

Dicen que un gracioso de los que trabajaron hizo una T en una pizarra indicando tesoro.
Como los que buscaban el tesoro eran forasteros, los de Valero le sacaron un “Zangarrón” para una danza (que aquí son unos versos burlescos):

Los de San Esteban
“vinon” a Valero
A buscar un tesoro.

Y encontraron un puchero
Donde curtía las pieles
Pedro el Navero.

Algunos de los que oyeron este Zangarrón viven, como igualmente vive un cabrero anciano que los vió cavar y sabe el sitio del desbanque que hicieron.

Esto yo mismo se lo oí contar a una señora anciana, que si viviese hoy tendría cien años.

Ahora se lo he vuelto a preguntar a una anciana, vecina de la que murió, y coincide con los mismos datos.

jueves, 16 de septiembre de 2010

!TORMENTA! DE IDEAS

Otro libro para volver a él, para meditar, para pensar, para glosar, para imitar, para explotar, para…

De vez en cuando, uno tiene suerte y le cae en las manos algún tomo que le sorprende y hasta que le fascina. Creo que me ha ocurrido con el que he bebido literalmente entre ayer y hoy (lunes y martes). Lo pillé en la imprenta de Felipe (gracias) y no volverá a ella sin dejar copia en mis estanterías. Si alguien leyera estas líneas, que sepa que queda aconsejado y casi conminado a mirarlo y a echarle unos ratos.

Este es el libro: “Libro de los muertos”; Elías Canetti; Edit. Siruela; 2010. Es un adelanto de lo que será más tarde un tomo más amplio, todavía en proceso en Alemania. Me da igual, me basta con este tomo y con el riquísimo contenido que atesora. Se trata de un conjunto de textos breves que apuntan siempre hacia el concepto de la muerte, hacia ese hecho del que depende nuestra vida, de esa punta cenital o abisal que nos aguarda y que nos moldea sin excepción ni escapatoria.

El formato es el de un diario, algo próximo, pero no igual, a un blog actual. Copio al azar una página: 5 de febrero de 1987

“Las cenizas, que para nadie significan algo.”

“Entierros: lo más lamentable, como si uno hubiera existido para ocupar un espacio debajo de la tierra y que otros caminen mejor sobre ella”.

“Ahora él tiene la impresión de haber leído también a la gente que ha descubierto”.

“Lo más nuevo otra vez en la fila”.

“Días para morir (en otros hay que esperar)”.

“Si consiguieras olvidar a la muerte, tendrías algo que decir sobre ella”.

“Un legislador confundido (Freud)”.

“¿Por qué se quiere precipitar a los que de todas formas es demasiado fácil alcanzar?”.

“Incluso lo peor pierde su horror gracias a los comentarios de que es objeto”.

“Días de las frases únicas, como si se te fueran a ocurrir eternamente”.

“¿Cómo somete Dios a prueba? ¿Con la rueda y el hierro? ¿Quién lo hace por él? ¿Lo hace él mismo? ¿Está siempre ocupado en eso?
¿Por qué se guarda sus juicios para sí?”

“Con el pensamiento está vinculada su dureza, el hecho de que él excluya cualquier otro pensamiento”.

“Descubrimiento de lugares en los que nunca se haya hablado. ¿Escrito?”

“Volver a congregarse: en una mujer que esté lejos”.

“Él ya no puede imaginarse ningún cristal que le apetezca conservar”.

“Ya no la dejes nunca sola y te quedará. ¿Pero si ella prefiere perecer sola?”

“Lo que un hombre hace para conservarse: perspectiva dudosa”.

“La terrible Susanne, de la que ayer leí que no quiere saber nada de las cosas pasadas y se ama tal como es”.

Todos estos relámpagos tienen como sujeto la muerte. Y como objeto. Y como complemento circunstancial. ¡Y todo para un día! Ahí quedan.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

HOY ERA EL DÍA

Hoy, hoy, el día era hoy. Casi siempre he pensado que los conceptos adquieren su valor por contraste; no entiendo lo absoluto desde mi condición tan débil y limitada y creo que nada sucede sin causa y consecuencia. Tal vez esta forma de entender las cosas sea fruto de mi aprendizaje estructuralista en los años de formación universitaria. ¡Qué lejos queda todo y qué cerca!

Para ejemplificar esta visión casi siempre acudo a la imagen de dos casas en las que hay dos y tres lavadoras respectivamente. Es muy probable que en la primera esté casi de sobra la segunda lavadora y que en la tercera sobre con seguridad la tercera de ellas. Poco importa; la injusticia existe en el mismo grado, aunque duela menos y se soporte mejor, si no se explica racionalmente por qué esa desigualdad de lavadoras.

Me parece que se puede aplicar a todo en la vida: a los conceptos, a los hechos, a los trabajos…

Hoy era el día elegido en el calendario para empezar a desarrollar con ganas la actividad académica plena; era el día de los primeros contactos, de las primeras impresiones, de los primeros consejos…, de las primeras clases, para mí siempre tan importantes.

Hoy no he realizado ese trabajo. Y hoy lo he podido contrastar realmente, es decir, lo he podido experimentar.

Hoy me he levantado un poco antes de las ocho y, sin apenas desperezarme, me he marchado a pasear por los pinos. He dedicado algo más de una hora a pasear, a oler los troncos de los pinos, a sentir cómo el aire juega con sus ramas, a mirar hacia el cielo, a repensar con calma algunas ideas, a sentirme solo en la naturaleza, a escuchar el silencio de la mañana, a notarme alejado de las calles, a sorber el aroma del ambiente, a ver cómo el sol hoy venía más débil, a notar que mi cuerpo se agilizaba, a beber el agua de la Fuente de la Hoja, a oír y comprobar cómo las fuentes siguen eternas con su canción de agua, a… pasear por los Pinos.

Después he vuelto a casa, a mis quehaceres personales y domésticos, que ser amo de casa (ahora me toca un poco más) lleva un rato: hago muy bien la cama, tiendo con simetría, mejoro en el freír de los filetes…

Dos horas de lectura me aguardaban en las páginas de una novela italiana que no me dice demasiado (después de la tempestad de la obra de Canetti, viene la calma), alguna gestión telefónica y a escribir un rato. No es poco. Hay que comprar el pan y la comida se muestra ya cercana.

Hoy era el día preciso, la hora del contraste, el disponer de tiempo, el ordenar el tiempo, el gozar de otro tiempo. Acaso no mucho más que el de otras veces, pero con otro impulso menos tenso.

Seguirá luego el día. Es tiempo de contrastes. Lo escribo sin deseos de molestar a nadie, solo como certeza de lo que está pasando en este día. Porque hoy era el día.

A ver qué ritmo me pide el paso de la tarde y de la noche.

martes, 14 de septiembre de 2010

LECTURAS

Voy a copiar de nuevo la lista de libros leídos, en forma completa, durante los últimos meses. Recordaré con ello, en otros tiempos, en qué empleé mis horas de lectura y cuál fue el sesgo que le di a esas lecturas. Ahí va:

.- La noche de los tiempos; Antonio Muñoz Molina (Novela) 4/7.
.- Don de la ebriedad; Claudio Rodríguez (Poesía) 4/10 Rel.
.- Conjuros; Claudio Rodríguez (Poesía) 4/11 Rel.
.- Alianza y condena; Claudio Rodríguez (Poesía) 4 /13 Rel.
.- Vuelo de la celebración; Claudio Rodríguez (Poesía) 4/14 Rel.
.- El pequeño príncipe; A. de Saint Exupery (Prosa) 4/16 Rel.

.- Pensamiento filosófico; Moisés González (Ensayo y antología) 5/2.
.- El cartero de Neruda; A. Skarmeta (Novela) 5/4.
.- En la ardiente oscuridad; Buero Vallejo (Teatro) 5/6 Rel.
.- Largo recorrido; José Luis Morante (Poesía) 5/8 Rel.
.- La amante; Rafael Alberti (Poesía) 5/9 Rel.
.- El alba del alhelí; Rafael Alberti (Poesía) 5/10 Rel.

.- El café de los filósofos muertos; Nora K. y Vittorio Hösle (Nov.) 6/2.
.- Romances (Luis de Góngora); Ed. Antonio Carreño (Poesía) 6/9.
.- Rinconete y Cortadillo; Cervantes (Nov.) 6/11 Rel.
.- La gitanilla; Cervantes (Nov.) Rel. 6/12.
.- Nueva poesía española. Antología consolidada; Enr. Martín Pardo (Poes.) 6/19.
.- Un blanco deslumbramiento; Andrés Aberasturi (Poesía) 6/24 Rel.

.- El tiempo entre costuras; María Dueñas (Novela) 7/11.
.- Moby Dick; Herman Melville (Novela) 7/12.
.- El Quijote; Cervantes (Novela) 7/20 Rel. Y van…
.- Metamorfosis; Ovidio Edic. Anaya 7/24.
.- Fco. Glez. Macías. Vida y obra de un escultor bejarano; José Carlos Brasas. (Ensayo) 7/28.

.- El Chuchi, los colegas y la vasca (El Evangelio en Cheli); Antonio Alonso. 8/02.
.- Por el camino de Ulectra; Martín Casariego Córdoba (Novela). 8/3.
.- El asedio; Arturo Pérez Reverte (Novela). 8/15.
.- Poesías completas; Antonio Machado (Poesía) 8/19. (Otra vez).
.- Poetas españoles de los 50 (Edic. A. L. Prieto de Paula) 8/21. Rel..
.- Carta a la Gran Duquesa Cristina. Galileo Galilei (Ensayo). 8/22.
.- Eclipse blanco en papel de plata; Augusto Thassio (Poesía). 8/23. Rel.
.- Sombras paralelas; Santiago Gómez Valverde (Poesía). 8/23. Rel.
.- Alegrías riojanas, VVAA (Poesía) 8/25. Rel.
.- País; Alfredo Porlan (Poesía) 8/29.
.- Cuentos; Andersen 8/30.

Echo en falta enseguida mi alejamiento en estos últimos meses de la línea que más me ha ocupado en otros tiempos, la de la divulgación y la de la filosofía. Alguna razón habrá que se me escapa. Tengo que volver con ganas al Ensayo, a la reflexión, al análisis. Es lo que realmente me deja un poco más satisfecho precisamente porque me inquieta más, porque me propone más, porque me interroga con más fuerza.

Había apartado varios libros para el verano y a fe que he cumplido con el encargo. ¿Por qué REleo tanto últimamente? Sigo descubriendo que no todas mis lecturas están planificadas y que bastante corresponde al azar y a las circunstancias. ¿Y será mucho o poco? Acaso esto no importe demasiado pues los conceptos “poco” y “mucho” solo existen por comparación y yo esta no la puedo realizar. ¿Y estará bien leído y bien aprovechado? Esto sí que ya es asunto de cuidado.

En fin, en esas ando. Creo que sigo siendo un hombre de lecturas. Con sus ventajas y con sus inconvenientes. Porque no es oro todo lo que reluce: temas, tiempo, formatos, horas, selección…

lunes, 13 de septiembre de 2010

DE VARIA LECCIÓN

He repasado, en una tarde de estas, el conjunto de sonetos de Quevedo, uno de los primeros espadas en casi todo, desde luego en este formato del soneto. Amor, muerte, poder, juegos verbales…, todo; nada se escapa a su pluma y a su consideración y a su agudeza mental. Un tipo listísimo y que merece muy mucho la pena.

En la relectura he topado con un soneto que muestra hasta qué punto la imitación era considerada un valor en aquellos tiempos y la intertextualidad algo corriente y admirado. Hoy todo hay que acotarlo y hay que advertir de que el uso de no sé qué palabra procede de tal autor y de cual obra. Para ello se entrecomilla, se subraya, se encorcheta, se…

Ya he dicho alguna vez que me parece una exageración lo que se ´lleva ´ hoy día. La voz propia no consiste en olvidarse de lo que ya está hecho sino en reelaborarlo, en hacerlo actual y en dominar los mismos moldes; desde ese nivel, vendrá todo rodado. Hay mucho tiquismiquis por ahí suelto. Qué le vamos a hacer.

Copiaré dos sonetos, como ejemplo, tal vez exagerado, de esa imitación, de esa reelaboración y de ese intento de superación. Son nada menos que de los clásicos Garcilaso y Quevedo.

EN TANTO QUE DE ROSA Y AZUCENA Soneto XXIII (Garcilaso)

En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende al corazón y lo refrena:

y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena;

coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.

Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera,
por no hacer mudanza en su costumbre.

LAS GRACIAS DE LA QUE ADORA SON OCASIÓN DE QUE VIVA Y MUERA AL MISMO TIEMPO (Quevedo)

Esta color de rosa y de azucena,
y ese mirar sabroso, dulce, honesto,
y ese hermoso cuello, blanco, enhiesto,
y boca de rubís y perlas llena.

La mano alabastrina, que encadena
al que más contra amor está dispuesto,
y el más libre y tirano presupuesto
destierra de las almas y enajena.

Esa rica y hermosa primavera,
cuyas flores de gracia y hermosura
ofendellas no puede el tiempo airado,

son ocasión que viva yo y que muera,
y son de mi descanso y mi ventura,
principio, y fin, y alivio del cuidado.

¿De qué acusamos aquí a Quevedo, de plagio, de imitación, de alabanza, de intento de superación…? Tengo la sensación de que somos demasiado exigentes con lo que no hay que serlo y demasiado complacientes con las apariencias. Aquí hay dos variantes. Y ambas son válidas y hermosas. Pues eso.

domingo, 12 de septiembre de 2010

YA VERÉ QUÉ ME PONGO

Los hombres públicos acostumbran a comenzar un período de tiempo con algún signo visible y representativo. Recordemos. Aznar iba a echar una partida a Quintanilla de Onésimo, nada menos, con perdón, después creo que iba a Silos (tal vez a iluminarse para decir tonterías y forrarse de pasta -yo debo un viaje a Silos, pero apara otro asunto-); Zapatero iba a Rodiezmo, con los mineros, nada menos; Camps hacía el Camino de Santiago, nada menos, los equipos de deportivos se acercan hasta las iglesias, nada menos… Todo el mundo se encomienda a no se sabe qué misterios.

No me parece mala la idea por lo que de simbólico encierra. La elección de símbolos es otra cosa, claro, y los anteriores merecen un análisis que no daría muy buenos resultados. Parece como si quisiéramos hacer una paradiña antes de echar a andar, como si reconociéramos que el camino puede traer imponderables y que la solución la iremos encontrando con la mejor voluntad.

Supongo que yo también tendría que apuntar hacia algún sitio, colgarme un GPS a la espalda y echar a andar. ¿Para cuánto: para un año, para un trimestre, para un mes, para un día? Algunos aconsejan no proponerse nada muy lejano, dejar que corra el tiempo, ahogarse en la novedad de cada día, darle esquinazo a la previsión y dejarse llevar por lo hermoso de lo inesperado. Sobre todo cuando la superestructura parece determinada de antemano y en escasa medida se puede cambiar.

No estoy nada seguro de ninguno de los dos extremos y dudo como siempre. A veces me descubro con demasiados planes que luego no siempre cumplo, pues me desbordan las iniciativas y me acomodo en el dolce far niente, o cambio de destino con la improvisación de lo que no esperaba; otras veces reniego de la preparación de algunas cosas y conscientemente prefiero dejar llegar la hora e improvisar posibles soluciones.

El ser humano es una extraña mezcla de pasión y razón, de ensayo y de instinto, de impulso y de cuidado, de plazos y contado. Y el mismo ser humano juega a veces al instinto y a lo irracional mientras que al rato siguiente se engolfa en los silogismos o en las investigaciones más abstrusas, se juega la fama al grito o al misterio mientras que al día siguiente echa horas a hacer adelantar cualquier principio racional y humano.

¿Qué puedo hacer yo, entonces, si soy uno de tantos, que aspira a vivir solo dignamente, con la inquietud y con la duda a cuestas, pero con la certeza del goce de la vida también a mis espaldas? Soy un ser de la duda, la duda me define y me conforma, soy adjetivo siempre y verbo en voz activa. O, si acaso, en pasiva refleja. Me pesa el sustantivo, demasiado concreto y demasiado exacto. Qué cosas tiene el tiempo.

sábado, 11 de septiembre de 2010

POR LOS MARES DEL SUR

Vuelvo a casa con mis sentidos recompuestos, con mi cara puesta a lavar, con mis dedos sin entrenamiento, con mis ojos llenos de imágenes y con mis oídos repletos de son de mar y de amistad.

Pensaba que el ciclo se había terminado y que los calores buscaban ya otro contexto más flexible pero no era cierto. He pasado la última semana gastando ojos muy cerca de las olas y compartiendo ratos en buena compañía. Dejaré algunos flases que guarden el depósito para otras horas de tranquilo recuerdo:

La sequía brutal de la meseta en cuanto se desciende de las sierras, primeros de septiembre.

El calor sofocante de la Sevilla eterna, a pesar de transitarla cuando mediaba la mañana.

Las llanuras entre Sevilla y Cádiz, con más vegetación de la esperada y el olor a marisma y a Guadalquivir que ya busca la mar.

Aquel Jerez gitano, flamenco y vinatero, que quedó reluciente allá a lo lejos, Puerto Real y Cádiz (Cai). Cádiz con su bahía y con sus mares, con su Caleta abierta y encerrada, Cádiz con sus marismas, con su sabor a mar, con su mirada siempre marinera, con sus puertas abiertas y cerradas, con el mar de murmullo y de muralla, con su aire liberal y fandanguero, con sus ficus gigantes y sus calles estrechas… Me gustó mucho Cadiz. Y también Cai. Y El Puerto al otro lado, tan Alberti y tan guapo. Qué flecha tan hermosa esta de Cádiz de mirada hacia América, hacia los mares eternos y abiertos, que vienen a recogerse mansamente a esta bahía. Ese son achicado de las olas, ese son de mar que bulle carnavalescamente en la gracia y en el salero: “La Habana es Cai con más negritos, / Cai es la Habana con más salero”.
Después vino Conil, y llegaron las playas extendidas, esas playas sin fin y sin agobios del Atlántico cuando el sol besa suavemente las costas en un ir y venir interminable. El carácter bravío de las aguas abiertas resulta a veces engañoso pues, con cierta frecuencia, vienen agotadas, después del cielo abierto, a reposar, cansadas, en la finísima arena de las dunas. Vejer, Conil, Jeréz…, todos de la Frontera. De nuevo las fronteras, y los enfrentamientos, y las luchas de siempre, y las religiones al fondo.

Y el Estrecho también, y Tarifa y Guzmán, y el Peñón amodorrado y anacrónico, con el tráfago incansable que esconde demasiados fondos sórdidos. Comí frente a la Roca, mirándola de frente, y me sentí molesto por lo que a simple vista es antinatural. Por supuesto por la Historia, pero sobre todo por la geografía. Qué sinsentido aquello, qué cara y cruz tan tonta, qué monedeo y qué fariseísmo. Por mí como si se unen a los marcianos, pero aquello allí puesto no tiene ya sentido si no es al lado de los que están al lado, o sea, de los vecinos de la bahía de Algeciras.

Al frente las montañas del Atlas africano, también como vecinos, como para pasar a nado o en tablilla los metros que las separan. Qué tontería aquello de la invasión del S VIII; desde siempre tienen que haber pasado de un sitio a otro encima de cualquier artilugio.

Y después ya la costa del mar Mediterráneo, de ese charco tan denso y tan poblado desde Algeciras a Estambul, y la acogida amistosa de Sinda, de Jesús, de la entrañable Leti, de Andrés, que anda disperso pero viviendo joven, de Pipo, del perro Pipo, al que le debo un poema de agradecimiento por su edad y por su sentido del cariño. Es la amistad un árbol tierno que necesita que lo rieguen con frecuencia para que crezca sano y dé sus frutos. Durante estos días le hemos dado un buen riego y el árbol daba sombras y frescura. A todos, muchas gracias. Seguiremos regando.

La vuelta tuvo estación de parada en Cáceres. Un rato para ver a más amigos y compartir con ellos un par de horas. De nuevo la acogida de Mercedes y Antonio, con el gazpachito fresco que a mí tanto me gusta en las noches del calor cacereño, y un paseo por el barrio antiguo de esta hermosa ciudad. Así da gusto.

Y con la media noche, de nuevo el discurrir de la autovía hasta llegar a Béjar, a esta ciudad que ya nos aguardaba con la quietud pausada y la rutina a cuestas. Una rutina que yo ya deseo para poner orden a mis horas y ritmo a la cuestión de cada día.

Hay mucho por delante que ya aguarda, pero esta semana fue densa en muchas cosas: en luz, en amistad, en sensaciones, en entender que el mundo, a pesar de todos los pesares, es hermoso y espera, nos espera para comer a muerdos sus esencias.

sábado, 4 de septiembre de 2010

A VECES HAY SORPRESAS

A VECES HAY SORPRESAS

¡Que ya lo conseguimos!, dijo Orfeo
a las puertas externas del Averno.
Ánimo, Alceste, arréglate las vestes,
da luz al oro dulce de tu pelo
y vamos a gozar nuestros amores.

He hollado sin descanso los caminos
en busca de la sed de tu inocencia,
he aguardado el momento de mirarte
para sentir de frente tu mirada.
Es hora ya de dar vida y certeza
a tanto sinsabor y a tanta pena.

He ganado la prez con mis esfuerzos,
he descansado en ti mis esperanzas,
es hora de gozar, de deleitarme,
quiero sin dilación mi recompensa.

Cuando volvió la vista el impaciente,
solo encontró, infeliz, en una nota,
estas duras palabras de su amada:
“No demores el tiempo de los goces,
juega, si hay que jugar, en cualquier parte;
me perdí en los ardores del camino
y el fuego consumió mis apetitos:
he vuelto con Perséfone y con Hades.
En otro viajecito no entretengas
tus ansias en la paz de los caminos:
paga, goza y aprende que la tierra
no es siempre para el que la trabaja”.

viernes, 3 de septiembre de 2010

LOS DIEZ MANDAMIENTOS DE UN ESCRITOR (II)

“No serás vanidoso”. Aboga el autor por dar autonomía, o acaso vida individualizada, a los personajes de la creación y por no someterlos a las características del creador. La obra debe ser siempre autón0oma y volar por encima del autor con alas propias, pero no estoy seguro de que jamás lo pueda hacer de manera absoluta. En cualquier obra se rastrea, con mayor o menor dificultad, la personalidad y hasta la persona del autor. Y, cuando se trata de poesía, la idiosincrasia del creador echa aguas por todas partes. Aunque siempre será bueno que esa confusa o menos confusa personalidad sea capaz de hacerse suficientemente borrosa como para ponerse al servicio de la obra y para servir como modelo y referente de cualquier lector.

“No será modesto”. Sostiene Vicinzcey que para ser un buen escritor hay que querer ser grande. Me suscita muchas dudas esta afirmación. Grande ¿en qué?, ¿con qué condiciones?, ¿sometiéndose a qué?, ¿cediendo cuánto? No creo que haya que ir por la vida compungiéndose por nada, pero una buena dosis de serenidad y de normalidad me parece una buena fórmula para seguir siempre creciendo y mejorando.

“Pensarás sin cesar en los que son verdaderamente grandes”. ¿Y quiénes son esos grandes? ¿Son los clásicos? Incluso entre ellos habrá que hacer selección. ¿Quién la hace? Otro asunto peliagudo este. Concentrar ejemplos y esfuerzos seguramente ofrece buenos resultados pero también puede cerrar la variedad e inducir a la repetición. Los pros y los contras. ¿Por qué este crítico no cita entre esos “grandes” a Cervantes, por ejemplo?

“No dejarás pasar un solo día sin releer algo grande”. La misma disquisición que para la norma anterior. Sí me apetece señalar que tengo la impresión de que tal vez hay demasiados creadores que andan ayunos de los clásicos y que apenas los han leído. Es, sin duda, una carencia muy grande. Pero sin obsesión, que todo el mundo tiene algo que enseñar y todo el mundo tiene algo que aprender.

“Escribirás para complacerte a ti mismo”. Apenas tengo que hacer otra cosa que asentir y decir amén. El primer destinatario de la obra es el propio creador. El periodo de gestación no es otra cosa que una lucha entre la obra que va creciendo y el autor que le va dando vida. Como sucede con todo en la vida, si el resultado es satisfactorio para el creador, seguramente también lo será para un grupo de receptores; y, si no coinciden con su gusto, pues Dios los ampare y a otra cosa. Tampoco parece que esta norma responda a los modelos comerciales de encargo ni a los formatos de éxito norteamericanos.

“Serás difícil de complacer”. Parece la salvaguarda de la norma anterior. Que todo te complazca a ti primero pero que no te contentes con cualquier cosa. ¿Cuál es ese nivel de complacencia por encima del cual el creador puede decir esto no está demasiado mal? Difícil marcar la línea, pero dos anotaciones: a) No despreciar casi nada por moda; b) Si hay dudas en el límite de lo correcto, exigirse un poquito más de esfuerzo.

Este decálogo, que no es más que un esquema que está a expensas de los matices de su desarrollo, sirve para la creación y, me parece, sirve para todo comportamiento en la vida. Al fin, ¿qué es la vida sino una creación y un reto continuo en el que a veces usamos palabras, a veces gestos, a veces acciones y a veces esquemas lógicos?

jueves, 2 de septiembre de 2010

LOS DIEZ MANDAMIENTOS DE UN ESCRITOR (I)

Para Stephen Vizinczey (Verdad y mentiras en la literatura,1989) son los siguientes:

a) No beberás ni fumarás ni te drogarás.

b) No tendrás costumbres caras.

c) Soñarás y escribirás y soñarás y volverás a escribir.

d) No serás vanidoso.

e) No serás modesto.

f) Pensarás sin cesar en los que son verdaderamente grandes.

g) No dejarás pasar un solo día sin releer algo grande.

h) No adorarás Londres/Nueva York/París.

i) Escribirás para complacerte a ti mismo.

j) Serás difícil de complacer.

Y si, además, estos preceptos los quisiera encerrar en dos, entones resultaría más bíblico y tal vez más llamativo.

Interesa reconocer de vez en cuando este esquema de intenciones que recoge un ambiente favorable para el mundo de la creación. De cualquier creación, no solo de la literaria. Y sirve, si es que sirve, tanto para el principiante como para el avezado y consolidado. Solo como aproximación y como guía orientativa. Solo.

Yo lo firmaría sin reparos porque lo veo en conjunto luminoso y limpio, sensato y normal.

“No beberás, ni fumarás ni te drogarás”. ¿Por qué la necesidad de buscar contextos especiales en los que desinhibirse? Del creador interesa sobre todo la creación pero ni los fines justifican los medios ni los desaguisados corporales aseguran mejores resultados. ¿Y por qué no decodificar los resultados también desde contextos especiales? Racionalmente no se intuye hacia dónde nos puede llevar ese camino. O acaso sí, y no es nada bueno. Han existido movimientos enteros que buscaron su arraigo en fomentar este tipo de creaciones casi automáticas o, en todo caso, “iluminadas” de manera especial. Fueron vanguardias, fueron fugaces, fueron efímeras. La que se salvó de la quema (surrealismo) pronto sentó sus bases en estudios y en trabazones lógicas. En todo caso, lo snob por lo snob resulta ser la misma memez que la tradición por la tradición. Y hay tanto presumidillo por ahí…

“No tendrás costumbres caras”. No es fácil que un creador, sobre todo literario, se pueda permitir caprichos caros: este mundo no da ni para sobrevivir. Pero es verdad que hay creadores que, en su quehacer diario, superan todos los dispendios razonables: viajes, bebidas, apariencias… Satisfacer esas costumbres caras acarrea sin excepción unas servidumbres que no le hacen ningún regalo al arte ni a la creación: premios amañados, concursos decididos previamente, temas y formatos, tramas y estilos según la media del comprador… Construir una buena creación no supone ya ni gasto de papel siquiera. Pero hay que sobrevivir… Y demasiadas veces, vivir sobre…

“Soñarás y escribirás y soñarás y soñarás y volverás a escribir”. El dolor de la página en blanco se suaviza un poco si, cuando se va a proceder al acto de la creación, existe un esquema de lo que va a ser la página en negro. Después ya llegará el famoso dilema de la creación como descubrimiento o como comunicación. El nacimiento de la obra resulta una lucha que se plantea entre el creador y la propia obra, a medida que se va componiendo, pero al campo de batalla se acerca el creador con una espada en ristre y apuntando hacia algún sitio prefijado. Después el sol dirá y las fuerzas determinarán. Estoy convencido de que, en muchas ocasiones, las “primeras tomas” no son fácilmente superables por intentos posteriores, pero esas primeras tomas tienen que tener detrás un entrenamiento, unos fines y unos esquemas bien trabados. Lo demás son milagros y los milagros solo se producen los jueves. Eso decía la película de Berlanga? Y a mí me gusta mucho Berlanga pero creo que en esto se equivocó.

miércoles, 1 de septiembre de 2010

I´M RETIRED

Mes de setiembre. Es mi primer día de jubilado. Hasta hoy, cuando alguien me preguntaba, siempre respondía que con calma, que estaba de vacaciones. Hoy ya no puedo decir lo mismo: es mi primer día en el mundo de la jubilación.

Tenía pensadas varias actividades pero en realidad, hasta este momento, cinco de la tarde, no he cumplido ninguna. El día me ha pillado echando pies por los Pinos de Béjar, por el camino extraordinario que desde el pinar lleva a Candelario (creo que la gente realmente no sabe cuántos tesoros encierran estos parajes), por la senda que baja hasta el río, en el sitio de la Central de la Abeja, por la ruta de Llano Alto, por el cordel del Arca Madre… Y todo bajo el olor, hoy intensísimo, del campo, del que fluye y asciende, tras las tormentas de la noche y el tormentón extraordinario que nos ha pillado, que nos ha mojado y que nos ha ungido en pleno campo. La naturaleza estaba exhausta después de más de dos meses sin gota sobre ella, pero el cielo ha sido generoso y la ha regado bien. Por eso el olor a humedad, el olor a canela donde no se cría, el olor a mojado donde había diluviado, los regatos arrastrando las espumas y los restos de estos meses…, y el color de las hojas. Qué color. Parecía que hubieran revivido, que se hubieran bañado durante todo un día, que se hubieran mudado de ropajes. Qué alegría de lluvia, que gozo de mojada, que placer de tormenta bañándome todo el cuerpo.

Todo esto hasta media mañana. Después -¡el primer día de jubilado!-, bajé hasta el Instituto. Había prometido revisar los exámenes de los que habían sido alumnos míos porque parece lo más honrado, aunque ya no me corresponda calificar. Y a ello he dedicado el resto de la mañana. Con resultados desiguales, a pesar de todos los empeños; pero de eso prefiero no hablar.

Todavía, al salir, un grupo de alumnos vino espontáneamente a saludarme y a preguntarme por mi verano y por mis proyectos. Creo que conozco bien a los jóvenes y los vi muy espontáneos y amistosos. Pasé unos minutos con ellos, ante la mirada sorprendida de un par de profesores.

Con un pequeño cargamento de libros que compré en la imprenta, me volví a casa. Llamé corriendo a Ávila pues para Sara era curiosamente su primer día en contacto con el mundo de la organización social: era su primer día de guardería. Ella es mi nieta-bebé que empieza el camino exactamente el día que yo lo termino. Tengo, si me lo permite, que darle muchos consejos. Serán muchos equivocados pero estarán henchidos de cariño. Tengo muchas cosas que contarle. Me gustaría hacerlo por escrito y en forma organizada. Y debería haber empezado hoy. Tal vez aún tenga tiempo.

Comí y dormí feliz un rato de siesta. La lluvia seguía hace un rato bajando en desbandada. El suelo la acoge con cariño y con satisfacción. Yo la miro y le pido que se quede con nosotros. Aunque yo no haga casi nada de lo que tenía previsto para este primer día de retired.