jueves, 23 de septiembre de 2010

MEMORIA DE VALERO (y V)

ALBORADAS QUE YA NO SE CANTAN

(A San Andrés)

De los doce Apóstoles
de que fueron a la guerra,
San André fuer el primero
el que juró la bandera.

De los doce Apóstoles
después que Cristo murió,
San Andrés fuer el primero
que martirios padeció.

Y por estos Mayordomos… (estribillo como en las otras alboradas).

ALBORADA DE NAVIDAD:
Hoy nació temblando el “yelo”
aquel cordero humanado,
el que todopoderoso
el que todo lo ha criado.

Los pastores y zagales
viendo al Rey Niño en Belén,
desnudito entre las pajas
cama le quieren hacer.

Y a los vuestros Mayordomos… (estribillo como en las otras alboradas).

ALBORADA DE AÑO NUEVO:
La primera sangre
que el Niño principió a derramar,
cuando mañanitas de Año Nuevo,
cuando lo “circunciliaron”.

Si vos han “circunciliado”
mañanitas de Año Nuevo,
gran dolor habréis pasado,
gran dolor y gran tormento.

Hoy es tu día,
día de Año Nuevo,
hoy es tu día,
día de Jesús bueno,
hoy se celebran las fiestas
en el alto Imperio.

Y por estos Mayordomos… (estribillo como en las otras alboradas).

ALBORADA DE SANTA ÁGUEDA:
A vos, Águeda divina,
os cantamos los elogios,
y para mayor acierto
que atiendan vuestros devotos.

Qué contenta y qué gozosa
estaba Águeda al mirar
que la llevan a la cárcel
y la van a aprisionar.

Mándanle cortar los pechos
Y Águeda le respondió:
córtalos, no te detengas,
que otros me dará mi Dios.

Qué dolor y qué tormento
aquella Santa pasó,
cuando aquel fiero Ministro
el primer pecho cortó.

Bajó San Pedro del Cielo
en figura de hombre humano,
a curarle las heridas
que le han hecho los tiranos.

Y por estos Mayordomos
que vos sirven con gran celo,
Dios le dé mucha salud
y después la gloria en premio.

“EL CRECE”
Una costumbre típica de este pueblo y de loor a los recién casados es cantarle el “Crece”.
La noche de la boda, al terminar de cenar, salen los amigos de los novios y toda la juventud y cierran la puerta. La seña que indica que van a comenzar a cantar el “Crece” es el estampido de un cohete; los que quedan en casa se asoman a las ventanas.
La música es semejante a la de las alboradas.
La letra es esta:

Crece, pampanito, crece,
encima de este tejado,
así “creza” la nobleza
de los recién casados.

El novio le da a la novia
un anillo de oro fino
y ella le da su firmeza
que vale más que el anillo.

Quién tuviera una aceituna,
aunque fuera cordobesa,
para darle a la madrina
que está sentada a la mesa.

Al recoger los cuchillos
y al redoblar los manteles,
ya habréis cenado, señores,,
buen provecho le haga a ustedes.

No sé cómo no florecen
las piedras de aquesta calle,
regándolas quien las riega,
barriéndolas quien las barre.

Ábrenos la puerta, novio,
si nos la quieres abrir,
que vienen los tus amigos
a despedirse de ti.

Al terminar de cantar tiran cohetes y aun tiros, y el novio abre la puerta para que entren, y cuando se hace con gusto la boda por ambas partes, preparan una mesa bien adornada con dulces y botellas y, claro está, toman, beben, se charla y hacen chistes; luego salen con los novios y el tamboril cantando pasacalles, y cuando se cansan vuelven a tomar y a beber más y algunas veces así pasan la noche sin dejar nada a los novios para que nos e acuesten."

N.B. No me atrevo a cerrar esta copia sin “corregir” el estribillo de las alboradas. Podría quedar así: “Y a los vuestros mayordomos, / que vos cuidan con gran celo, / Dios les dé mucha salud / y después la gloria en premio.” Se mantienen las formas “los vuestros” y “vos” por populares, pero se corrige la concordancia para el sentido de toda la oración.

Pues esto es algo de mi pueblo. Todavía recuerdo la última vez que canté la alborada de San Valerio. Lo hice con Nena, con mi hermano Leopoldo y con Pilar. Estábamos solos en medio de la plaza. Tal vez serían las tres o las cuatro de la madrugada. Por la mañana, el día de la fiesta, nevó todo lo que quedaba de blanco en el cielo. Pero al fiesta siguió como si no hubiera ocurrido nada.

No hay comentarios: